Ratner: «Tenemos que ir detrás de un programa que contenga los puntos que nos unen»

Ratner: «Tenemos que ir detrás de un programa que contenga los puntos que nos unen»

#MujeresSindicalistas | Las mujeres sindicalistas muchas veces no están “en la foto”, al menos en las que circulan en redes sociales y medios hegemónicos, pero sin dudas están y no desde hace poco tiempo, en el día a día de la vida gremial, son parte, se organizan, luchan y conquistan lugares de decisión y conducción, aún contra todas las barreras existentes y siempre junto a la potencia colectiva de otras mujeres y disidencias. En esta sección charlaremos con mujeres sindicalistas -de la ciudad y el país- para conocer sus historias, cómo se ensamblan sindicalismo y feminismo, cómo recuperar el poder adquisitivo de los y las laburantes, cuáles son los desafíos para la unidad y la construcción de un programa propio del movimiento de trabajadoras y trabajadores. 


Analia Ratner es desde 2018 la nueva secretaria general de la Asociación Bancaria Rosario, el sindicato que nuclea a los y las trabajadoras de entidades bancarias. También es mamá, de un joven de 21 años y un pequeño de 8, es estudiante de abogacía, es mujer y sindicalista. En una entrevista exclusiva con Reveladas, habla de una infancia atravesada por una familia con marcada vida sindical, sus trabajos, los inicios y actualidad en el sindicalismo, un espacio que la apasiona y que asegura no dejará mientras se mantenga fiel a su convicción de defender a los y las trabajadoras. También se refirió a la participación de las mujeres en un ámbito atravesado, como tantos otros, por el machismo cotidiano, al papel de las organizaciones gremiales en un proyecto de país, el rol del sistema financiero y los desafíos de la unidad sindical. 

¿Cómo fue tu infancia y vida familiar?

-Me crié en una familia político-gremial por parte de mi papá, Antonio Ratner, dirigente del Sindicato de Trabajadorxs Municipales de Rosario (STMR), varias horas de mi infancia fueron jugando en esas oficinas, y con una mamá con mucha personalidad, de esas mujeres aguerridas que no se dan por vencidas, es docente ya jubilada. Fue una vida de trabajo permanente de ambos para criarnos a mí y a mi hermana, y con una abuela con mucha presencia que nos cuidaba. Fue una infancia feliz, siempre viendo el sacrificio que había que hacer para estar bien. 

-¿Cuándo comenzó tu etapa laboral y cómo te sumaste a la militancia gremial?

-En el 2003 empecé a trabajar en el Banco Municipal de Rosario como empleada de servicios eventuales, vendía los productos del banco, estuve varios años contratada así, y comencé a tener participación ya que cuando veía alguna cuestión, iba y hablaba para ver qué pasaba, y así me empecé a involucrar en las cuestiones de la Comisión Interna del banco y en el 2007 me invitaron a participar de la lista y arrancó mi militancia gremial. Desde entonces me di cuenta que amaba lo que hacía, a veces no todo sale como se espera, pero si ese día podía ayudar a alguien, escucharlo, eso me daba felicidad y así me fui involucrando. En el 2010 me invitaron a participar de la primera lista en el sindicato y asumí como Secretaria de Organización, en el 2014 estrené la Secretaría de Derechos Humanos, Género e Igualdad, creada por la decisión política de modificar el estatuto para generar este espacio. Me di cuenta que tenía muchas cosas naturalizadas, me cambió la cabeza. Ya se venían gestionando encuentros a nivel nacional y luego con la secretaría se le da mucho más impulso, gracias a Claudia Ormaechea que se puso el espacio al hombro y para quien tengo palabras solo de agradecimiento. 

“En el 2014 estrené la Secretaría de Derechos Humanos, Género e Igualdad, creada por la decisión política de modificar el estatuto para generar este espacio. Me di cuenta que tenía muchas cosas naturalizadas, me cambió la cabeza”.

-¿Cómo es la participación sindical para una mujer?

-El sindicalismo en particular es muy complicado para una mujer, antes ibas a participar de una lista y te decían, ¿para qué? y hasta te estigmatizan de que debías andar con alguien y por eso estabas en el gremio, ¿qué ibas a hacer vos en el sindicato?, siempre disminuyendo el rol de la mujer como figura política y gremial, más allá de las aptitudes. En mi caso me encontré con compañeras históricas que hoy siguen participando y venían ya trazando el camino, y creo que ese es mi rol fundamental, estoy en lo máximo de la orgánica del sindicato pero esto no es por mí, es para seguir construyendo por las que vienen. Y sin dudas el movimiento de mujeres tiene que ver con que esto se haya llevado adelante, fue una conjunción que nos potenció y por eso también nos empezamos a juntar con compañeras dirigentas de otros gremios para ver cómo era la participación de las mujeres y qué actividades podíamos hacer en conjunto para visibilizarnos.

Acá yo soy la secretaria de todos y todas, pero con una perspectiva de género y aporto esa mirada, hablamos de una verdadera igualdad de oportunidades y hemos demostrado que podemos estar al frente pese a que siempre nos quieren mostrar el límite. La lista que encabecé en el 2018 tiene un 52 por ciento de secretarías titulares en manos de mujeres y es muy importante, no digo que lo hacemos mejor, lo hacemos inclusivo y participativo.

Analía nos recibió en la sede de La Bancaria en calle San Lorenzo 1383, a mitad de mañana, venía de una reunión y la esperaban otras en el correr del día. Su oficina está colmada de fotos que la muestran junto a sus hijos, a Sergio Palazzo, actual secretario general del sindicato nacional, a muchas compañeras en los plenarios nacionales de las mujeres bancarias, y en actividades de lucha a lo largo de los años. Sobre su escritorio se ve, marcado con anotaciones, el libro “Eva y las mujeres: historia de una irreverencia” de Julia Rosemberg y colgado más atrás un cuadro con la frase “Un sindicato es un grupo de compañeros unidos por el ideal de justicia y de redención humana, lo demás viene por añadidura“ del histórico dirigente gremial Agustín Tosco. Toma mates y cuenta una anécdota para responder la pregunta formulada:

“En una de mis primeras reuniones como secretaria, tiré una idea sobre algo que me parecía, la reunión sigue y a la media hora lo mismo lo dice un compañero varón e inmediatamente todos aplaudiendo, yo no lo podía creer, no sabía si yo sola lo veía o lo veían todos, no es por el compañero o el halago de la idea propia, sino que cuestiono la disminución a mi presentación como mujer, cuando tenía tanto derecho a decirlo y la misma representatividad que él. Una trabaja entonces para desmoldar todas esas cuestiones, creo que hemos avanzado en el gremio y en el sindicalismo, pero falta”.

-Entonces, ¿alcanza con el cargo para las mujeres?

-En los hombres el cargo conlleva un reconocimiento mayor. A Matías Layús -anterior secretario general-  le tengo todo el reconocimiento y fui viendo con él toda la transformación del gremio, pero él lograba algo y ya estaba, cuando AnalÍa logra algo siempre falta, siempre tenemos que demostrar más, que somos aptas, que tenemos actitud, y no somos valoradas en igual medida que un varón, me cuesta mucho pero es así. Cuando algo sale bien, lo que sea, muchos y muchas me saludan en privado pero no lo hacen públicamente. Es distinto como se le reconoce algo al hombre que a la mujer. Siempre hay un estigma, me decían es la hija de….y el demostrar es doble, estoy orgullosa de mi padre, pero tenía que aclarar que estaba acá por mí, por mis ideas, objetivos y valores. No hay nada más lindo que trabajar de lo que se ama, lo siento con pasión, tengo muchos errores pero la convicción es nunca dejar tirado a un compañero, mientras no me salga de eso puedo seguir estando.

-¿Cómo se fue dando la articulación con mujeres sindicalistas de otros gremios?

-Nos empezamos a reunir con la irrupción del Ni Una Menos, no solo las compañeras de los sindicatos, queríamos reunirnos con todas y empezamos a ir a las asambleas feministas a La Toma. Hubo mucho debate por cómo éramos vistas las sindicalistas por construir junto a nuestros compañeros, tuvimos que dar una lucha importante, hicimos movilizaciones muy grandes. 

Ph Martina Haure

-Esas movilizaciones marcaron la unidad que desde distintas corrientes gremiales locales empezaron a expresar en las calles. ¿Qué rol jugaron las mujeres ahí?

-Desgraciadamente en Rosario no tenemos una regularización de la Confederación General del Trabajo (CGT), tenemos distintos grupos, nosotros estamos dentro del Movimiento Sindical Rosarino (MSR) y está el Movimiento Obrero Rosario (MOR), tenemos el mismo objetivo y ese planteo nos hicimos las mujeres cuando salimos a pelear contra las políticas de Macri como las reforma laboral y previsional. En ese momento había dos marchas diferentes, las consignas eran la mismas pero concentradas en dos plazas, y nosotras no lo entendíamos y partiendo de que las cuestiones de género son transversales y de demostrar que cuando las mujeres sindicalistas nos juntamos logramos avanzar, hicimos fuerza en nuestros gremios y conseguimos que ambos sectores se comprometan a que la próxima marcha iba a ser en conjunto porque estaba plasmada la unidad de acción, y eso fue tras una primera foto de todas las mujeres de los sindicatos diciendo que la unidad hace a la fuerza. Desde nuestro sindicato estamos convencidas y convencidos de que tenemos que ir todos detrás de un programa que contenga los puntos que nos unen, más allá de lo que el gobierno de turno haga o no haga, de lo contrario no existe política del movimiento obrero para los trabajadores y trabajadoras. En Rosario tendríamos que sentarnos con ese programa y ver qué hacemos y conformar una CGT que sin dudas tenga participación de las mujeres. 

«Desde nuestro sindicato estamos convencidas y convencidos de que tenemos que ir todos detrás de un programa que contenga los puntos que nos unen, más allá de lo que el gobierno de turno haga o no, de lo contrario no existe política del movimiento obrero para los trabajadores y trabajadoras. En Rosario, tendríamos que sentarnos con ese programa y ver qué hacemos y conformar una CGT que sin dudas tenga participación de las mujeres”.

-Sergio Palazzo es parte de la lista a diputados del Frente de Todxs en Buenos Aires, y el sindicato ya cuenta con representación de dos dirigentes en el Congreso que se suman a otros diputados de extracción sindical. ¿Cómo ves la participación en el proyecto político de país? 

-Siempre dijimos que la participación de los trabajadores en las listas era fundamental, lo sostenemos desde hace mucho, antes de Claudia Ormaechea y Carlos Cisneros -actuales legisladores nacionales- y de otros sindicalistas que han accedido al Congreso. Es una conquista impresionante poder llevar la voz de los trabajadores mediante representantes que pueden hablar de las cuestiones laborales, cuáles son las necesidades, y hacer las leyes que atiendan esas problemáticas. Palazzo ha demostrado que trasciende la Asociación Bancaria, es un compañero radical que integra el espacio del Frente de Todxs y nunca dejó sus convicciones por ningún gobierno. Apenas asumió Macri salimos a la calle por las cesantías en el Banco Central, después de luchas logramos la reincorporación de muchos compañeros, fuimos muy perseguidos, firmamos en ese entonces una paritaria en el Ministerio de Trabajo y quien era presidente de la Nación la tiró para abajo, y hubo persecución a los jueces que nos dieron la razón. Sergio fue uno de la resistencia al gobierno macrista y es un referente del movimiento obrero en general. A La Bancaria la dignificó, veníamos del tacho y la levantó, pudimos sostener el poder adquisitivo del salario, en las paritarias no defendemos un punto más o menos de aumento, conseguimos también guardería, licencia por adopción, protocolo de violencia de género, ampliación de licencias para los padres, realmente intentamos consagrar más derechos y sobre todo cuando vemos que del otro lado es permanente el intento de avanzar sobre esos derechos. 

Un día Palazzo me llama y me convoca para ser paritaria porque había definido que sea una mesa con paridad de género, fue una decisión política muy importante, que nos permitió avanzar en las conquistas que mencionaba. 

“Sergio fue uno de la resistencia al gobierno macrista y es un referente del movimiento obrero en general. A La Bancaria la dignificó, veníamos del tacho y la levantó, pudimos sostener el poder adquisitivo del salario, en las paritarias no defendemos un punto más o menos de aumento, conseguimos también guardería, licencia por adopción, protocolo de violencia de género, ampliación de licencias para los padres, realmente intentamos consagrar más derechos”

-¿Cuáles son los desafíos para recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras?

-Viví el proyecto de Néstor Kirchner y lo vi agarrar el país como lo agarró. Hay una ecuación sencilla: hay que ponerle plata en el bolsillo a los trabajadores y a los jubilados, eso activa el consumo, que activa la demanda, la producción interna y la economía. En el último Congreso nacional del sindicato que participó el actual presidente de la nación, Alberto Fernández, Palazzo habló también de la reducción de la jornada laboral, que genera que puedas tener más trabajo para el resto. En nuestra actividad cerca del 2000 un compañero bancario administraba unas 300 cuentas, hoy tiene 1000, hay 300 por ciento más de productividad del mismo trabajador y eso va al empresario, no vuelve al trabajador. Una manera de que vuelva es reducir la jornada por el mismo sueldo, lo que le permite a la persona conciliar mejor vida laboral y personal, y avanzar en registrar a todos los trabajadores tercerizados, que es una lucha que también venimos dando. Presentamos un proyecto en ese sentido porque creemos que va a reactivar la economía y generar fuentes de trabajo.

Ph Martina Haure

-¿Qué rol debe cumplir el sistema financiero en el desarrollo económico del país?

-En primer lugar tiene que haber una reforma de la Ley de Entidades Financieras, no solamente porque está heredada de una época nefasta (1977) sino porque no tenemos un verdadero servicio financiero. Nosotros aspiramos a tener una banca al servicio de la comunidad y la sociedad, parafraseando a Arturo Jauretche sabemos que quien maneja el crédito maneja la economía, qué se produce, quién lo produce, a cuánto, quién lo vende y quién lo compra, el Estado tiene que tener un rol fundamental en regular esto. El 3 de abril del 2020 fue un viernes negro cuando abrieron los bancos y se generó un desastre por la gente amontonada esperando cobrar jubilaciones, pensiones y beneficios sociales, y no todos los bancos abrieron sus puertas porque no todos pagan beneficios sociales, es decir, que hay algunos que atienden a una cierta clase de clientes, que disntinto hubiera sido si, entre otras cosas, todos tuvieran la obligacion de hacerlo. Hay que dejar de tener una banca para unos pocos, es un servicio público a la comunidad, no puede ser que no tengamos una tasa para dar una respuesta a las pymes en un momento crítico. 

-¿Cómo ves el presente y futuro de la unidad del movimiento de trabajadoras y trabajadores? ¿Qué rol tienen que tener las mujeres sindicalistas?

-Como trabajadora no puedo dejar de decir que fuimos los trabajadores los que tuvimos que pedir que se pusiera fecha para un paro en un acto de la CGT. Nuestro gremio no se fue de la CGT, no aceptó sus cargos, y tuvo una participación en la Corriente Federal de Trabajadores. Hoy tenemos un programa para la unidad del movimiento obrero, ya presentado, con puntos que nos unen, y luego debatiremos cargos. El programa incluye cuestiones de macroeconomía, mercado interno, cuestión financiera, producción y empleo, política exterior, infraestructura, desarrollo para la equidad, medio ambiente -tenemos a pedido de Rosario la Comisión de Salud y Medio Ambiente a nivel nacional-, derechos humanos, equidad de género, si esto no nos contiene a todos no sé qué puede hacerlo.

Sergio y todos los compañeros han trazado el camino para que podamos llegar a tener una CGT que funcione, en defensa de los trabajadores, que son quienes realmente deben importar. La Bancaria ha sido un artífice necesario, nunca cerramos las puertas, y siempre estaremos desde el lugar que nos toque, y por supuesto tanto compañeros como compañeras. 

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