En diálogo con Reveladas, Mara Ojeda compartió la experiencia de “Juntas y Unidas”, una cooperativa creada en 2019 que se dedica al cuidado de adultos y adultas mayores, cuidado de pacientes y acompañamiento no-terapéutico.
“La Cooperativa surge desde la necesidad de tener trabajo. Somos personas travesti trans que venimos de laburar en la calle y teníamos problemáticas de consumo”, comentó Mara Ojeda a este medio. Según un reporte del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2020) sobre la población travesti trans en Argentina, se estima que alrededor de un 90% subiste ejerciendo el trabajo sexual. El reporte detalló que este trabajo trae consecuencias como la exposición constante a la violencia machista y policial, consumos problemáticos o enfermedades de transmisión sexual. La esperanza de vida del colectivo es de 35 a 41 años. “Con ‘la Coope’ tenemos otra opción aparte del trabajo sexual. Nosotras no renegamos del trabajo sexual porque es trabajo”, aclaró la entrevistada.
La integrante de “Juntas y Unidas” afirmó que construir la cooperativa, conformada por 17 personas, les cambió la vida y la conciencia de “creer que podemos hacer algo grandioso”. Según contó, “la mitad está trabajando activamente, a medida que salen las demandas nos distribuimos las tareas, hay quienes se ocupan de los trámites y la documentación, y de estar en la comunicación.”, dijo Ojeda y agregó que “en todos los labores vamos rotando, si bien hay roles definidos, la idea es que podamos aprender diferentes tareas.”
La expulsión del sistema cis-patriarcal hizo que compañeras travesti trans no asistan a hospitales por miedo a no ser atendidas, a caer presas o pasar vergüenza porque se les llame con su nombre “muerto”. Cabe aclarar que varias de las integrantes están luchando por la aprobación del proyecto de «Ley de Reparación Histórica para las sobrevivientes Travestis-Trans post-dictadura», que busca una reparación por la persecución a las identidades travesti-trans vivida entre 1983 y 2010, tras la vigencia de los edictos policiales que se referían a la “ofensa al pudor” (artículo 83), la “prostitución escandalosa” (artículo 87) y el travestismo (artículo 93), dichos artículos fueron derogados en 2010. Mara añadió “nosotras no asistíamos a los hospitales, nos cuidamos entre nosotras porque ni hablar que te cuide un familiar porque la mayoría estaba excluida de la casa”. Y reivindicó el trabajo de cuidado, “nos han descuidado y nosotras estamos trabajando cuidado a alguien”.

Además contó que “se están abriendo muchas puertas de diferentes organismos e instituciones con las que empezamos a proyectar otras líneas de trabajo para seguir creciendo. Por ejemplo logramos tener una oficina para hacer reuniones y desarrollar toda la parte administrativa”, y sumó que para consultar o contratar el servicio de cuidado y acompañamiento no terapéutico o gerontológico, que ofrece la cooperativa “Juntas y Unidas” se pueden comunicar a través de la una cuenta de instagram y Facebook.
La población travesti trans, a partir de la sanción de Ley de Identidad de Género, posibilita a nuevas generaciones acceder y finalizar los estudios de nivel secundario y se inicia en la formación terciaria o universitaria. Sin embargo, la integrante de la cooperativa compartió que a su generación “nunca nos dieron la posibilidad, no nos instruimos desde chicas porque no existió esa posibilidad y todo lo que ya sabemos que atraviesa la comunidad travesti trans”.
Por esta razón, un camino para las integrantes fue asociarse en una cooperativa. Mara señaló que la cooperativa se divide en trabajo de cuidado y acompañamiento y por otro lado en quienes coordinan espacios de capacitación sobre cuidado y alfabetización digital, estos últimos se llevan adelante gracias al Programa Santa Fe Más. Mara destacó en la charla “la posibilidad de elegir un trabajo con el cuidado a otras personas, que es lo más humano que podemos hacer” y agregó “el cuidado para nosotras vino a traer un significado importantísimo porque nos formamos en un cuidado del que nos excluyeron”.
Las tareas de cuidado se hicieron más visibles sobre todo en época de COVID-19 y en particular, el cuidado hacia las personas adultas mayores. Mara destacó la labor que hace cada integrante de la cooperativa, “siempre le ponemos cariño, paciencia y nos reconocemos capaces de ayudar. Y ese es nuestro trabajo”, cerró.
Otras experiencias
En la ciudad de Rosario funcionan otras dos cooperativas radicadas en el Centro de Formación Cooperativo Travesti Trans a cargo del Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad de la provincia de Santa Fe. Por un lado, “Rico y Sabroso” que se dedica a la gastronomía y por otro, “Agujas Trans” que se nuclea en el rubro textil. Con este Centro de Formación “se busca instalar una lógica productiva donde las personas que transiten por estos espacios puedan observarse desde una perspectiva laboral sustentable y sostenible en el tiempo”, según el portal web del gobierno provincial.
El cooperativismo es autogestión, tomar decisiones con responsabilidad y compromiso, apostar a otros modos de producción que tengan como ejes centrales la convivencia, el respeto mutuo y la pertenecía a un lugar.