¿Cuándo, cuál, cuánto trabajo dignifica?

¿Cuándo, cuál, cuánto trabajo dignifica?

En el marco del Día de las y los trabajadores nos preguntamos cómo se construye en la actualidad la identidad de lxs laburantes, cuáles son las reivindicaciones centrales en nuestro país, qué lugar ocupan las agendas del trabajo en la agendas políticas, las discusiones en torno a la necesidad de unidad de acción y el papel de las mujeres y los feminismos en el movimiento obrero.

Por Julieta Gabirondo y Eugenia Rodríguez*

Este lunes se conmemora en todo el mundo un nuevo Día Internacional de lxs Trabajadorxs. Más de 135 años transcurrieron ya desde la brutal represión que sufrieron los obreros de la fábrica McCormick, durante varios días de abril y mayo de 1886 en la ciudad de Chicago, en el marco del reclamo por la jornada laboral de ocho horas que terminó con la ejecución de varios de ellos, conocidos como los “Mártires de Chicago”. Actualmente en el mundo, y en Argentina en particular, se siguen levantando múltiples banderas vinculadas, en primer lugar, a la exigencia de la generación de puestos de trabajo, pero también por la mejora de las condiciones laborales existentes a partir de la premisa de que el trabajo que dignifica es aquel se desarrolla garantizando los derechos laborales y el acceso a condiciones materiales de vida dignas. A esta cuestión se le agrega la discusión sobre la conquista de nuevos derechos frente a los cambios en algunos sectores del trabajo impuestos por las nuevas tecnologías y las comunicaciones, así como también el crecimiento de los trabajos por cuenta propia, atados en gran medida a la necesidad de supervivencia cotidiana.

Frente a este panorama, desde Reveladas dialogamos con profesionales y representantes sindicales para reflexionar sobre las condiciones laborales actuales y cómo esto impacta en la conformación de una posible identidad común y estrategias de lucha frente a los avances del capital. Además, nos preguntamos, en particular, cómo esto afecta a las mujeres y disidencias a partir de las históricas desigualdades de género que se plasman en el acceso a trabajos más precarizados y con menores ingresos que los varones. Estos procesos adquieren por su parte un tinte particular en el marco de un nuevo año electoral.

Lxs trabajadorxs hoy

A las condiciones impuestas por el capitalismo neoliberal y la primacía del capital financiero desde mediados de los ‘70 en adelante, se han sumado durante los últimos años ciertas características propias del avance de la sociedad de la información y los constantes cambios tecnológicos. Estos factores inciden fuertemente en las estructuras laborales y en las condiciones de la clase trabajadora, así como también en sus demandas frente a los cambios que impone el capital. En ese sentido, desde un punto de vista histórico la investigadora rosarina Laura Pasquali sostuvo que “los condicionantes que aglutinan a la clase trabajadora son los de siempre: las transformaciones permanentes del capitalismo que inciden directamente en las estructuras sociales, y concomitante con eso, las múltiples formas de resistencia de la clase al embate capitalista”. En ese sentido, propuso el concepto “clase que vive del trabajo”, del sociólogo Ricardo Antunes, para pensar que la clase obrera en la actualidad está compuesta por “obrerxs industriales, jornalerxs agrícolas, empledadxs de casas particulares, empleadxs cuya relación de dependencia está oculta tras el monotributo, trabajadxs que no reciben remuneración por su trabajo, léase trabajo doméstico”.

En este marco, la cientista política María de los Ángeles Dicapua agregó, respecto a las actuales condiciones del trabajo, que uno de los aglutinantes de la clase trabajadora “tiene que ver, en definitiva, como decía Marx, con el salario. La concentración económica de las grandes empresas ha producido que crezca el margen de plusvalía en detrimento de un salario que se vuelve cada vez más insuficiente frente a las condiciones de vida”. Un informe del centro de estudios CIFRA/CTA señala en ese sentido que “el mecanismo principal de traslación de ingresos del trabajo al capital es el elevado proceso inflacionario. Primero bajo los efectos de la crisis de la deuda y la consiguiente devaluación en 2018-2019 y luego en el marco de la post pandemia y la suba de los precios internacionales”. Así, “en el promedio de los tres primeros trimestres de 2022 el salario medio real fue 12,1% inferior al de 2016, mientras que los precios mayoristas de las ramas altamente concentradas aumentaron 21,3% por encima del IPC”.

Lorena Almirón es desde el 2019 la primera mujer en ser secretaria general de la Asociación de Trabajadores Estatales (ATE) seccional Rosario, de cara a esta fecha clave para el movimiento obrero, consideró que “el gran problema que tenemos los trabajadores, además de la precarización laboral, es el salario bajo. Hoy tenemos una inflación interanual que supera el 100%. Hay un ajuste permanente, sobre todo por llevar adelante los pagos al Fondo Monetario Internacional (FMI), que sabemos que es un endeudamiento que no lo generó este gobierno nacional, pero sí tenía la oportunidad histórica de investigar esta deuda que tampoco la generamos los trabajadores y trabajadoras, ni el pueblo en general. Estamos con bastantes dificultades porque tenemos 50% de pobreza, los trabajadores en un 70% estamos debajo de la línea de pobreza, desde los sindicatos -nosotros pertenecemos a la CTA Autónoma- hemos hecho distintas acciones pero no alcanza, sabemos que hay que buscar salidas colectivas para poder enfrentar la crisis, y no todos estamos en la misma sintonía”.

Ph Florencia Carrera

En relación, las investigadoras coinciden en afirmar que actualmente resulta muy difícil sostener la existencia de una identidad de la clase trabajadora, sino elementos comunes a lxs trabajadorxs. Entre ellos, Pasquali destacó “la relación con el mundo laboral, las condiciones de vida material, su centralidad para la reproducción del sistema capitalista, ya que sin clase obrera no hay reproducción del capital”, y agrega que “en los últimos treinta años de historia argentina un tándem entre reestructuración económica y disolución/cooptación de lazos y organizaciones obreras y populares ha formateado de un modo inédito a las identidades de lxs trabajadores”. Por su parte, respecto de los últimos años del movimiento obrero, Dicapua introduce los cambios presentes en el mundo sindical al sostener que “si bien las tasas de sindicalización tienen cierta constancia, la relación es mucho más diferida y allí hay que pensar en lxs trabajadorxs que han salido del núcleo central del mercado de trabajo. Por ejemplo, los trabajadores de plataformas o incluso aquellos que hacen homeoffice; esto no tuvo un correlato en un aggiornamento dentro de los grandes sindicatos o centrales obreras. Por otra parte, también tenemos el caso de los trabajadores de la economía solidaria o popular”.

La economía popular abarca a una amplia rama de trabajos que miles de personas señalan que empezaron a realizar de manera “espontánea”, a partir de sus propios conocimientos y necesidades para poder generar ingresos. Este modo de subsistencia se sostuvo en el tiempo como una respuesta posible a la destrucción de puestos de trabajo que trajeron aparejadas las diferentes crisis económicas en las últimas décadas como resultado de los programas neoliberales de gobierno. “La economía popular surge para la subsistencia pero con el tiempo fue creciendo y demostrando que es mucho más que eso, abarca diferentes tipos de trabajo, creados por lxs propios trabajadorxs, que en algún momento se vieron excluidxs del mercado laboral formal, atravesadxs por dimensiones históricas e internacionales y generaron su propia fuente de ingresos”, describió en una nota con este medio, Sonia Lombardo, directora del Registro Nacional de Efectores Sociales, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Al respecto, Brenda Marinucci secretaria adjunta del Sindicato de repartidores y cadetes de la provincia de Santa Fe e integrante de la UTEP Rosario, señaló que «el mundo del trabajo se ha modificado y que esas modificaciones han influido directamente en cómo los mismos trabajadores y trabajadoras nos identificamos y cómo la sociedad también nos ve. En el caso específico de nuestro sector, un claro ejemplo es cómo la incorporación de la tecnología ha modificado justamente los modos de trabajar o las relaciones laborales dentro de nuestra actividad y también cómo nos autopercibimos porque las aplicaciones móviles, las utilizadas por las grandes multinacionales, lo primero que plantean es la deshumanización de nuestra labor con discursos que intentan desconocer relación laboral que existe«.

Respecto de la economía popular la trabajadora agregó que «estos cambios que se han dado dentro del mundo del trabajo, donde el único modo ya no es el del trabajador asalariado y en relación de dependencia sino que existe un abanico muchísimo más amplio que va cobrando visibilidad, dan cuenta también de una gran cantidad de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país que pertenecen al sector de la economía popular, que sufre aún la estigmatización social que hace que no se enfoque en pensar desde las políticas del trabajo cómo ampliar los derechos, en la mejora de los ingresos y de la calidad de vida».

La dirigenta de ATE Rosario se refirió, por su parte, a la precarización laboral, y como representante de sectores como la salud y la educación, detalló la situación de quienes estuvieron en la primera línea de acción en la pandemia. “Los trabajadores y trabajadoras no la pasaron muy bien, hasta ahora sigue habiendo secuelas, compañeros y compañeras con licencias con psiquiatría o con tratamiento psicológico, con muy poco descanso, y a esto se suma no tener los salarios y las condiciones de trabajo necesarias para llevar adelante ese proceso”. Además sumó que “la post pandemia no fue muy distinta, desde el sindicato analizamos que hubo un crecimiento de la precarización laboral, también con bajos salarios, con condiciones precarias en muchos lugares, por ejemplo sigue habiendo falta de insumos en distintos lugares y problemas de infraestructura”.

Ph Florencia Carrera

La situación de las mujeres y e identidades feminizadas

Respecto a las condiciones de las mujeres en particular como parte de la clase obrera, “ya sea por formar parte del proceso productivo o integrar una familia obrera”, la docente de Historia Laura Pasquali, entiende que una de los aspectos pendientes es el tema de las tareas de cuidados. “El aumento de la participación de las mujeres en el mercado de trabajo no ha sido acompañado de un cambio en las relaciones de género que disminuya sus tareas en el hogar y eso se ha puesto a foco más furiosamente desde la estampida de la pandemia generada por el Covid-19. La crisis que trajo consigo (como todas) estalló con más virulencia sobre las mujeres, pues ninguna crisis se propaga en forma homogénea: afecta más a mujeres y a disidencias que a varones cis, impacta más en la clase obrera y popular que en las clases medias y altas, y tiene menos barreras de contención en países dependientes que en países con economías más autónomas y autosuficientes. Esta crisis capitalista no es sólo económica ni sólo financiera: esta crisis es también social, política y ecológica, vectores que se entrecruzan y exacerban mutuamente”, sostuvo.

Los últimos datos de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía indican que las mujeres le dedican, en promedio, 3 horas más que los varones a la realización de tareas domésticas y de cuidados. A su vez, 9 de cada 10 mujeres realiza estas tareas, y esta jornada de trabajo se extiende, en promedio, 6:31 horas al día. Por todo ello, las mujeres están sobrerrepresentadas en el decil de menores ingresos y subrepresentadas en el de ingresos más altos. Además, un informe del centro CEPA para el 8 de marzo, incorporó la variable de hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas a esta medición y da cuenta de que la carga de tareas de trabajo no remunerado se profundiza en el caso de las mujeres pertenecientes a sectores más vulnerables: “En las horas promedio de trabajo total, las mujeres registran una hora y media (1:34) diaria más que los varones. Los efectos negativos en el mercado laboral remunerado son mayores: las mujeres dedican dos horas y cuarenta minutos (2:40) menos que los varones en su inserción laboral y absorben más de cuatro horas (4:10) en trabajo no remunerado.”, señalan e indican que esa diferencia está vinculada a las escasas oportunidades que tienen de delegar el trabajo de cuidado.

La diferencia que hay entre la cantidad de horas que las mujeres dedican a las tareas de limpieza y cuidado con respecto a los varones es un factor que incide directamente en las posibilidades que tienen de insertarse en el mercado de trabajo y de acceder a mejores puestos, pero también las priva de la posibilidad de tener tiempo libre o destinar horas a su formación. Así, en materia de ingresos los varones perciben un 24,6% más que las mujeres, desigualdad que a vez se profundiza en el caso trabajadores y trabajadoras informales donde la diferencia asciende al 34,6%.

Almirón es además activa militante del movimiento feminista. Al ser consultada por este medio dijo que “a pesar de que hay un gran avance desde hace años del movimiento feminista, sobre todo en nuestra ciudad, vemos que todavía nos cuesta sostener algunos derechos, siguen existiendo brechas salariales entre hombres y mujeres, y si hablamos del cupo laboral travesti-trans tampoco se trabaja y se hace un seguimiento con el acompañamiento necesario, sobre todo para que se puedan sostener esos trabajos en el tiempo”. La sindicalista consideró además que “la precarización laboral condiciona sobre todo a mujeres y jóvenes. El gremio que conduzco está en un 85% feminizado, somos en su mayoría mujeres, que realizamos trabajos que tienen que ver con tareas de cuidado y con los más bajos salarios, sin dudas hemos avanzado y hasta ganamos poder dentro de los sindicatos, lo que es clave para poder discutir de otra manera en los espacios de los que participamos. En ese camino tenemos que seguir para poder debatir y discutir desde nuestra perspectiva feminista y cambiar las estructuras patriarcales de los sindicatos, es una tarea que ya venimos llevando adelante hace mucho tiempo”.

Ph Paula Sarkissian

Respecto a estas realidades, la directora del Centro de Investigaciones y Estudios del Trabajo (CIET), María Dicapua, sostuvo que hay que tener en cuenta no solo a las mujeres trabajadoras sino también a las otras identidades no binarias porque “allí tenemos un problema central y es que no hay estadísticas. Las estadísticas sobre las que trabajamos tienen un claro y marcado sesgo androcéntrico. Si estamos viendo estas distorsiones para la población femenina trabajadora, imaginemos que también esto se va a reproducir en estas identidades no binarias, pero de las cuales no tenemos datos. Los datos pueden ser trabajos individuales de algunos investigadores, pero no a nivel nacional. Así que eso también es un grave problema. La posibilidad de tener un panorama real con respecto a estas distorsiones del mercado de trabajo”. Los únicos datos oficiales disponibles se relacionan con la Primera Encuesta sobre Población Trans: Travestis, Transexuales, Transgéneros y Hombres Trans Censo Nacional (INADI e INDEC, 2012) donde “el 20% declaró no realizar ninguna actividad por la que obtuviera dinero y el 80% restante expresó dedicarse a actividades vinculadas a la prostitución y trabajos informales”. En salud, el 80% no tenía ningún tipo de cobertura.

Desafíos actuales

Lorena Almirón destacó que de cara al 1ro de Mayo y en el marco de un año electoral, “es necesario que nos encuentre con la mayor unidad posible, tenemos algunas diferencias pero a la hora de estar en la calle, en la lucha, tenemos que unirnos por la reivindicación de los derechos de los trabajadores y trabajadoras”. En esta línea la representante sindical analizó la avanzada de propuestas de derecha que defienden reformas regresivas en materia laboral. “Vemos el avance de la derecha a nivel mundial, por ejemplo lo que pasó en Francia con una reforma en contra de los trabajadores pero también una gran movilización en las calles en rechazo. En nuestro país, el gobierno de Mauricio Macri también quiso avanzar contra nuestros derechos y salimos todos a defender a los jubilados y jubiladas, como al conjunto de los trabajadores y trabajadoras frente a las políticas de ajuste neoliberales, pese a la represión en el Congreso”.

En ese mismo sentido, la entrevistada valoró la importancia de la reacción social frente a las propuestas que buscan recortar derechos para “evitar un camino de mayor pobreza y de mayor concentración de la riqueza, necesitamos generar más trabajo y mejores salarios para poder salir de esta crisis. Nosotros ponemos el cuerpo, lo vamos a seguir poniendo en cada barrio, en los lugares de trabajo, para la comunidad en general. Seguiremos en esa línea, no nos vamos a correr ni un poquito, todos los días nos enfrentamos a los que siempre ganan, a los que siempre la juntaron con pala y que rechazan los derechos que ganamos los trabajadores y trabajadoras”.

A su turno, Pasquali llamó la atención sobre la «crisis de movilización» que se visualiza en la actualidad luego del aislamiento y el distancimiento obligatorio y la ruptura de los lazos de solidaridad de clase. «La creciente aceptación de la inevitabilidad de la pobreza, la represión, la explotación laboral, el racismo, la ineficacia de una democracia cada vez ‘más burguesa y menos popular´, me alarma por su celeridad y por la estrechez de crítica y alternativas. Estamos frente a un segundo ´desencantamiento del mundo´», remarcó.

Por su parte, Brenda Marinucci, señaló que «la crisis económica actual afecta incluso a los trabajos formales, la solución no es precarizar el trabajo sino encontrar soluciones para una vida digna para todas las y los trabajadores. Hay que reconocer que existen nuevos modos de trabajar y que no tienen que implicar mayor precarización laboral, sino todo lo contrario. Me parece que más que nunca el foco debe estar puesto en qué soluciones y qué respuestas le damos a todos los trabajadores y trabajadoras de nuestro país«.

*Periodistas y Co-directoras de Reveladas web

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