Reconstruir la escuela desde casa

Reconstruir la escuela desde casa

¿Profe cuándo volvemos a la escuela?, es una de las frases que se repite en los zoom, meets, videollamadas y demás dispositivos audiovisuales de los que debieron apropiarse lxs alumnxs y docentes de los distintos niveles educativos a partir del decreto del 20 de marzo que establecía el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) para frenar el avance del COVID-19 en todo el territorio argentino. La provincia de Santa Fe fue y vino entre distintas fases de confinamiento, permitiendo la apertura y cierre de diversas actividades, pero una de las que se proyecta para continuar de forma virtual es la enseñanza. Las escuelas solo están abiertas para entregar bolsones de comida y repartir fotocopias a lxs chicxs sin conexión.

La rapidez de las noticias obligó a directivos y docentes a dejar de lado las tradicionales planificaciones anuales para los cursos y empezar a buscar nuevas alternativas para mantener el vínculo con las familias y lxs alumnxs. Esta situación puso en evidencia la desigual distribución de los recursos de imagen y sonido con los que se cuenta en los hogares y la enorme brecha digital que existe. En ese contexto, se llegó a septiembre en el marco de un plan de lucha llevado a cabo por los sindicatos Amsafe y Sadop, quienes exigen una recomposición salarial y regularizar el teletrabajo. Desde Reveladas charlamos con directivos, docentes de distintos niveles y gremialistas para conocer la situación actual de la docencia santafesina.

Si hay un punto en el que coinciden es en el desafío que significó reinventar las formas de enseñar y aprender, a partir de un sistema educativo basado históricamente en la presencialidad. “El cierre de las escuelas me tomó por sorpresa, al principio fue bastante engorroso porque no sabía para dónde salir disparando, tuve que rediseñar las estrategias y aprender muchas cosas sobre nuevos programas y cuestiones vinculadas a la tecnología. Se hace difícil la autoevaluación porque uno no puede observar detenidamente si todo llega, por eso voy probando alternativas para llegar a todxs, o por lo menos la mayoría”, comentó Luciana Merlo, docente de 1° grado de la Escuela N°800 Joaquín Arguelles de Rosario.

Carolina Miranda, profesora de Química en el nivel secundario, agregó la necesidad de pensar y adaptarse a la falta de recursos a los que se enfrentan las poblaciones escolares con las que trabaja, y por eso “decidí enseñar también con otras formas de conexión como grupos de WhatsApp con los chicxs y también dando la posibilidad a que participen las madres y padres en aquellos casos donde no se contaba con un móvil propio. Comencé con el envío de fotos, videos, hasta llegar casi a tutorías virtuales para cursantes y ex-alumnxs que debían la materia, como soporte por la falta de tutores designados”.

Al desconcierto de los primeros días, una maestra de nivel primario de un colegio privado de Funes sumó el hecho de no conocer demasiado a los chicxs ya que solo tuvieron dos semanas de clases antes del inicio de la cuarentena. “Este año pasé de trabajar en una escuela pública barrial a un colegio privado, por lo que solo conocía a dos compañeras de trabajo y tampoco sabía casi los nombres de lxs alumnxs. La computadora no me funcionaba, tengo la del plan Conectar Igualdad y no me andaba el sonido y el Word así que tenía que pedirle a una amiga que me pasara las cosas hasta que una compañera de la escuela me prestó una compu. Al principio estaba sentada desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche y me iba a dormir llorando porque todo el tiempo nos exigían modernizarnos y yo me llevaba mal con la tecnología, hasta que pude armar videos, dar las clases por zoom, usar las plataformas; con el correr del tiempo lo logré y hoy me siento cómoda y también pude ir conociendo a lxs chicxs”.

“Un celular para cuatro alumnxs”

La emergencia sanitaria y las consecuencias económicas producto del avance de la pandemia profundizaron las desigualdades sociales existentes y dejaron al descubierto otras como la brecha digital existente en Argentina. En los establecimientos escolares ubicados a lo largo y a lo ancho de la provincia se observan múltiples realidades, pero en todos se destaca el compromiso de lxs docentes por seguir manteniendo la educación a distancia y reinventarse continuamente en pos del presente de sus alumnxs, transformándose de este modo también en trabajadorxs esenciales.

La docente de Funes detalló que envía dos veces por semana las actividades a través de una plataforma y luego las madres y padres se las regresan resueltas y escaneadas y se conecta con sus alumnxs por zoom. “Se conectan todxs y si no pueden te avisan, por suerte el vínculo con las madres es excelente, salvo un par que piensan que sos la empleada; también puede pasar que algún niñx no se quiera conectar por vergüenza y eso se respeta. Son niñxs muy amorosxs, inclusive estamos pensando estrategias para cuando volvamos al aula, para hacerla un lugar más ameno, pensamos por ejemplo incorporar plantas porque ellos extrañan el patio, los recreos, el juego, pero no el aula en sí. Son hijxs de profesionales o docentes y por lo general no hay problemas de acceso a internet”. Pero reconoce que esta situación no es la que se vive en todos los establecimientos educativos de la provincia, por ejemplo, “en la escuela donde trabajaba antes, sé que pueden hacer poco porque los padres no tienen herramientas para acompañarlos en el proceso de aprendizaje y eso es muy angustiante”.

Este último caso es el que narra Carolina C, docente de Lengua en instituciones educativas de gestión privada de Rosario, quien explica que en algunos casos se puede mantener el vínculo mediante la plataforma Edmodo y los chicxs se preocupan por las tareas, pero “en el colegio de zona oeste donde trabajo los alumnxs tienen una realidad diferente y mantenemos el vínculo por medio de lxs referentes, les damos las tareas y ellxs se las pasan a lxs chicxs, ya que algunxs no tienen WhatsApp o wifi, no son cosas prioritarias porque están ocupados en dar respuesta a sus necesidades básicas”. 

La conexión también afectó a lxs docentes, Carolina tuvo que comprar datos móviles con dinero de su bolsillo “porque la pandemia me agarró en plena mudanza, la única manera para mandar los trabajos era a través de los datos hasta que me pusieran el wifi”. Por otra parte, reconoce que trabaja más horas que antes porque hay que corregir muchos más trabajos pero “valoro también el hecho de poder estar junto a mi hijo pequeño, porque en condiciones normales tengo largas jornadas laborales y solo lo veo un rato a la noche”.

“Fue bastante bravo rediseñar las propuestas educativas a partir del aislamiento porque trabajo en un contexto de mucha vulnerabilidad, con los más olvidados de la sociedad, y la pandemia profundizó las diferencias. La mayoría de las familias no cuenta con un plan de conectividad, hay que considerar que familias con un mismo celular se hicieron cargo de la educación de cuatro chicxs y esto nos hace pensar en internet como un derecho. Siempre tratamos de enlazar con las instituciones del barrio, al principio si no teníamos el teléfono de alguien íbamos al centro de salud donde se atiende y allí conseguíamos los datos para informarle que tenía que pasar a retirar el bolsón de comida y también la tarea”, detalló Victoria Acosta, maestra de 6°to grado del Colegio Marcelino Champagnat de Villa Banana en Rosario.

A partir de esta situación Victoria y otrxs docentes decidieron armar un programa radial para impartir contenidos y vincularse con las familias. “Lo realizamos desde junio, cuando ya se nos estaban quemando los papeles sobre cómo llegar a lxs alumnxs, queríamos crear otros puentes de comunicación. En la radio trabajamos contenidos, tenemos una columna vinculada a la Educación Sexual Integral (ESI), pero también hemos salido a recorrer los merenderos y comedores que llevan adelante las mamás de la escuela, espacios que no nos gustaría que existan pero son de gran ayuda cuando el Estado no llega, en su mayoría sostenidos por mujeres”, graficó.

Por último, la docente de nivel primario valoró el decreto del Estado nacional que declara servicios públicos a la telefonía celular, el cable e internet y prohíbe cualquier modificación de precios hasta el 31 de diciembre. La norma establece «que el derecho humano al acceso a las TIC y a la comunicación por cualquiera de sus plataformas requiere de la fijación de reglas por parte del Estado para garantizar el acceso equitativo, justo y a precios razonables».

Docentes enseñando desde la radio. Foto gentileza Victoria Acosta

La situación no es más reconfortante para las Escuelas de Enseñanza Medias para Adultos (Eempas). Lxs directivxs de estas instituciones reclaman que desde Educación no se diagramó una política apuntada en este contexto a esta modalidad, a lo que se le agrega que durante el primer semestre del año no se realizó la designación del directivx de la modalidad a nivel provincial, dejando las decisiones en manos de lxs diversxs supervisorxs. “No nos tuvieron en cuenta para nada a la modalidad adultos, los problemas de este sector son más terribles de lo que uno cree y están vinculados a la crisis económica y a la conectividad, lo que ocasionó una deserción fatal. Hasta nos mandaron los cuadernillos que les sobraron del Nivel Medio sin tener en cuenta nuestra forma de cursado particular y la planificación propia de la enseñanza de adultos”, contó con tristeza la directora de un Eempa de la ciudad de Rosario, en el marco de las largas jornadas laborales que implican tareas administrativas pero también conocer la situación de cada estudiante y los motivos de su falta de respuestas a las consignas de lxs profesorxs.

Docente que lucha también está enseñando

Las situaciones antes descriptas se encuentran atravesadas por el estrés propio de la incertidumbre sobre cuándo y de qué modo se va a retornar a las aulas y por la falta de mejoras salariales. Los gremios que representan a lxs docentes de instituciones públicas y privadas de Santa Fe -Amsafe y Sadop- vienen llevando a cabo desde hace varias semanas apagones virtuales para reclamarle al gobierno provincial la apertura de paritarias para discutir una recomposición salarial y mejores condiciones laborales en el marco del teletrabajo.

En diálogo con Reveladas, Sonia Alesso, secretaria general de CTERA (Confederación de los Trabajadores de la Educación de la República Argentina) y de AMSAFE (Asociación de Magisterio de Santa Fe), sostuvo que se exige una reunión paritaria “para discutir todos los temas, desde los salarios hasta la falta de recursos virtuales de lxs docentes y los concursos pendientes. Nuestra última paritaria fue en 2019, ya que este año el gobierno provincial la cerró unilateralmente. La imposibilidad de acceder a las calles hace que tengamos que implementar otros recursos como los apagones virtuales, petitorios, radios abiertas, pegatinas, cartas a la comunidad educativa”.

A su turno, Silvana Cadahia, secretaria adjunta de Sadop (Sindicato Argentino de Docentes Privados) seccional Rosario, recordó que “lo único que hubo unilateralmente fue un bono por única vez de 3 mil pesos por agente y 100 pesos por cada hora cátedra y solo hasta 30 horas cátedras cuando lxs docentes pueden tener hasta 44. Por eso toda la docencia santafesina se ha unido en reclamo de una recomposición salarial que permita actualizar los sueldos y atender la situación que atraviesa el sector”.

Ante la consulta sobre la posibilidad de profundizar el plan de lucha a partir de la realización de un paro por tiempo indeterminado, Cadahia reflexionó: “Esta propuesta es la menos votada, entiendo que en este contexto de virtualidad no podemos aislarnos. La desconexión total la evaluamos como una estrategia que iría en contra de la visibilidad de la lucha ya que no podemos encontrarnos en las calles. Por otra parte, terminaría en una desconexión con las familias, teniendo en cuenta que en algunos territorios ya hay un grave peligro de descolarización, esto no atañe solo a la escuela, es una responsabilidad social, hay chicxs que nunca se conectaron porque están en contextos precarios, no podemos alejarnos de lxs que se conectan cuando la madre logra cargar tarjeta o que recibe las fotocopias que la propia escuela imprime”.

En ese punto, Alesso agregó: “Como demanda a la patronal lo que estamos planteando es que los chicxs necesitan recursos y lxs docentes también. También se debe tener en cuenta que lxs profesorxs y maestrxs están pagando la conectividad de su bolsillo y sin ningún aumento salarial. Hay quienes no tienen computadora o deben compartir la misma computadora con sus hijxs, quienes también requieren de conexión y tiempo de uso para hacer sus tareas. La ley de teletrabajo establece que el empleador debe brindarle al trabajador lxs recursos”.

“El mayor desafío que tuvimos fue reconstruir la escuela desde casa con lo que teníamos. Nos molestó que luego de un mes y medio de aislamiento la ministra de Educación, Adriana Cantero, dijo que le pondría un 7 a la docencia santafesina cuando tuvimos que reconstruir el sistema educativo en soledad, sin ninguna direccionalidad, sin acompañamiento y con críticas y retos. Eso impactó mucho en el espíritu y trabajo docente. El sistema educativo se rige por la planificación y acá no la hubo, hubo una puesta desesperada y después le dimos sistematicidad, en el medio las familias que se quejaban si les dábamos mucha tarea o le dábamos poca. Por eso desde Sadop estamos pidiendo la Emergencia Educativa, un proyecto que tiene media sanción de la Cámara de Diputados”, contó Cadahia, al tiempo que desde el gremio remarcaron como “insuficientes” los cuadernillos de aprendizaje distribuidos desde el Ministerio de Educación.

La declaración de Emergencia Educativa es por un año, tiene como finalidad “restablecer los derechos constitucionales de enseñar y aprender, respetar los criterios de inclusión y calidad educativa, garantizar el cumplimiento de los acuerdos paritarios, establece la reinserción de estudiantes al sistema educativo que perdieron acceso a las propuestas educativas y crea el Consejo Provincial de Emergencia Educativa”.

Foto gentileza Facebook Graciela Barroso

Un sector postergado: lxs docentes reemplazantes

Dentro de las múltiples realidades docentes, sin dudas, uno de los grupos más afectados –por no decir el más afectado- son lxs docentes reemplazantes. Cientos de profesionales que ya tienen su título pero no son todavía titulares de horas cátedras, es decir, no tienen estabilidad económica. Su panorama es siempre complicado ya que corren de una escuela a otra a partir de llamados que muchas veces llegan solo minutos antes de arrancar la clase, cobran su trabajo dos meses más tarde y si los reemplazos son intermitentes no tienen cobertura de salud. Este panorama se volvió más sombrío desde el inicio del ASPO debido al corte abrupto de los reemplazos y la falta de políticas estatales específicas para auxiliar al sector.

Debido a esto, muchxs debieron reinventarse y buscar algún emprendimiento que les permita subsistir. “El inicio del aislamiento me encontró sin trabajo, hice mi último reemplazo a principios de diciembre del año pasado, en febrero repartí CVs, sumado a que ya estaba anotada en las escuelas públicas, pero con el inicio de la pandemia se paró todo. Es muy angustiante haber estudiado tantos años y después tener que trabajar de otra cosa para subsistir, en este momento estoy haciendo un emprendimiento de budines porque los reemplazantes no tenemos respuestas por parte del Estado provincial, estamos sin trabajo y sin obra social. Es una situación desesperante”, contó Carla Di Terlizzi, egresada de la Facultad de Humanidades y Artes.

Por otra parte, hay casos como el de Paula Barranco, egresada de la misma Casa de Estudios, a quien la pandemia la encontró con un trabajo en relación de dependencia de 8 horas, en un rubro que nada tiene que ver con la docencia pero que le permite tener una fuente de ingresos. “El último reemplazo que hice terminó el 31 de marzo, ahí me quedé sin trabajo como docente y después no me volvieron a llamar de ninguna escuela, ni pública ni privada, a pesar de los tantos CVs que dejé. La docencia está parada para los que somos reemplazantes y sino hay una fuente alternativa no hay modo de subsistencia”, indicó.

Carla, Paula, y lxs demás reemplazantes no solo se ven perjudicadxs por la falta de ingresos, sino también por la imposibilidad de sumar reemplazos que generen antecedentes y les permitan estar mejor posicionadxs en el escalafón docente a la hora de que surja un reemplazo u horas a titularizar. A esto se suma que muchos no pudieron acceder al Ingreso Familiar por Emergencia (IFE), ya que habían hecho reemplazos durante el año y el sistema los rechazaba porque figuraban sus aportes. Teniendo en cuenta esta situación, recientemente la Legislatura santafesina sancionó un proyecto que establece el pago de un bono a docentes reemplazantes, pero su forma de pago, cifra y cantidad de beneficiarixs está sujeta a lo que se defina en las reuniones paritarias, las cuales -repetimos- están paralizadas.

Imagen principal Luneta Dibujos

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