El pasado #8M en las calles de la ciudad de Rosario se volvieron a escuchar los reclamos de cientos de mujeres y disidencias. El punto final del recorrido fue el Monumento a la Bandera y sus escalinatas se colmaron de manifestantes, proclamas e intervenciones artísticas, entre ellas la performance de Resquicio Colectivo, cuyas integrantes levantaban el cartel Hoy estamos de paro y aún así trabajamos. Desde Reveladas conversamos con Noelia González, Florencia Sorrequieta y María Victoria Piccione, integrantes del colectivo artístico.
En sus redes, Resquicio se define como un colectivo artístico político de la ciudad y, en palabras de sus integrantes, sus orígenes se remontan al Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Rosario en 2016. Allí participaron de una intervención artística llamada Perras, propuesta por un colectivo de Buenos Aires. En aquel entonces la gran mayoría de ellas provenían del profesorado de danzas y recibieron la invitación por medio de una compañera de Buenos Aires.
“Se trataba de una intervención masiva, de alrededor de doscientas personas en escena, como la mayoría de las compañeras de ese colectivo no podían viajar, una compañera nos invitó”, detalló Noelia en diálogo con este medio y recordó que esa primera vez fue una experiencia movilizante porque se trató “de otra forma de estar en la marcha, de estar con el cuerpo presente”.
«No somos basura» fue la puesta en escena y se caracterizaba por presentar mujeres embolsadas, para lo cual se inspiraron en la obra de Virginia Tuttolomondo, bailarina y directora local. La intervención tuvo sus réplicas ya que entienden que “el arte tiene derecho a réplica, las obras no tienen autorías”. La segunda convocatoria fue en el Tetazo del 2017 en el Monumento, donde “éramos alrededor de sesenta personas y en ese momento nos convocamos ya como CAIA (Colectivo de Artistas Independientes Autoconvocados). Desde los inicios en las puestas en escena participaron hombres y, sobre esta convocatoria, Mavi recordó que “los medios de comunicación entrevistaron en ese momento a nuestros compañeros hombres antes que a nosotras”.
En junio del 2017 se constituyeron como Resquicio tras el manifiesto que ellxs mismxs redactaron, al respecto Mavi remarcó que el proceso de escritura tuvo un papel muy significante para el Colectivo ya que implicaba pensar y escribir acerca de lo que hacían. «¿Por qué resquicio? El resquicio es la brecha, el agujero que hay entre habitar ese espacio con el cuerpo y decir aquello que consideramos importante”, reflexionó Noelia.
Al ser consultadas sobre el número de integrantes que lo componen mencionaron: “Cuando iniciamos éramos treinta personas, se duplicó con el Tetazo y en la escritura participamos alrededor de quince personas, pero como Colectivo respetamos los tiempos del otrx y en base a eso montamos las dinámicas dependiendo de la cantidad que somos”.
Las integrantes explicaron que “hay quienes son más activos en redes o que tienen mayor iniciativa, es decir, hay gente que no tiene ganas de sentarse a pensar y preparar una performance, pero sí en poner el cuerpo”. Asimismo, detallaron que no existe división de tareas, sino que el grupo se maneja por grupos de WhatsApp que se encuentran abiertos a quienes deseen participar. «No hace falta ser bailarín, actriz, alguien de las artes escénicas, lo importante es querer decir algo, denunciar de otra manera”, enfatizaron.
Sin embargo, “intervenir en la calle no es estar en un escenario” comentó Flor. Las performances suceden en el espacio, el aquí y ahora, la escucha en el momento, aquello que se debe mantener para que no sea transformado en un espectáculo. Aquí aparece la curaduría en vivo de la mano de los monitores, es decir, quién/quienes cuidan la intervención saliéndose del adentro y observando la puesta en escena. “Esta especie de dirección rotativa, crea un perímetro y van observando aquello que está bueno y merece ser repetido, que cosa gustó y podemos alargar, entre otros aspectos”, comentó Noelia, mientras que Flor mencionó que dicha figura permite un nivel de confianza muy grande en la grupalidad.
Respecto a la última performance las integrantes cuentan que tuvieron que improvisar al no contar con monitores y “por eso nos subimos a lo alto en las escalinatas, teníamos poco espacio entonces esa fue la decisión, de igual modo el cartel que desplegamos lo habíamos pensado en hacer en forma de círculo y que deba leerse desde afuera, pero se modificó totalmente. Son cosas que te permiten ser flexible y adaptarte al espacio”, afirmó Noelia. Y de repente “surgen imágenes muy potentes que no las pudiste pensar y sucede algo mágico, de alguna manera vamos tejiendo un espacio de resistencia que habilita a que eso suceda”, comentó conmovida Flor.
Resquicio Colectivo entiende que su vinculación directa está enmarcada en el feminismo y la defensa de los Derechos Humanos, ya que además se han hecho presentes en manifestaciones como el 24 de Marzo, la lucha contra el gatillo fácil, el pedido por la ley de humedades y los reclamos docentes. Además, sostienen que si alguien ve las diferentes puestas en escena y le gustaron pueden repetirlas, ya que entienden que las intervenciones son de libre autoría. “Esto permite que cualquiera a su vez pueda modificarla y a nivel del Colectivo se genera una apertura y horizontalidad difícil de encontrar”, sostuvo Flor y agregó: “resulta enriquecedor poder ir llevando estas dinámicas a otros espacios, como en nuestro labor docente, o a nuestras propias familias”. Finalmente, Mavi destacó que «la militancia tiene que pasar desde la afectividad y ternura”.
Ph: Flor Carrera
