El ciclo de poesía disidente Orgullosa Itinerante comenzó a desarrollarse en octubre de 2018 en el marco de la marcha del Orgullo, de la mano de Valentina Lopiccolo, Juan Pablo Di Lenarda Pierini y Mayra Bolinaga (quien integró el espacio durante el primer año).
“Orgullosa Itinerante es una forma de hacer justicia poética”, comienza diciendo Juan Pablo acerca de esta iniciativa que tuvo su primera edición en la Plaza de la Cooperación. El gestor cultural recuerda que a este primer encuentro asistieron 20 personas, de los cuales 15 eran amigues y detalla: “Estábamos con un parlante inalámbrico, una heladerita con sándwiches y cervezas. Era un contexto neoliberal, donde los ministerios se transformaban en secretarías, había una profundización de recortes. Y nosotres, como artistas y activistas por los derechos humanos y la diversidad, nos encontrábamos no solo para poder visibilizar nuestras identidades como colectivo LGBTIQ+, sino también como trabajadores de la cultura. Pertenecíamos a la informalidad, a la precarización. Estábamos ahí, poniendo el cuerpo en las plazas y en las calles frente al macrismo”.
En un principio, el ciclo solo iba a durar cuatro miércoles. Sin embargo, esas cuatro fechas se convirtieron en muchísimas más. Entre poetas, escritores/as, performers, músicos/as y bailarines, ya pusieron el cuerpo más de 200 artistas en casi todas las plazas y parques de Rosario. Actualmente, detrás de Orgullosa Itinerante hay un trabajo más técnico, que incluye musicalizadores, gente que se encarga de la iluminación, fotógrafes y diseñadores gráficos. Durante la pandemia quisieron llevarla adelante de manera virtual pero ese formato no funcionó.
Según explica Juan Pablo, Orgullosa Itinerante “busca interpelar al otre en el espacio público, irrumpir y más aún con nuestras identidades. Hay algunas imágenes que me parecen fantásticas. Un 16 de octubre, en las escalinatas del Parque España, una Eva trava haciendo una performance de su discurso en el balcón en donde no solamente interpelaba al público sino a la gente que estaba dando vueltas por ahí. O que una pareja de tortas estén leyéndose textos de amor en el Parque Urquiza, al lado de una calesita en donde había niñes y familias, hace que podamos compartir espacios y que los podamos habitar de manera segura, amorosa y respetuosa. Y también con toda nuestra monstruosidad, que cargamos a partir de la violencia sistemática que reciben ciertas identidades, ciertas corporalidades en un sistema que es cis heteropatriarcal”.
Luego, expresa: “El desafío para nosotres, más allá de lo artístico o lo cultural, es político. Eso es lo que lo hace diferente a los demás ciclos de poesía. La Orgullosa Itinerante no puede estar en un bar, no debe estar en un centro cultural, sino que tiene que estar en la calle, en la plaza y en los parques con artistas del colectivo LGBT y de las disidencias, de manera autogestiva. Para nosotres eso es fundamental”.
Finalmente, concluye: “Hay un trabajo, un abrazo y un acompañamiento de muchos amiges. Estamos muy agradecides y abrazamos a las más de 300 personas que han ido a esta última Orgullosa Itinerante en el Parque Urquiza”. Y adelanta que pronto habrá novedades que serán publicadas en la cuenta de Instagram del ciclo.
Foto portada Ph Paula Sarkissian
