De maternidades y feminismos

De maternidades y feminismos

Un nuevo “Día de la madre” atraviesa a las mujeres madres en Argentina. ¿Qué es ser madre? ¿Hay una única maternidad posible? ¿Se puede ser madre y feminista? ¿Las nuevas concepciones acarrean nuevos mandatos? Muchas reflexiones se ponen sobre la mesa, y en Reveladas decidimos charlarlo junto a la filósofa, docente y escritora Florencia Sichel, y la educadora, periodista y escritora rosarina, Rosario Spina.

Poder romper con la idea de Madre, así, en mayúsculas, ayuda a la ruptura de aquel concepto esencialista y que reúne muchas características, “sobre todo la abnegación, el sacrificio, la idea de que la madre está en el ámbito de lo privado, puertas para adentro”, señaló Sichel y subrayó: «es necesario corrernos de la idea de ‘la maternidad’, y empezar a hablar de ‘las maternidades’”,

Las maternidades hablan de una experiencia plural, interseccional, que incluye distintos credos, religiones, entre otras características que las alejan de aquello universal, del “deber ser” bajo una mirada única. “En relación a eso, las maternidades en Argentina son diversas y van a depender de un montón de cosas. Sin embargo, algo que de alguna manera puede llegar a igualarlas refiere a las condiciones políticas que nos permitan maternar en sociedad de la mejor forma posible”, sostuvo Florencia.

Nuevas visiones, ¿nuevos mandatos?

En “Mamá desobediente”, Esther Vivas plantea que, actualmente, las mujeres o personas gestantes están entrampadas entre dos tipos ideales de madre. Por un lado, aquella madre que sólo se dedica a la crianza, “pareciera ser que alcanza con sólo ser madre y estar en el ámbito privado, con mucho sacrificio y abnegación”, dice la filósofa. El segundo ideal de madre es producto de la sociedad capitalista, neoliberal y productiva en la que vivimos: “es esa madre que lo puede todo, la ‘supermamá’, la ‘superwoman’, que básicamente ahora rinde lo suficiente para tener buena presencia, ser buena madre, la mejor trabajadora y la mejor pareja”.

Ambos lugares deshumanizan y resultan imposibles de llevar adelante sin culpas, ya que lo que los homologa es que se sigue indicando cómo ejercer las maternidades. “Muchas veces en las redes sociales hay una sobreinformación y sobreexplicación sobre cómo debemos ser madres las madres, cómo debemos hacer lo mejor para nuestros hijos, tiñéndose de moral todos estos discursos y presentando la contracara que es el sentir muchísima culpa por parte de quienes no pueden hacer todo lo que se exige”, sostuvo Florencia, resaltando que las maternidades son, entonces, una experiencia social y política, no debiendo recaer siempre sobre la figura de la madre.

Por su parte, Rosario Spina indicó: “También, en pos de una crianza natural, fisiológica, se siguen dejando de lado nuestras necesidades como madres. Por supuesto es necesario repensar el espacio y la clase de cuidados que se les da a las criaturas, señalando además que vivimos en una sociedad adultocentrista. Pero hay grupos de crianza que enarbolan un discurso culpabilizante que termina siendo profundamente dañino”.

En este aspecto, es importante comprender que este tipo de sobreinformaciones llegan a mujeres puérperas, quienes a raíz de su estado se encuentran completamente vulnerables emocionalmente.

Escaleras a la casa de la locura

Ahora que podemos

ahora que luchamos

ahora que elegimos elegir

¿Parto vaginal o cesárea?

¿Pañales de tela o descartables?

¿Colecho o cunita?

¿bwl o papilla?

¿teta a libre demanda o mamadera?

¿Jardincito o escolaridad en casa?

¿elegimos?

¿de verdad, elegimos?

Desde la vecina entrometida

hasta la coach de crianza hiperinformada,

las voces resuenan y se mezclan.

El ruido

es

en-sor-de-ce-dor.

Los escalones son muchos

El deseo, uno.

Nuestra singularidad grita encorsetada

Tantos patrones por desandar.

Ni aquellas

ni éstas

ni las del más allá:

No nos van

a venir

a decir

cómo

criar.

(Rosario Spina)

Maternar siendo feminista

«Cuando me convertí en madre, al principio por momentos me sentía poco feminista. Sentí mucha contradicción en asumirme feminista y, por otro lado, traer una hija al mundo. Me preguntaba por qué si yo defiendo la independencia y autonomía de la mujer al mismo tiempo estoy entregando tanto hacia otra persona. ¿Cómo se puede ser feminista y madre a la vez?”, reflexionó Florencia.

A pesar del sinfín de preguntas, la maternidad le hizo reivindicar “todavía más” el feminismo. Sobre ello amplió: “Es un desafío enorme criar hijos e hijas, así como el feminismo nos hace rever la sociedad en la que vivimos con otros ojos, podemos entender que vivimos en una sociedad adultocéntrica que, básicamente, también excluye a las infancias”.

En este sentido, los pequeños detalles de la vida cotidiana la conectan con su visión feminista respecto de la crianza, desarmando prejuicios de género y distintas vivencias y creencias naturalizadas que “una está queriendo todo el tiempo romper”.

“En mi caso, el feminismo llegó de la mano de mi hija. Yo no concibo la maternidad sin una perspectiva feminista, fui mamá por primera vez en 2016”, relató Rosario, quien actualmente tiene dos hijes. “El parir una hija mujer generó un antes y un después al pensarme en este rol”, resaltó.

Esta nueva forma de ver y pensarse, pensar su maternidad, hizo que Rosario permita que el papá de su hija participe en la crianza, pudiendo reclamar corresponsabilidad, entender que la culpa es “una trampa de este sistema patriarcal y que, en nombre de ella y del impoluto amor materno, a las mujeres nos han relegado durante décadas al hogar”.

Si bien reconoce que hay mujeres que eligen llevar la crianza de esa forma, lo diferente está en realmente poder elegir sin sentir culpa. No sentir culpa ni por dedicarse a las tareas de crianza y cuidado, ni culpa por “dejar” a les hijes para ir a trabajar fuera de casa. Todo esto le inspiró la creación de Maternidark, un guión que co-escribió junto a la actriz, dramaturga y directora local Romina Tamburello, y que se convirtió en una serie recientemente rodada en la ciudad, a transmitirse por la TV Pública en 2023.

Los debates que nos debemos

Pensar y debatir no lleva a una única conclusión, aunque por supuesto que las ideas conducen a seguir construyendo en pos de maternidades deseadas más seguras y elegidas. Es por ello que los debates no deben quedar “encerrados en el nicho de la maternidad, de las madres, de la maternidad feminista”, detalló Sichel.

Para Rosario, lo fundamental es pensar en dirigir la atención hacia varias aristas. Por un lado, la corresponsabilidad al momento de criar, ya que “muchos varones siguen haciendo uso y abuso de sus privilegios; y como mujeres y personas que maternan, no solo debemos dar lugar a quien mapaterna con nosotras sino que aquella otra persona debe poder sentirse involucrada genuinamente en las tareas de crianza”.

Por otra parte, entender al cuidado como un bien social desde el Estado hará que las políticas públicas sean mejor planteadas y otorguen mejores resultados: “El camino es aceptarnos interdependientes, porque todes necesitamos ser cuidades”.

En tal sentido, Leslie Kern en “Ciudad feminista” resalta que, si queremos un mundo mejor o una ciudad diversa e inclusiva, es fundamental poner a los cuidados en el centro de la escena. Por su lado, Denise Najmanovich escribió “Cuidadanía en la ciudadanía para revitalizar la vida”, texto que invita a pensar en pasar de ser ciudadanos y ciudadanas, a ser cuidadanos y cuidadanas. “No se trata de volver a la maternidad obligatoria ni a decir que es el mejor proyecto. Es un proyecto más y será madre quien desee serlo, pero es importante entender que la crianza nunca es uno a uno. La crianza es social, es en la escuela, en la plaza, en las distintas instituciones”, pronunció la filósofa.

Finalmente, y no por ello menos importante, la salud mental materna es otra gran arista a trabajar. De hecho, la rosarina llamó a la reflexión en torno a la misma: “Para criar mejor, necesitamos personas sanas. Mientras la sociedad siga sosteniendo el discurso de la mamá feliz con su recién nacido en brazos, tendremos más mujeres exigidas y más subjetividades arrasadas. Ante excesivas angustias o malestares es importante consultar a expertos en salud mental perinatal. Desromantizar la maternidad también se trata de esto: salir a decir que la maternidad no es sencilla y muchas veces necesitamos ayuda profesional”.

Las maternidades atraviesan y están atravesadas por una sociedad compleja y diversa. Sin dudas, el plano político es uno de los que más comprometidos debería estar para garantizar mejores decisiones a partir de la posibilidad de elegir. Licencias más amplias que incluyan las paternas, más y mejores centros de cuidado, vacantes seguras en jardines y escuelas, son algunas de las grandes demandas que deberían tener respuestas más inmediatas y amenas. Los feminismos ayudan en la visibilidad y la lucha, alojando así a las maternidades deseadas para seguir pensando, reflexionando y (de)construyendo juntes.

Foto: Portada libro «Mamá desobediente» de Esther Vivas.

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