Seguir luchando por un trabajo digno

Seguir luchando por un trabajo digno

Cortar, cocinar y condimentar, estos son los pasos para hacer el chutney, un aderezo para  acompañar ensaladas, sándwiches o bocadillos. Los sabores son agridulces y puede prevalecer la manzana, la pera, la mandarina o la cebolla. El chutney es el primer producto de Cooperativa “Sabores de Travajadoras”. En esta nota conocemos la historia de sus integrantes.

La cooperativa está en proceso de construcción en términos legales pero se identifican así y lo son. Juan comenta que el motivo inicial por el cual se comenzó a conformar la cooperativa fue por la militancia de Chocolate, según él, “una mujer trans que superó todo”. “Ante la necesidad y urgencia, Chocolate sacó una olla en la vereda de su casa y le dio de comer al barrio entero” dice Juan, su compañero de militancia.

De izquierda a derecha: Juan, Tormenta y Loyra – Ph Florencia Carrera

Hace 17 años llegó al país y dice que está “sola, sola, sola”. Comenta que para obtener la ciudadanía argentina se casó y se divorció. Expresa que lo único que necesitaba era su DNI y que luchó mucho para tenerlo, ya que en Paraguay la identidad de género no es un derecho. Sus ojos expresan una sonrisa y dice que hoy tiene su Documento Nacional de Identidad con su foto y su nombre, Loyra Catalina. “Cuando arrancamos éramos 15 y quedamos cinco” cuenta Loyra, integrante de la cooperativa. Tiene 37 años, es cocinera y su expertise es la producción del chutney. Para Loyra pertenecer a la cooperativa le hace tener el tiempo más ocupado, se siente productiva y la ayuda económicamente. 

En el 2012 se sanciona la Ley de Identidad de Género en Argentina, una ley pionera en Latinoamérica. El derecho a la identidad autopercibida, el cambio registral, el acceso a la salud integral son claves. El colectivo de la diversidad destaca la importancia del artículo 12 “Trato digno”: que toda persona tiene el derecho a ser llamada por el nombre con el cual se identifica tenga o no realizado el cambio registral.

Loyra – Ph Florencia Carrera

Según el informe del Observatorio de Crímenes de Odio LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y trans) publicado en noviembre del 2020, el 84 por ciento de mujeres trans (travestis, transexuales, transgénero) fueron victimas de crímenes de odio. Se considera un crimen de odio a “un acto voluntario que tiene la intención de causar daños graves o muerte a la víctima, y está basado en el rechazo, desprecio, odio y/o discriminación hacia un colectivo de personas históricamente vulneradas y/o discriminadas” (Informe Federación Argentina LGBT+) 

Sin pelos en la lengua, Gabriela, otra integrante de la Cooperativa, afirma que “las generaciones futuras tienen todo servido, nosotras no lo tuvimos. Ahora está la Ley de Identidad, tienen salud. Nosotras antes teníamos una vida de penitenciarias, éramos perseguidas como delincuentes” Agradece a Lohana Berkins, militante trans argentina y a Sandra Cabrera, trabajadora sexual rosarina, por los derechos conquistados. Gabriela recuerda que vivió el coletazo de la dictadura cívico-militar y dice “no podíamos salir a hacer las compras, ni andar en colectivo, directamente nos llevaban. En la obra de teatro Reparadas se plasma lo que vivíamos nosotras en ese momento”. Su vínculo con la cooperativa comienza por la búsqueda de un trabajo genuino. Gabriela sentencia “la mayoría quedamos en la calle, dormimos y trabajamos en la calle”.

Gabriela – Ph Florencia Carrera

En julio del 2021 se aprobó en nuestro país la Ley de Promoción al Empleo para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero “Diana Sacayán – Lohana Berkins”, que comtempla el derecho a la identidad, al desarrollo personal, a la no discriminación, al acceso a la educación y al empleo formal. La ley establece un cupo laboral trans en el sector público estatal no inferior al 1 por ciento de la totalidad de sus integrantes. 

La logística de “Sabores de Travajadoras” está a cargo de Tormenta que se presenta como transformista. Una profesión que comenzó cuando tenía 18 años en los eventos familiares hasta llegar a “cinco temporadas de teatro y ser reconocida a nivel nacional por la Revista Imperio”. Con mucho orgullo, Tormenta menciona los diplomas, la medalla de plata y los trofeos que tiene en su haber y también reconoce a su mano derecha Loyra. “Acá estamos trabajando codo a codo” dice. Loyra cuenta que trabajaba en un boliche de moza “cuando era nene” y que conoció a Tormenta haciendo un show hace 17 años. “Ahora se sumó Devany” dice Tormenta. 

Tormenta – Ph Florencia Carrera

La historia de Devany son muchas idas y vueltas, dice que llegó a Rosario en abril “un poco por la pandemia y otro poco porque se peleó con su familia”. Comenta que en Córdoba de día utilizaba vestimenta masculina y que a la noche se transformaba. “No me dejaban vestirme como mujer, no era bien visto para el barrio” y agrega “me saqué las siliconas por la familia”.  Dice que hace doce años «trabajaba de noche y de prostituta», cuenta que viajó a Buenos Aires, México y Europa. “Trabajé haciendo show y personificación para poder pagar una multa por excederme de los tres meses de ser turista. Estuve ocho años sin poder salir de México” y comenta que en ese país tenía operada la cadera, que gracias al traje de silicona y su actuación de Thalía, la cantante mexicana, logró viajar a Europa y se quedó cuatro años en el viejo continente. Para ella también “la nueva generación tiene todo servido como las hormonas y cirugías”.  Y expresa “Ahora no importa, antes teníamos que vivir escondiéndonos”.

Devany – Ph Florencia Carrera

“Reconocer es reparar” es la consigna que tiene el “Régimen Reparatorio para víctimas de violencia institucional por motivos de identidad de género”, que establece una pensión graciable a quienes fueron privadas de su libertad en manos de la fuerza policial por causas vinculadas a su identidad de género. Devany dice “me quedaba la cachiporra marcada en la cadera” y recuerda que cayó presa en varias oportunidades por defender a compañeras, el punto de encuentro con la policía era la calle Godoy Cruz, en Buenos Aires. “Ya pasé  por muchas cosas: policiales, hambre, frío en la calle y más”.  Lo único que espera es obtener su documento de identidad que diga su nombre, Devany Alison. 

Todas las integrantes de la cooperativa “Sabores de Travajadoras” superaron la expectativa de vida de 35 a 40 años para las personas trans. Las unen los años de discriminación, la persecución en el regreso de la democracia, las operaciones clandestinas, las luchas por la identidad. Las une la noche, la Plaza Libertad, los golpes de la fuerza policial y las formas de sobrevivir.

Las une la furia travesti.

Foto portada Ph Florencia Carrera

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