El acceso a derechos básicos como contar con una vivienda digna, alimento para todos los días, salud, educación, no es igual para todxs en nuestro país. Esta desigualdad estructural que da cuenta de una emergencia social profundizada por los últimos años de políticas neoliberales en detrimento de las mayorías, se agrava en un contexto sanitario atravesado por un virus mundial que requiere de medidas de cuidado y prevención estrechamente vinculadas a condiciones mínimamente dignas de existencia.
En este contexto aparecen las voces que reclaman la necesidad de ser escuchadas porque de ello depende -siempre, pero aún más en estos momentos- las reales posibilidades de sobrevivir. Tal es el caso de las trabajadoras sexuales que subsisten gracias al trabajo del dia a dia para poder mantenerse y mantener a sus familias.
Gabriela Hemela es trabajadora sexual y secretaria adjunta de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR) en Rosario, y al ser consultada dijo a Reveladas: “El contexto que estamos viviendo es de mucha incertidumbre y sería muy diferente para lxs trabajadorxs sexuales si nuestros derechos estuvieran actualmente reconocidos y existieran políticas públicas para nuestro sector. No tendríamos la desesperación de no saber cómo subsistir, tendríamos respuestas para afrontar los días que estamos imposibilitadas para poder trabajar, para afrontar nuestra economía y todo lo q depende de nuestros ingresos: alimentación para nuestrxs hijxs, alquileres, vestimentas, medicamentos, útiles escolares, entre muchas otras cuestiones básicas para poder vivir”.
Desde la organización gremial que tiene su sede local en el Centro Cultural La Toma (Tucumán 1349), impulsaron algunas medidas ante la imposibilidad de trabajar. Sobre ello, Hemela señaló: “Lanzamos una colecta nacional apelando a la solidaridad entre trabajadorxs, pusimos a disposición una cuenta bancaria para poder recolectar dinero que es destinado a todas las delegaciones que componen el gremio en el país, para afrontar situaciones de extrema vulnerabilidad como el pago de las pensiones, donde viven la mayoría de nuestrxs compañerxs. Actualemente se ha asistido a unas 3 mil compañeras en todo el país. Además lanzamos una colecta de alimentos no perecederos para distribuir entre las compañeras jefas de hogar que tienen a su cargo entre 1 a 7 hijxs. Reforzamos nuestras habituales recorridas llevándoles a las compañeras desde alcohol en gel hasta materiales que hemos elaborado para la prevención frente al coronavirus”.
Los reclamos al Estado son claros: “A nivel estatal solicitamos reunión con Desarrollo Social para llevar la propuesta de que contemplen a las trabajadoras sexuales en la entrega de tarjetas alimentarias y la posibilidad de que se puedan gestionar Salarios Sociales Complementarios, unas 60 trabajadoras sexuales reciben dichos salarios pero frente a la actual situación ese piso no es suficientemente. Presentamos también un pedido de reunión al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad para conocer si se ha pensado alguna política estatal para las trabajadoras de la económica popular y que puedan conocer la actual situación que atravesamos lxs trabajadores sexuales por no contar con ningún tipo de reconocimiento hacia nuestra actividad laboral”.
La situación de emergencia sanitaria pone aún más sobre la mesa las consecuencias diarias que genera la clandestinidad y la ausencia de derechos elementales, más allá de este contexto particular. Las trabajadoras sexuales reclaman el reconocimiento de los derechos laborales que les permitan contar con obra social, jubilación, aguinaldo, y los derechos básicos del trabajador/a.
“Nosotxs como sindicato de lxs trabajadoxs sexuales exigimos al Estado que nuestros derechos sean reconocidos, como poder acceder a una obra social, a los aportes jubilatorios, tener derechos a la salud, vivienda, educación, y así poder salir de la clandestinidad que nos estigmatiza y mata todos los días. Sabemos que la imposibilidad de trabajar y llevar dinero a nuestras casas precariza todavía más nuestras vidas y la de nuestros hijxs”, subrayó la entrevistada.
En Rosario están haciendo entrega de viandas en distintos puntos, para asistir a las 600 trabajadoras de la ciudad. «Llevamos adelante acciones justamente para darle respuestas concretas a nuestras compañeras y así paliar la situación de precarización laboral por no contar con un reconocimiento hacia nuestra actividad laboral”, contó Gabriela y cerró: “Tenemos esperanza de que nuestro presidente nos ponga en agenda para seguir construyendo de manera colectiva y dar respuestas a todas las compañeras, a quienes hacemos un llamamiento a no detenernos en discusiones vacías de contenidos y que nada resuelven la vida de una trabajadora sexual, y por lo contrario aunar fuerzas ya que muchas compañerxs están a la espera de una respuesta frente a la actual situación que las tiene por demás de preocupadas”.
Foto portada gentileza Facebook AMMAR nacional