Parir en tiempos de pandemia

Parir en tiempos de pandemia

Virus. Virus, infección. Virus, infección, contagio: fiebre, tos, dificultad para respirar, dolor de garganta. Lavarse las manos con frecuencia, usar alcohol en gel, toser y estornudar en el pliegue del codo. No te toques el rostro con las manos. Besos no, el afecto hoy se demuestra de otra manera. Aislamiento, distanciamiento social. Los respiradores no alcanzan, ¿no lo ves? Quedate en tu casa, no son vacaciones, ¿cómo te lo tengo que decir? Cuarentena. Cuarentena obligatoria.

Medios de comunicación y redes sociales saturados con un mensaje que busca prevenir, evitar, detener, pero que indefectiblemente asusta. Tan abrumador como inesperado, el coronavirus penetró en la sociedad y llegó para modificar la vida de todxs. En este contexto y con el sistema de salud velando por no colapsar, agregar dos palabras complica la cosa un poco más y es ahí donde crece la incertidumbre: Gestar y parir en tiempos de pandemia, ¿y ahora qué hago?

Según un informe publicado por el Ministerio de Salud de la República Argentina, “el conocimiento disponible en relación con el impacto del Covid19 en embarazadas y recién nacidos es limitado”, no obstante, el material desliza formas de manejo para estos casos. Para gestantes asintomáticas provenientes de zonas de transmisión: 14 días de aislamiento, consulta temprana ante la aparición de síntomas y posposición de controles y estudios programados durante ese período. Para embarazadas sospechosas o casos confirmados: internación en aislamiento con aviso previo al centro de salud y en cumplimiento con las recomendaciones de bioseguridad definidas a nivel nacional. La persona gestante recibirá el tratamiento antirretroviral recomendado también para no gestantes y deberá permanecer en el hospital hasta cumplir con los requisitos de alta definidos. 

Sobre el modo de nacimiento en gestantes positivas, el documento aconseja parto natural puesto que la información actual no indica necesidad de cesárea. Una vez fuera del vientre, la internación de madre e hijx será por separado, continuando con la lactancia sin amamantar al recién nacidx de manera directa, sino a través de mecanismo de extracción.

En vistas de lo anterior, se entiende que la investigación avanza y los protocolos para personas embarazadas confirmadas con Covid19 se actualizan día a día. Pero, ¿qué pasa con las gestantes sanas? En las últimas semanas, organizaciones de mujeres han recibido denuncias de diversa índole con relación a la gestación y el coronavirus. Estudios que se cancelan, partos que se adelantan, cesáreas que se programan sin fundamento alguno e incluso altas tempranas, con todo el riesgo que eso implica.

Para saber más al respecto, Reveladas consultó a María Petraccaro, periodista e integrante del Colectivo Mujeres en Tribu, una organización que milita por gestaciones, partos, nacimientos y crianzas respetadas. “Nosotras formamos parte de una red nacional de organizaciones en la que participan también obstetras, parteras, doulas, puericultoras y personas que acompañan el proceso del embarazo desde diferentes lugares. Es ahí donde empezamos a notar que muchas instituciones de salud están actuando en todos los casos como si se tratase de una mujer enferma”, dijo la entrevistada.

La militante explicó que los protocolos a emplear son los establecidos por la Ley 25.219 de Parto Respetado e hizo hincapié en las recomendaciones arrojadas desde la Organización Mundial de la Salud (OMS): “No hay evidencia de que las mujeres embarazadas tengan síntomas distintos a los del resto de la población, ni siquiera se enfrentan a un riesgo mayor al exponerse al Covid19. Tampoco se han producido transmisiones de madre a hijo (ni a través de la placenta ni por la leche materna) por lo que la OMS aconseja realizar cesáreas únicamente en casos justificados”, indicó. 

Conforme a lo anterior, señaló que se está cayendo en una especie de “círculo vicioso” donde se programan cesáreas e inducciones amparándose en el temor de la pandemia, prácticas que pierden sentido cuando se trata a una madre y un bebé sanxs. “No hay que perder de vista – desde el sentido común – que llevar a una mujer embarazada sana a una cesárea absolutamente innecesaria solo por temor, implica que un montón de cuestiones no se estén atendiendo en el marco de la epidemia. Estamos hablando de movilizar a muchas más personas y generar una cirugía que aumenta el riesgo para la madre y el recién nacido, además del tiempo de internación. Incluso nos ha llegado información de mamás que han sido separadas de sus bebés sin ningún tipo de sentido y en un contexto donde se expone a ambos a un foco de infección mayor”, agregó la periodista.

Por si esto fuera poco, la falta de información y el desconocimiento en torno al coronavirus desataron una ola de desprolijidades a la hora del alumbramiento y consolidaron otra excusa para perpetrar nuevos ejemplos de violencia obstétrica. Tal es así que las denuncias recibidas indican además que muchas mujeres fueron obligadas a parir solas. “Acá tenemos una ley provincial que habla específicamente del derecho que tenemos de ser acompañadas al momento del parto. Siempre que se sigan las recomendaciones sanitarias correspondientes no debería ser ningún tipo de impedimento en el marco de la pandemia. Estas acciones no hacen otra cosa que meter miedo, cuando en realidad no hay motivos médicos, sanitarios y epidemiológicos que impidan el cumplimiento de la ley”, argumentó la referente.  

Para paliar esta situación se están coordinando acciones a nivel nacional. El principal ejemplo está dado desde la agrupación feminista Las Casildas, quienes pusieron a disposición un cuestionario que servirá luego para analizar datos estadísticos y tomar medidas frente a las denuncias. El mismo está en la página de Facebook del colectivo y va dirigido a mujeres que han parido en tiempos de pandemia. Al mismo tiempo disponen de una grilla en la que participan profesionales de la salud ginecológica y obstétrica, que en diferentes días y horarios estarán atendiendo consultas telefónicas y por WhatsApp. “Si bien la mayoría de ellos son de Buenos Aires, sirve para que mujeres de todo el país se comuniquen. Es una movida importante, sobre todo para erradicar dudas puntuales o generales y evitar que la gestante tenga que ir a la guardia con el temor que eso conlleva”, opinó Petraccaro al respecto. 

En relación, la consultada subrayó que la mayor parte de las denuncias se observan en el ámbito de la salud privada, puesto que “la salud pública suele ser más respetuosa y el Estado más fuerte a la hora de controlar allí el cumplimiento de las leyes”. Además, invitó a las futuras mamás a informarse sobre sus derechos y pedir ayuda, de ser necesario, a las organizaciones que trabajan en pos de terminar con la violencia obstétrica y garantizar el respeto del parto.

“Es un tipo de violencia naturalizada, invisibilizada y minimizada, más aún en estos momentos. Incluso estamos al tanto de respuestas muy crudas que han recibido las mujeres que reclaman, donde les han preguntado si quieren infectarse y morir con tal de estar acompañadas. Esto no tiene sentido, por eso están habilitadas las vías habituales de denuncia como ser el 144, el Ministerio de las Mujeres y la Defensoría del Pueblo, y desde las organizaciones también estamos a disposición de las familias para protegerlas”, sentenció.

La situación local

En Rosario, el sector de maternidad del hospital Roque Sáenz Peña se caracteriza por garantizar el parto respetado y las maternidades seguras y centradas en la familia; prácticas que se mantienen incluso frente a la pandemia. “Hasta el momento mantenemos el mismo perfil, aunque tuvimos que reformular algunas cuestiones. Antes podían circular dos o tres personas en la Sala de Parto Respetado (SPR) y ahora solo una, pero logramos que la mujer pueda tener un acompañante las 24 horas y que los recambios se acepten cada 8 horas. No se autorizan entradas y salidas en cualquier horario en pos de una menor circulación del virus”, explicó la licenciada Gabriela Cáceres, docente de la Universidad Nacional de Rosario y enfermera asistencial del Área de Perinatología del Roque Sáenz Peña. 

Respecto al adelantamiento del parto, la profesional aseguró que “no es recomendable que el niño nazca si no es el momento correcto, primero porque no es bueno para su salud, pero tampoco lo es para la salud de la madre”. Luego completó: “Tenemos casos de niños que nacen prematuros, partos inmaduros y no son lo mismo esas situaciones que un parto normal. Hasta la última circunstancia tratamos de lograr un parto natural y a término. Lo mismo ocurre en casos de cesárea, en lo posible evitamos llegar a esa instancia”.  

Además de la maternidad, el Roque Sáenz Peña cuenta con un área de puerperio con 24 camas disponibles donde se atienden puérperas, embarazadas enfermas y casos ginecológicos. Está dividido por sectores, las pacientes no se cruzan entre sí y cada área tiene su personal de enfermería. Para las gestantes que ingresan con afecciones respiratorias comunes existe una SPR especial. Después de parir regresan a la sala de puerperio, pero en un espacio de aislamiento y “nunca se las priva del contacto piel a piel”, según indicó Cáceres.

A pocos meses del regreso del frío, las maternidades de la ciudad se preparan para una gran afluencia de mujeres. Lo mismo ocurre en la Maternidad Martin, donde se organizan para evitar el contacto entre pacientes sanas y enfermas. “En el CEMAR hay quirófanos ambulatorios que también están preparados para hacer cesáreas y partos. Lo que se quiere hacer, que todavía no está aprobado, es que si alguna mamá viene ya diagnosticada con un caso positivo de Covid19 – o sospechoso – se la asista abajo y pase su internación ahí de manera que no circule la paciente ni el virus por las otras áreas del hospital”, dijo la licenciada Flavia Landriel, enfermera asistencial del Área Quirúrgica de la Maternidad Martin, en diálogo con Reveladas

Sucede que la maternidad funciona en el quinto y sexto piso del edificio, donde aspiran sean atendidas únicamente las mujeres sanas, ingresando incluso por una entrada independiente. Con relación al preparto y la atención de embarazadas hoy, la licenciada aseguró que “las mamás de riesgo, que son mujeres que tienen problemas de salud, se siguen atendiendo normalmente” y agregó: “Los consultorios están funcionando, pero los turnos se dan más espaciados, se le pide a la paciente que suba sin acompañantes para restringir la circulación de gente. Las ecografías de control continúan y en la sala de espera del sexto piso se marcaron los asientos que se van a ocupar y los que no, para que quede distancia entre una paciente y la otra”.  

Para completar la información, Landriel indicó que – al igual que en el Roque Sáenz Peña – la Maternidad Martin permite un acompañante las 24 horas del día, que además tiene acceso a todos los elementos de higiene y seguridad necesarios. Los partos tampoco se adelantan con la excusa de la pandemia y el alta no se entrega hasta las 36 horas posteriores en el caso de partos normales y 48 horas para las cesáreas. “En la salud pública por norma no te pueden dar de alta antes porque las pruebas de laboratorio del niño se realizan transcurridas las 36 horas. Así nos aseguramos que el bebé se vaya con todo hecho”, remarcó la enfermera. 

Y agregó: “Los que sí aceleran, porque siempre lo hicieron, son los privados. Yo he trabajado en sanatorios privados y he visto altas de 12 horas porque necesitaban camas o cesáreas programadas, innecesarias, por causa de médicos inescrupulosos que lo hacen para irse de vacaciones”, sentenció la mujer.

EN PRIMERA PERSONA

“… Mi hija nació el sábado 14 de marzo. Un día antes, el viernes, ya se esperaban las primeras medidas. Ese sábado no dejaron ingresar a ningún familiar, si bien era una cesárea programada y solamente podía estar con mi marido, la medida se profundizó a raíz del coronavirus. Después, en el horario de régimen de visitas podía ingresar una o dos personas por habitación, el control en ese sentido era muy estricto más allá de que no estaban determinadas las medidas definitivas porque todo era muy reciente. 

Previo al nacimiento lo único que nos pidieron fue que acudiéramos al sanatorio solo para las consultas, por suerte a mí no me cancelaron nada y me respetaron todos los turnos establecidos. El problema es más visible hoy, donde los controles de la nena y los míos están más complicados. 

Dos días antes de la cesárea me tuve que poner una inyección para maduración de pulmones, porque Uma nació antes de término. Para entonces, en el ingreso a la guardia ya te hacían mantener un régimen de distancia. Pude notar un descenso considerable en la cantidad de gente, de a poco las personas dejaron de ir. 

En mi caso el médico nos ordenó el aislamiento total, más aún para mí, que tengo una cesárea y es importante que trate de no contagiarme nada. Mis defensas están cien por ciento abocadas a la cicatrización de la herida y además me hice una ligadura de trompas, entonces la recomendación es aislamiento total. 

Esto para nosotros fue un alivio. Más allá del Covid19, esta es nuestra tercera hija, con mi marido sabíamos por experiencia lo que es el dolor y las molestias, entonces les pedimos de antemano a nuestros familiares que no fueran. Entendemos que todos quieren conocer al bebé, estar con él, pero las mujeres cuando terminamos de parir nos sentimos mal… no podemos hablar, estamos desganadas, las personas te hablan en ese momento y te ves obligada a responder cuando en realidad necesitás descansar. 

La gente a veces no lo entiende. Por más que se trate de mi familia, muchas veces les he dicho: son unos inconscientes, necesito que se vayan porque necesito recuperarme. Esto les sucede a muchas mujeres, he hablado con otras mamás que han tenido parto natural y todas coincidimos en lo mismo, en que la gente no se ubica, no comprende que uno recién termina de tener un bebé. 

Hoy enfrentamos una pandemia y es importante tomar los recaudos necesarios para contrarrestarla. Lo importante es estar acompañadas por una persona de confianza que puede ser un familiar o un amigo… y aprender también a sobrellevar el aislamiento. El hecho de estar un poco más solas nos permite pensar más y disfrutar el contacto con el bebé, hacer ese primer enlace que tan hermoso y fundamental…” 

María de los Ángeles Meli – Mamá en tiempos de pandemia. 

Foto portada: ph Adrián Galarza

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