“Entiendo al alumnx como un sujeto de derecho, y desde ese punto de vista todxs son diferentes y en esta escuela apostamos a ser respetuosos de esa diversidad. La institución escolar está implosionando en algunos lugares porque siguen tratando de trabajar según prácticas tradicionales”, de esta forma describe Sandra Bembo su labor docente, que desarrolla desde hace treinta años como profesora de historia y desde el año 2011 como directora de la Escuela de Educación Secundaria Orientada Nº432 Bernardino Rivadavia.
Esta institución se ha ubicado en el mapa educativo de la ciudad de Rosario como una de las abanderadas de la Educación Sexual Integral (ESI), y ha sido pionera, por ejemplo, a nivel nacional mediante la instalación de los primeros baños mixtos en una escuela secundaria. En ese marco, desde las aulas se abre el debate para hablar con lxs alumnxs sobre violencia de género, inclusión, diversidad sexual y feminismo, al que Bembo caracteriza como “un tema que viene arrasando desde hace aproximadamente cinco años a través de los espacios generados por la ESI”.
Docencia y militancia
En el año 2006, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la obligatoriedad de la Educación Secundaria, y según la base de datos Siteal (Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina) en 2013 el 85 por ciento de lxs adolescentes concurría a una institución educativa. Las escuelas secundarias dejaron de ser un espacio exclusivo y pasaron a complejizarse aún más: el desafío ahora no es lograr la llegada del joven a esta instancia sino garantizar su permanencia.
Mientras muchos opinan y reproducen estereotipos como “la educación está en crisis”, “las docentes (siempre en femenino) de antes no son como las de ahora”, y “lxs jóvenes están perdidxs”, esta docente entiende que “lxs adolescentes son auténticxs, son jóvenes del siglo XXI y eso a muchxs docentes les cuesta entender, viven como sienten y eso es grandioso. Tenemos muchos más chicxs incluidxs, ya no tenés el grupo de elite de hace 20 años”.
En ese marco, y frente a dicha complejidad, Bembo sigue privilegiando el ida y vuelta con lxs alumnxs: “El aula es nuestra y la enseñanza tiene mucho que ver con el vínculo que se genere con lxs alumnxs. Por supuesto que hay chicos y chicas que practican bullying con sus pares, pero en líneas generales incluyen más que los adultos. La Ley de Matrimonio Igualitario fue un problema para lxs adultxs, no para lxs chicxs”, aseveró.
“Yo soy una docente militante feminista y para mí esto es clave, creo que algo está pasando en las escuelas porque sino los sectores antiderechos no estarían vinculándose de esta manera para impedirlo”, aseguró. A pesar de esto, expuso que solo una madre se presentó en dirección para expresar su incomodidad con los contenidos que se le estaban impartiendo a su hija, “a la cual le expliqué que podía hablar con ella sobre educación sexual desde su enfoque, pero yo tenía que garantizar que los 970 alumnxs reciban información científica y laica”.

“El patriarcado se va a caer”
Actualmente, en esta institución la ESI se brinda de forma transversal ya que “entendemos que no se reduce sólo a lo biológico sino también incluye otras temáticas como la violencia de género, el feminismo y las nuevas masculinidades”. Pero el objetivo para este año es avanzar un poco más y lograr la aprobación ante el Ministerio de Educación de Santa Fe de un proyecto que propone que “al menos una vez al mes todxs tengan una clase de ESI por curso, inclusive nos gustaría que lxs ingresantes trabajen estos temas en el cursillo”.
“Nuestra visión es que en la medida que interioricemos estas cuestiones el patriarcado se va a caer, ese es nuestro objetivo final, porque no estamos en contra de los hombres sino de una concepción de sociedad que ha hecho que las mujeres vivamos sometidas por siglos”, dijo. Y remarcó que para brindar estos contenidos cuentan con profesores que se han capacitado durante los últimos años a través de los cursos brindados por el Ministerio de Educación, que tiene un cupo de tres docentes por escuela, “esto es muy poco para nosotrxs, pero por lo menos es un proyecto que continúa a pesar de la baja en el presupuesto”, dijo.
Consultada sobre las posibles oposiciones de los profesores para brindar este tipo de contenidos, la docente explicó que “no se han registrado mayores negativas porque es muy fuerte la impronta institucional. Cuando hablamos de ESI nos referimos a una política de Estado, hay una ley que como institución subvencionada por el Estado debemos cumplir, lo mismo pasa con el aborto, en Santa Fe se aplica el protocolo para el aborto legal y por eso esta escuela es verde, después cada uno puede tener sus convicciones personales”.
Nuevas prácticas
En marzo de 2017, la EESO Nº432 fue la primera escuela secundaria de la que se tenga registro en inaugurar baños mixtos. En relación a esa iniciativa, Bembo explicó: “Surgió la propuesta en una plenaria, la sugirió un docente y aprovechamos que estábamos haciendo baños nuevos en el edificio viejo, se inauguraron baños por sexo y también mixtos. El proyecto al principio fue rechazado por lxs profesorxs y hasta por el propio centro de estudiantes, que en ese momento estaba dirigido por una mujer”.
Tras su inauguración, y cuando la noticia fue replicada por los portales de todo el país, “comenzaron a aflorar los prejuicios que tienen lxs adultxs, como si por ser un baño mixto iba a haber sexo alocado. Y fue en ese momento donde lxs mismxs alumnxs salieron a bancar el proyecto y se tomaron el tiempo de responder los comentarios de las redes”.
Habilitar la palabra
En relación al trabajo con la Ley de Identidad de Género, la docente explicó que durante 2018 dos adolescentes presentaron su deseo de cambiar de género y llamarse de otra manera, y “frente a eso trabajamos con lxs profesores y el resto de lxs compañerxs para garantizar que no haya discriminación. Entre lxs directivxs acordábamos que hay cosas que son innegociables y una de ellas es todo aquello que tenga que ver con el respeto de los derechos”.
Finalmente, Bembo rescató que gracias al trabajo que se viene realizando con la ESI, y la habilitación de la palabra de lxs jóvenes en espacios como las Rondas de Convivencia, durante 2018 cinco adolescentes contaron que sufrían algún tipo de abuso o maltrato. “El otro día una alumna le dijo a una docente: “No todxs tenemos la oportunidad de ir a la escuela y ver que lo que pasa en nuestras casas está mal”. Gracias a lo trabajado en las clases ella pudo reconocer prácticas machistas y descubrir que hay otra forma de relacionarse”, cerró.