“Para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de nacer”, es una de las frases más celebres del médico y obstetra francés Michel Odent, uno de los defensores mundialmente reconocidos del denominado parto respetado. Este pronunciamiento, que puede parecer hasta idílico y romántico, deja entrever todas las formas de violencia a las que son sometidas las mujeres en el transcurso de sus embarazos y al momento del nacimiento de sus hijxs, respaldadas por un sistema médico jerárquico y patriarcal.
En el marco de la Semana Mundial del Parto Respetado, desde Reveladas charlamos con Ángeles Huck, puericultora, doula e integrante de la colectiva MujerEs en Tribu , espacio que nació en 2015 y se dedica al intercambio y difusión de saberes vinculadas al embarazo, parto y crianza respetuosa en la ciudad de Rosario. “Cada vez son más las mujeres y los hombres que se acercan a nuestras charlas porque quieren darle un nacimiento respetuoso a sus hijxs, no es que el parto respetado se puso de moda, ahora tenemos las herramientas para poner en palabras todo el maltrato naturalizado que hemos recibido por años”, sostuvo.
La Ley 26.485 para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en los Ámbitos que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales, en el inciso e del artículo 6°, define a la violencia obstétrica como aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.
Este inciso de la norma viene a completar la Ley de Parto Humanizado, sancionada en 2004, que establece derechos para la madre, y quien recién nace. A pesar de esto, en el caso de Santa Fe, la provincia adhirió a la norma, pero no la reglamentó y en la mayoría de las instituciones públicas y privadas no se cumplen sus puntos. Es decir, es habitual que las mujeres reciban maltratos verbales, se le realicen procedimientos sin consultarle, no se respeten los tiempos biológicos naturales y se hagan una enorme cantidad de cesáreas innecesarias. Todos estos procesos golpean la salud psíquica -y en ocasiones hasta física- de la mujer y dificultan el vínculo con quien recién nace, son heridas silenciosas que muchas veces se ocultan bajo la frase “tenés que estar contenta porque el bebé está bien” (claro, como siempre somos las exageras o locas).
Según publica el portal Cosecha Roja, el informe de Las Casildas, una agrupación feminista que difunde información en torno a la gestación, parto, nacimiento y crianza de niños y niñas, entiende que un 60,2 por ciento de las mujeres que sufrieron violencia durante el parto sienten que esa violencia impactó en su cuerpo: sensación de vergüenza por las marcas y/o cicatrices (50,4%), rechazo frente al propio cuerpo (55%) y sensación de estar fallada y no poder (90%). Además, un 48,7 por ciento de las mujeres dijo haber sufrido secuelas en su salud sexual y reproductiva, que incluyen problemas de infertilidad, daños en el suelo pélvico, prolapso, problemas en futuros embarazos y dolores, incomodidad o dificultad emocional en relaciones sexuales. Un 43,8 por ciento de las encuestadas, además, contó que el maltrato en el parto le generó dificultades en el vínculo con su hijx.
Muchas mujeres como Ángeles, encuentran en la vivencia de alguna de estas situaciones la fuerza y el empuje para militar. “Mi hija nació en un sanatorio, en un parto súper intervenido, a pesar de que tenía cierto grado de información sufrí muchas situaciones violentas, porque estamos hablando de una violencia naturalizada, donde te manipulan con el miedo. Creo que a partir de ahí nació mi militancia. Cuando hablamos de parto respetado hablamos de salud, de medicina basada en la evidencia”, sostuvo.
Situación local
Consultada sobre lo que sucede en las instituciones de salud rosarinas, Ángeles comentó: “Las clínicas de Rosario no cumplen con la ley, no son respetuosas del proceso del parto. Las mujeres están atadas a la elección del médico porque la institución en sí no garantiza los derechos de las mujeres y niñxs, y muchas veces se pasa por encima de la ley con la excusa de que hay un protocolo institucional que no permite, por ejemplo, que la mujer sea acompañada por quien ella decide durante una cesárea, y sabemos que ningún protocolo puede ir por encima de una ley nacional”.
Y detalló: “Tenemos una institución local que tiene una tasa de entre el 70 y el 80 por ciento de cesáreas cuando la Organización Mundial de la Salud determina que tiene que haber entre el 15 y el 17 por ciento. En cuanto a las instituciones públicas, hay un camino abierto con la transformación de la maternidad del Roque Sáenz Peña, pero en otros espacios seguimos con la misma atención deficiente”.
En ese marco, las mujeres establecen redes para compartir información y al momento de decidir tener un hijx se empieza un difícil recorrido por encontrar “un/una obstetra que me respete”. “Las mujeres terminan pagando un plus altísimo para atenderse con determinadx médicx pero muchas veces eso no te garantiza nada tampoco. Las intervenciones innecesarias no se dan solo en el preparto y el momento del alumbramiento, sino también luego del nacimiento, cuando se separa inmediatamente al bebé de la mamá y no se respeta la hora de oro, fundamental para el inicio del vínculo entre ambos y para lograr una exitosa lactancia materna”, subrayó.

Medicina patriarcal
Para ahondar en el tema, la integrante de Mujeres en Tribu invitó a reflexionar que “cuando hablamos de embarazo estamos ante una mujer que, en situaciones normales, está sana, no hay una enfermedad, por lo tanto no hay una necesidad de toda esa medicalización que se ejerce sobre nuestros cuerpos. Hay una apropiación del cuerpo y los procesos sexuales de la mujer, se deja de lado nuestro deseo o lo que sentimos porque se entiende que solo el médico tiene el saber. Es despojar a las mujeres de sus decisiones y autonomía e infantilizarlas, es patriarcado puro”.
Se trata de un poder médico hegemónico que se ubica por encima del saber de la mujer. Además, se realizan procedimientos que muchas veces no están basados en datos científicos sino en prácticas arraigadas entre lxs profesionales de la salud que son útiles para ellxs pero no para las mujeres, por ejemplo, el hecho de no permitir el libre movimiento para aliviar el dolor o la posibilidad de parir solo acostadas. “Sabemos que ningún cambio viene desde arriba, es un proceso de transformación por el que nosotras tenemos que luchar”, sostuvo.
En ese marco, planteó que el movimiento feminista actual ha tomado como propias las luchas vinculadas a los derechos de las mujeres a la hora de parir y criar a sus hijxs. “Las cuestiones ligadas a la maternidad siempre quedaron muy relegadas en el movimiento, pero entiendo que por una cuestión de maduración, antes lo primero era lograr la emancipación de la mujer de su hogar para que pueda estudiar y salir a trabajar. Pero con esta nueva ola se ha puesto en debate la maternidad desde todas sus aristas; bajo el lema ‘la maternidad será deseada o no será’, se abre la posibilidad de denunciar la violencia que recibimos quienes elegimos ser madres”.
En relación a la Ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), Ángeles dejó en claro que desde Mujeres en Tribu se han pronunciado a favor ya que “nosotras abogamos por la libertad de la mujer y su cuerpo. La violencia obstétrica va de la mano de la violencia ginecológica que sufren muchas mujeres que han atravesado por un aborto, sea inducido o no, porque también sabemos de mujeres que han ido a una guardia con un aborto espontáneo en curso y se les ha negado la medicación necesaria, es decir, todo vuelve a quedar sujeto al médicx de turno”.

Para finalizar, explicó que también desde la colectiva luchan para la concreción de otros derechos como la ampliación de la licencia por maternidad y la colocación de lactarios en los espacios de trabajo, y dejó en claro que “no queremos reducir esto a la discusión de la buena o mala madre que decide o no ir a cesárea, porque sino caemos en la culpa que siempre termina sintiendo la mujer; no es lo mismo una mujer que decide ir a cesárea por x motivo que aquella que lo hizo porque no se le dio la información correcta y se le infundió miedo. Estamos hablando de la posibilidad de estar informadas y elegir en función de eso. No vamos por el camino de los fanatismos sino de la información científica”.
Actividades por Semana Mundial del Parto Respetado
Martes 14 – 8 a 14 hs.
Jornada de debate y reflexión con invitados/as.
Auditorio Distrito SUR – Uriburu 601
Organiza: Municipalidad de Rosario
Miercoles 15 – 18:30hs
Charla gratuita.
Italia 1157
Organiza: Andrea Caminotti (Psicologa y Doula) + Ser En Ronda
Jueves 16 – 8.30 hs.
Taller participativo en la comunidad
SUM Distrito Sudoeste.
Organiza: APS – Maternidad Martin – Sec. De Salud Pública, Municipalidad de Rosario
Viernes 17 – 17 hs.
Charla. “El poder de parir está en vos”.
Corrientes 450 1er. Piso
Organiza: Comisión de Mujeres, Asociación Empleados de Comercio Rosario.
Viernes 17 – 18:30 hs.
Proyección “PARIR” + debate
Auditorio Salvador Allende – Fac. Medicina – Santa Fe 3100
Organiza: OVO Rosario
Viernes 17 – 19hs
Charla + debate. Obstetra invitada Gilda Vera Lopez. Coordinadora RELACAHUPAN
Aditorio CEMAR – San Luis 2020
Organiza: Doulas de Rosario
Sábado 18 – 10 a 13hs
Mesa de difusión de derechos.
Córdoba y San Martín.
Organiza: Colectivo Autoconvocado Mujeres En Tribu