«Una fiesta intelectual disidente, poética e histórica»

«Una fiesta intelectual disidente, poética e histórica»

Columna de la Colectiva de Abogadas Translesbofeministas de Rosario

Diciembre de 2020. Sentadas en reposeras con el calor húmedo de esta ciudad en verano empezamos a soñar. Unos meses atrás, un grupo de mujeres nos habíamos reunido para armar una colectiva de abogadas translesbofeministas. De todos los colores partidarios, de todas las ciudades y pueblos, con vivencias diferentes pero con un deseo común: transformar el derecho en una herramienta de liberación.

Desde el principio tuvimos claro que la academia iba a ser uno de los territorios que queríamos habitar, que todas las batallas queríamos darlas desde adentro, que íbamos a tomar el espacio que siempre estuvo reservado para los hombres blancos, heterosexuales, de clase alta, de traje y de ideas inflexibles y que nos lo íbamos a apropiar.

Queríamos ver feministas al frente de las aulas de nuestras universidades. Queríamos ver una academia habitada por las trabajadoras sexuales, las travas, les trans,  les no binaries, por lxs presxs, por quienes hacen teoría desde el territorio, por quienes escriben con la vivencia de su cuerpa, por quienes hacen teoría crítica en los lugares más ortodoxos.

Entonces ahí, dos años atrás en el patio de mi casa, y con la fuerte convicción de que todo era posible, empezamos a crear un sueño colectivo de un congreso hecho por nosotres para nosotres.

Dos años después, más firmes, con más recorrido militante, con más historia, la idea resurgió como una posibilidad más tangible y menos utópica y empezamos a darle forma de realidad.

Estábamos seguras de que si algo no podía ser este congreso era neutral, por eso empezamos por elegir el nombre que no le dejaría ninguna duda a nadie sobre nuestra postura académica y militante: íbamos a hacer el Primer Congreso Nacional Translebofeminista para repensar el derecho. Repensar, reflexionar, interpelar e interpelarnos.

Desde el principio supimos donde queríamos hacerlo, tenía que ser en nuestro territorio, tenía que ser en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. El lugar que nos hizo profesionales del derecho, el espacio donde aún se forman muchas de nuestras compañeras estudiantes. Llevamos la idea con el miedo que tenemos quienes siempre estamos preparades para el combate pero no fue necesario pelear esta vez, el espacio nos abría las puertas para interpelarlo desde adentro y nos daba la bienvenida para hacerlo realidad el 11 y 12 de agosto.

Con nombre, lugar y fecha nos pusimos a pensar en quienes queríamos convocar. Queríamos caprichosamente que estén todes, que sea un espacio de encuentro, de celebración de todo el recorrido que hicimos hasta acá. Empezamos con la lista más ambiciosa que podíamos armar y empezamos contactando a une por une que con una alegría inmensa nos fueron diciendo que si, a todo, sí.

Así armamos 6 paneles, con lxs mejores, nuestrxs referentxs, las personas a quienes leemos y admiramos. La grilla se lleno de orgullo, de disidencia, de militancia y de feminismo. Le pusimos nombres a cada panel, cada uno desde una afirmación del feminismo que militamos:

  • Ecofeminismo, antiespecismo e interseccionalidad
  • Feminismo no punitivista
  • Trabajo sexual es trabajo
  • Reparación para armar y desarmar
  • Niñeces libres, diversas y respetadas
  • Repensar la historia de los márgenes al centro

También estábamos seguras de que tenía que ser un espacio de debate y abrimos convocatoria para todes les que quisieran escribir, para que se llene de ideas el derecho.

Las otras protagonistas de esta historia tenían que ser sin lugar a dudas las organizaciones feministas locales, para que esos dos días nuestrxs compañeres de lucha mostraran todo el recorrido que vienen haciendo desde sus espacios tan necesarios e importantes como los de quienes van a ocupar el aula principal.

A todo el cronograma académico también decimos sumarle actividades culturas: el miércoles 10 para darle un marco inaugural vamos a proyectar “Fragmentos de una amiga desconocida” la película sobre Cristina Vázquez, víctima directa de ese sistema judicial arcaico y punitivista.

La última actividad y la que le va a dar el cierre más brillante que podíamos soñar será el viernes a la noche, vamos a bailar y festejar con nuestras compañeras más excéntricas y creativas, con las maravillosas “Yarará”.

Con este congreso empezamos a habitar una nueva forma de hacer teoría que no encaje en los casilleros de lo hegemónico y lo androcéntrico. Sean todes bienvenides a una fiesta intelectual disidente, poética e histórica.

Daiana Araya, presidenta de la Colectiva de Abogadas Translesbofeministas, abogada (UNR)

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