El feminismo -en sus distintas vertientes- representan uno de los movimientos más convocantes y transformadores de las últimas décadas. Su expresión más visible son las manifestaciones multitudinarias, pero detrás de ellas hay rabia y deseo de cambio que se traducen en proyectos concretos. Esta situación se reproduce en las grandes urbes, pero también en localidades más pequeñas donde mujeres y disidencias luchan para cambiar una realidad desigual a pesar de las múltiples trabas que se encuentran en el camino. Desde Reveladas presentamos la sección #Militancias, un canal de expresión para contar las historias de trabajo organizado de la región.

Marchar en el propio territorio, en las calles que se transitan todos los días y junto a les habitantes de mi lugar; es uno de los logros que más celebran las integrantes del Movimiento de Mujeres y Disidencias de Funes. El deseo pudo concretarse este año -mediado por las condiciones impuestas por la pandemia- y representa un punto importante en la articulación feminista y disidente de una ciudad tan próxima, laboral y geográficamente a Rosario.

Tras idas y vueltas propias de la organización y los vaivenes de la vida de sus integrantes, el grupo tomó más fuerza hace aproximadamente tres años con el objetivo de que aquellas personas que no militaban en un espacio universitario o partidario en Rosario, o quienes quisieran aportar en ambos lados, encuentren un lugar de referencia en su cotidianidad. Actualmente concentran sus reuniones en la Biblioteca Popular Susana Llera.  

“Somos una ciudad con características de pueblo y muy pegada a Rosario. Había un sector de mujeres y disidencias que quedaba por fuera porque no militaba allí o no podía viajar, por eso la necesidad de contar con nuestro propio espacio”, explicó Natalia Berenstam, integrante del Movimiento en diálogo con Reveladas, y agregó que “desde hace dos años empezamos a hacer todas las actividades acá, en 2020 marchamos en Funes y al otro día nos unimos a la marcha de Rosario en el marco del Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries. Y este año por la pandemia decidimos quedarnos solamente acá”.

“La marcha de este año fue muy movilizante y luego se sumaron nuevas integrantes, se incorporaron al grupo de Whatsapp donde recibimos pedidos de ayuda y contención y mientras más manos seamos mejor. También creció el sentimiento de pertenencia”, dijo.  Como sello propio, la militante detalló que al finalizar cada actividad hacen una “quema de mandatos” en un caldero donde prenden fuego y cada una arroja un papel con un miedo o cuestiones que quieren dejar de lado.

Demandas al Estado

En el grupo de Whatsapp canalizan demandas como la búsqueda de alquileres o garantías para mujeres que necesitan irse de sus hogares, pero como toda red llega un punto en que se hace necesaria la presencia del Estado. Consultada sobre los vínculos con los distintos estamentos de gobierno, Natalia contó que una de las demandas es que provea de los insumos de gestión menstrual, teniendo en cuenta la dificultad en su acceso que padecen aquellas niñas, adolescentes, mujeres y trans de bajos recursos, lo que las imposibilita a desarrollar sus actividades con normalidad. En ese sentido, el año pasado desde el Movimiento hicieron una campaña de donación de toallas higiénicas, tampones, algodón, copa menstrual, y luego confeccionaron y distribuyeron toallas de tela.

“Por otra parte, recientemente se presentó en el Concejo Municipal un proyecto para declarar la Emergencia Local en Violencia de Género y crear un observatorio, el tema es que cuando nos interiorizamos en cómo estaba redactada la norma vimos que se encontraba muy alejado de lo que tiene que ser un observatorio, así que presentamos una nota para involucrarnos y que se convierta en un proyecto con verdadera perspectiva de género, acorde a lo que la ciudad necesita”, explicó.

En ese contexto, para Natalia la principal falencia está vinculada a la falta de jerarquización, tanto a nivel presupuestario como de formación interdisciplinar, de la Secretaría de Género. “Con el personal de la Secretaría tenemos diálogo fluido y derivamos los casos que llegan a nuestras redes. Entendemos que al principio de la nueva gestión hubo un abandono de esta área que luego se revirtió, pero está de alguna forma fusionada con Desarrollo Social y sabemos que en este contexto el trabajo es muchísimo, son dos temas muy candentes con los mismos equipos de trabajo, por lo que para nosotras es necesario un fortalecimiento y la formación en Ley Micaela para todos los organismos del Estado”, dijo.

Otro ámbito en donde se observa la vulneración de leyes es en materia de derechos sexuales y reproductivos. “Por ejemplo, días atrás una chica necesitaba la pastilla del día después y en las tres farmacias donde quiso comprarla no se la vendieron, en el dispensario tampoco se la brindaron, no estamos hablando ni siquiera de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), sino de leyes anteriores que garantizan el acceso a un anticonceptivo de emergencia”, indicó Natalia, al tiempo que subrayó que tampoco se ha desarrollado desde la Secretaría de Salud un protocolo IVE, por lo que desconocen con exactitud quiénes son les profesionales de la salud objetores de conciencia”.

“La presencia conservadora de la ciudad no la hemos observado en agresiones y obstáculos a nuestras actividades, por lo menos en los últimos años, pero se materializa en otros aspectos como a quiénes se vota, lo que luego se traduce en falta de presupuesto y perfectiva feminista en los órganos de gobierno y en la vulneración de ciertas leyes”, cerró.