«No queremos cambiar la foto, queremos participación real para cambiar el mundo del trabajo»

«No queremos cambiar la foto, queremos participación real para cambiar el mundo del trabajo»

#MujeresSindicalistas | Las mujeres sindicalistas están y no desde hace poco tiempo, en el día a día de la vida gremial, son parte, se organizan, luchan y conquistan lugares de decisión y conducción, aún contra todas las barreras existentes y siempre junto a la potencia colectiva de otras mujeres y disidencias. En esta sección charlaremos con mujeres sindicalistas -de la ciudad y el país- para conocer sus historias, cómo se ensamblan sindicalismo y feminismo, cómo recuperar el poder adquisitivo de los y las laburantes, cuáles son los desafíos para la unidad y la construcción de un programa propio del movimiento de trabajadoras y trabajadores. 


Claudia Lázzaro es trabajadora de la industria del cuero, militante sindical, funcionaria en el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, y una de las impulsoras del espacio de Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores CGT. En una entrevista con este medio se refirió a las realidades del sector al que pertenece, las estrategias para lograr que más trabajadoras se sumen a las ramas de industria y producción, los procesos de organización que vienen sosteniendo las mujeres sindicalistas, los debates actuales por el cupo en la Confederación General del Trabajo (CGT), y a la necesidad de unidad del movimiento obrero. 

-¿Cómo fue tu acercamiento a la militancia sindical?

-Tengo tres procesos gremiales. Un primer proceso ligado al estudiantado que me llevó a conocer los sindicatos y a trabajar en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) encargándome de la parte administrativa y de capacitación allá por los noventa, después una segunda instancia en la que tuve participación en el desarrollo del Sindicato de Jerárquicos de Comercio, los trabajadores fuera del convenio de Comercio, donde fui secretaria de género, y desde hace tiempo mi presente es el Sindicato de Obreros Curtidores de la República Argentina (SOCRA), donde integro el espacio de género y derechos humanos. 

-¿Cómo es la participación de las trabajadoras del sector industrial?

-En nuestro gremio de la industria del curtido de cuero tenemos una población donde, por cómo está culturalmente constituido el mundo del trabajo, las mujeres somos la menor cantidad -el 3 por ciento del mundo de la curtiembre- pero estamos logrando que en algunos lugares las compañeras que quieran pasen al sector de la producción, más allá de las tareas administrativas y de limpieza. Empezamos a promover la participación de las mujeres en la organización, hemos constituido a través de la Federación Argentina de Trabajadores de la Industria del Cuero y Afines, que nuclea a los obreros y a los que están en manufactura, a capataces y encargados, el primer encuentro de trabajadoras del cuero con una idea latinoamericanista porque invitamos a trabajadoras de la industria de otros países. Cuando la situación sanitaria lo permita, aspiramos a poder volver a los encuentros presenciales para mejorar las condiciones de trabajo de todos los trabajadores y trabajadoras, así como romper la segregación ocupacional que tenemos para el ingreso en la industria.

-¿Qué importancia tienen en esa ruptura los cambios que puedan generarse en los procesos laborales?

-Desde el gremio y en conjunto con Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) creemos que lo primero a lograr es que haya más mujeres en la industria y producción, porque a trabajos masculinizados también organizaciones masculinizadas. Es un trabajo que empezamos previo a la pandemia, habíamos logrado firmar un acta compromiso para el ingreso de mujeres y cambios de puestos de trabajo de administrativos a puestos productivos cuando hay vacantes, así como para trabajar las distintas violencias y visibilizar cómo hacer para ayudar a las compañeras víctimas de violencia laboral y de violencia en sus hogares. La pandemia implicó un paréntesis porque modificó el trabajo que veníamos haciendo las compañeras, con un crecimiento sostenido y participando activamente en los congresos de mujeres sindicalistas y otros espacios, en este año y medio fue necesario priorizar lo urgente y ser solidarias con las necesidades del conjunto, pensar comunitariamente como colaborar, extendiendo nuestros edificios para uso en Covid y también por situaciones de violencia. Es decir que en el contexto sanitario algunas cuestiones de crecimiento interno fueron detenidas porque había que atender la emergencia.

-Las mujeres sindicalistas están y no desde hace poco tiempo, ¿Cómo viene siendo esa organización y qué incidencia tuvo el Ni Una Menos desde 2015?

-Mujeres Sindicalistas no nace con la expresión del Ni Una Menos sino que fue anterior, fue ante un Confederal de CGT donde las mujeres tenían escasa representación y nosotras decidimos impulsar los encuentros nacionales de Mujeres Sindicalistas no sólo de la Corriente Federal sino ampliados a otras centrales obreras y a la economía popular. Lo primero que había que hacer era visibilizar a las trabajadoras organizadas, porque hay muchas compañeras delegadas, secretarias generales y en otros cargos, en lugares importantes en las regionales de CGT, y lo que quisimos mostrar en primera instancia es que estamos, existimos y tenemos voz. Fuimos haciendo un proceso de formación con los cuadernillos de capacitación sindical y la participación activa de las mujeres para pensar las brechas en el mundo del trabajo y las tareas de cuidados. Ahora, por ejemplo, estamos trabajando en un cuarto cuadernillo enfocado en la reducción de la jornada de trabajo. Son herramientas a disposición del crecimiento de las compañeras y del movimiento obrero. 

Hemos sabido construir en unidad con las otras centrales y fue así como le hicimos el primer paro al gobierno de Mauricio Macri, en contra de la mal llamada ley de equidad salarial que intervenía los sindicatos y le sacaba derechos a los trabajadores, en contra de la quita de las moratorias, y hemos propuesto mucho también. Es un proceso histórico que venimos atravesando hace años y que tiene que ver con luchas que han dado antes otras compañeras y que las ponemos en potencia y las trabajamos. 

El Ni Una Menos puso de manifiesto las violencias y marcó a la sociedad, a las mujeres y disidencias en particular, y también al sindicalismo pero no es el mismo proceso, venimos desde antes. 

-Esos procesos y construcciones desde las bases, desde las dirigentas y también logrando lugares de conducción, ¿son las que permitieron que hoy la CGT discuta el cupo sindical? ¿Cuál es la mirada de Mujeres Sindicalistas al respecto?

-Creemos que tenemos que tener una postura política sobre la participación de las mujeres y es lo que dice la ley de Cupo Sindical (Nº 25.674), que establece que el 30 por ciento de los cargos electivos en sindicatos, federaciones y confederaciones deben ser ocupados por mujeres. No solo hicimos un comunicado al respecto sino que también hemos ido al último Confederal de CGT con las compañeras congresales que pudieron tomar la palabra y leer ese comunicado. Si se hubiese cumplido la ley de Cupo habría entre 10 y 12 compañeras en CGT hoy. No queremos, como plantean los medios hegemónicos, modificar la foto. Lo que queremos es cambiar la realidad del mundo del trabajo, queremos sentarnos a discutir en la mesa donde se decide y no solo hablar de los temas de mujeres sino aportar a la transversalización de la perspectiva de género a todos los aspectos y por eso CGT debe reglamentar y cumplir efectivamente el cupo. Planteamos que nos llamen a hablar, que con ese 30 por ciento de compañeras que no importa de qué organizaciones sean, se empiece sí a discutir cómo va a ser la paridad, para que no sea falsa, un corralito para que solo discutamos temas de mujeres. 

Somos parte no solo del mundo del trabajo sino de pensar el país en su conjunto, entonces queremos discutir cómo hacemos para construir un programa obrero que represente la justicia social, la independencia económica y la soberanía política y aporte a la construcción de una Patria justa, libre y soberana, y ello solo es posible con nosotras adentro. Como dijo la compañera Eva Duarte de Perón ‘ha llegado la hora de la mujer…’, que se cumpla con el mandato histórico de la compañera Evita de mayor participación de las mujeres en todo los ámbitos, y también que se cumpla con la memoria de la compañera que eligió descansar en nuestra querida CGT y eso no se le ha cumplido, que se cumpla también con su disposición de estar con los trabajadores y trabajadoras en nuestra casa. 

¿Cómo ves la participación política en el proyecto de país? 

-Que haya diputados y diputadas del movimiento sindical y dirigentes en distintos ámbitos del Estado es fundamental para llevar la voz de los trabajadores y trabajadoras. Cuando vino la pandemia una de las grandes crisis fue que todo el mundo tuvo que ir a trabajar a sus hogares, y en función de eso lo primero que hicieron las y los diputados sindicales fue abordar la ley de Teletrabajo. Walter Correa, secretario general de nuestro gremio, presentó un proyecto de ley que fue muy debatido, por su parte Vanesa Siley, secretaria general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales, referenta de Mujeres Sindicalista y presidenta de la Comisión de Legislación del Trabajo en Diputados, fue clave en la discusión del Impuesto a las Ganancias que afecta el salario de bolsillo de los trabajadores, lo que da cuenta de que cuanto más participación tenemos mejor podemos discutir qué necesitan los trabajadores y trabajadoras. Nosotros administramos muchas cosas, cuando discutimos paritarias nos convertimos en legisladores, escribimos una norma -los Convenios Colectivos, los acuerdos paritarios- que se van a cumplir a nivel nacional, además administramos obras sociales, predios, sabemos administrar los recursos y hacerlos crecer en pos de las mejoras de los trabajadores, entonces con toda esa experiencia cómo no vamos a poder aportar a nuestro gobierno.   

-¿Cómo ves el presente y futuro de la unidad del movimiento de trabajadoras y trabajadores? 

-Hay que seguir trabajando para construir un movimiento obrero unido y fortalecido. Tenemos que ir a la construcción de la mayor unidad posible, y en esto poner en valor la construcción que hicimos desde la unidad de las trabajadoras con todas las centrales obreras, esa unidad la construimos en el proceso de neoliberalismo y resistencia al macrismo y hoy sigue vigente. En ese sentido este 16 de octubre vamos a hacer un acto de unidad de las trabajadoras en Berisso porque creemos que para seguir fortaleciendo un modelo de inclusión necesitamos generar la unidad del movimiento obrero y para eso es necesario dialogar, acordar, generar espacios de participación y comunicación y esperamos que en la próxima elección de la conducción de CGT se piense abiertamente, no es momento de expulsar a nadie sino de ser una central única, y ese ese el mayor desafío. El otro es que no vuelvan a gobernar más los partidos de derecha porque son un retroceso, luego de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (P.A.S.O) presentaron un proyecto para la eliminación de la indemnización diciendo que eso reactiva el trabajo, pero no se ha mostrado en el mundo que quitando derechos se creen fuentes de trabajo, al contrario, se precariza y despide más, por lo tanto la disputa que tenemos es seguir fortaleciendo los derechos de los trabajadoras o terminar con un Congreso en contra que nos quite derechos como ya lo hizo el macrismo cuando fue gobierno.

Foto portada Facebook Claudia Lázzaro

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