Mujeres al volante

Mujeres al volante

Una serie de proyectos que buscan brindar oportunidades laborales para las mujeres llegaron al Concejo municipal en noviembre, con el fin de romper las brechas de género en el mundo laboral, profundizadas en la coyuntura de pandemia. Uno de ellos es el programa “Mujeres Conductoras Profesionales” para incentivar la incorporación de mujeres en todos los servicios de transporte sean del Estado municipal o de privados sujetos a concesión, así como lograr el cumplimiento efectivo de las ordenanzas ya establecidas a nivel local.

En diálogo con Reveladas, la concejala de Iniciativa Popular, Fernanda Gigliani, impulsora del proyecto, comentó: “En el caso del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP), en el año 2016 Rosario tuvo una primera normativa para mujeres conductoras, y en 2019 fui promotora de una modificatoria que permitió que algunas mujeres amparistas ingresen a la planta permanente de la MOVI. Aún con esa ordenanza, que plantea derechos y obligaciones en torno a las empresas para incorporar paritariamente a mujeres y varones en sus plantas, hay burlas en la práctica. Tenemos un 0,6 por ciento de conductoras en el TUP, no llegamos al 1 por ciento porque son sólo 10 mujeres en todo el sistema”.

Por otra parte, el programa Mi Bici, Tu Bici cuenta con un total de 4 mujeres de los 31 empleados, y ninguna está en un lugar de supervisión, conducción o gerencia. Lo mismo sucede con la pelea que dan las trabajadoras del She Taxi. “Nada de todo esto se da de forma natural, estamos en una sociedad machista y patriarcal, y desde nuestros lugares tenemos que obligar a las empresas a cubrir de forma gradual y paritaria sus plantas a través de marcos normativos”, aseguró la edila.

Derribar estereotipos

Cuando se habla de estereotipos, los oficios y profesiones parecerían tomar partido por uno u otro lado, como si se tratara de cuestiones lógicas y naturales.

María Dolores Guldris es camionera y se define, entre otras cuestiones, como una “luchadora por el acceso igualitario en vehículos”. Uno de los motores de su lucha es el estereotipo. Una lucha sociocultural que debe exceder los límites del Concejo. “No podemos seguir estereotipando trabajos por considerarlos ‘de hombre’ o ‘de mujer’. A mí me apasiona la conducción, los camiones, los colectivos, y muchas veces llegué a pensar si nací con el sexo correcto por la profesión que elijo”, relató rememorando algunas repetidas frases que le hicieron llegar al contar sobre su vocación.

Casi como una cuestión de supervivencia, María Eva Juncos, conductora de taxis y creadora de la App She Taxi -a la cual define como un “piquete virtual” en torno a las posibilidades que hasta ese momento había para conductoras y pasajeras-, resaltó: “Te vas construyendo un carácter distinto. Hay algo de empoderamiento, sí, pero también es esto de tener que luchar y estar fuerte para poder trabajar. Cuando empecé en 2009 el contexto era más agresivo aún, y me pasaba de personas mayores que no querían tomar mi servicio por ser mujer o que me echaran de la terminal por ese mismo motivo”.

Natalia Munafó, una de las primeras colectiveras reincorporadas por amparo en el Transporte Urbano de Pasajeros de Rosario, hizo hincapié en la autoexigencia al momento del error: “El oficio en sí es manejar, y eso es sencillo para mí. Me siento sumamente cómoda, pero sí siento una gran responsabilidad al momento de cometer algún error, porque siento que soy más juzgada por ser mujer en este rubro”.

En mayo de 2019, Manuel Cornejo, ex titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) Rosario, supo pronunciar una polémica frase: «El cuerpo de la mujer no está preparado para manejar un colectivo». En su momento, muchos asentían (y continúan haciéndolo) evitando dar lugar a lo que las ordenanzas planteaban. Otras tomaron esta aseveración como un motivo más para cuestionar y seguir luchando.

Sobre esto, Gigliani afirmó: “Hoy, viéndolo de lejos, siento que esa frase nos dio el impulso necesario para continuar trabajando.  Actualmente tanto las empresas como el Estado buscan distintos mecanismos para evitar el espíritu de las ordenanzas, lo que da como resultado que en la práctica no se esté integrando a ninguna mujer. Es por eso que presentamos una nueva normativa para ampliar la mirada, y redoblar la apuesta con otros espacios además del TUP: Tenemos muchas mujeres que quieren manejar taxis, camiones recolectores de residuos, ambulancias. Todas tienen sus licencias habilitantes, están capacitadas”.

Por el presente y por el futuro

Aún contando con todos los requisitos, muchas mujeres no tuvieron la posibilidad de ingresar a un trabajo de esta índole. Además, tal como agregó la edila, “entre las exigencias aparece la experiencia, pero estamos hablando de lugares históricamente destinados a varones, por lo que es muy difícil cumplir con eso”. Por otra parte, si encuentran posibilidades de trabajar suele ser con plazos preestablecidos por períodos de prueba o para cubrir vacaciones.

Todo ello viene acompañado de los años, que a medida que pasan dejan por fuera del sistema laboral a más mujeres que “no pudieron cumplir su sueño”, dedicándose a lo que realmente les gusta, según comentaron todas las entrevistadas. “Desde 2016 muchas mujeres que aspiran a conducir están todavía sin laburo y el mercado laboral va dejando por fuera a las personas por su edad. Esperamos una respuesta urgente, que se pueda discutir todo esto antes de que el Concejo ingrese en el período de receso”, sostuvo Gigliani.

En tal sentido, se plantean distintas estrategias para que las normas se cumplan y mayores derechos empiecen a conquistarse. Entre algunas nuevas cuestiones, se sugiere realizar también una “discriminación positiva” respecto de dos mujeres con mismos requisitos y condiciones. “Se priorizará a quien sea sostén de hogar o esté a cargo de un hogar monoparental”, sentenció Gigliani, haciéndose eco de otro de los padecimientos de las mujeres frente a este tipo de trabas laborales.

 “Yo vivo mi trabajo como una reivindicación constante. Me siento una heroína cada día que salgo a trabajar, sinceramente. El primer motor que se me enciende es el de la convicción, el sentir que estoy en el lugar indicado, aunque todos vean lo contrario”, destacó Munafó.

En tanto, Guldris agregó: “Siendo mujer y conductora yo estoy plena. Poder ser las dos cosas es algo que me llena porque siento que estoy pudiendo ocupar mi lugar, el que quiero”.

Juncos, por su parte, añadió: “En estos escenarios en donde históricamente las mujeres somos discriminadas, donde las leyes tienen una base patriarcal, no hay un real concepto de la perspectiva de género que se encarne desde la política. De hecho, la conformación de Cámaras y sindicatos no cuenta con mujeres, hay siempre una secretaría de Género, pero las mujeres no suelen estar en otro lado que no sea ese”.

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