Ley de Etiquetado Frontal: la importancia de una correcta aplicación

Ley de Etiquetado Frontal: la importancia de una correcta aplicación

En marzo de este año se promulgó el decreto que reglamenta la ley 27.642 de Etiquetado Frontal, sancionada en noviembre del 2021. La norma contempla distintas etapas, dependiendo del tamaño de la empresa, para implementar uno de sus ejes principales: colocar sellos a los productos que contengan exceso de grasas, azúcares, sodio y calorías. En esta nota de Reveladas repasamos algunos puntos centrales de esta norma tan resistida y lo que aún resta avanzar en materia de legislación.

“La propuesta de regular los rótulos de los alimentos viene desde hace un tiempo, con un primer ensayo en 2018 siguiendo los pasos de otros países latinoamericanos como Chile y Perú”, historizaron para Reveladas desde la Colectiva de Abogadas Lesbotransfeministas de Rosario.

Desde la Colectiva, Valentina Girolami, detalló que, para armar esta Ley, se tuvieron en cuenta principalmente dos factores: “El primero de ellos fue su desempeño frente a otros modelos de etiquetado en el contexto de una evaluación llevada a cabo por el Ministerio de Salud. Según el informe oficial, ‘el etiquetado frontal con sistema gráfico de advertencias octogonal negro en los productos envasados resulta ser el más visible, compresible, claro y eficaz para identificar nutrientes críticos en exceso, transmitir una mayor percepción de riesgo para la salud y un mejor desempeño para disminuir la intención tanto del consumo como de compra en el territorio argentino’”.

Esta forma de etiquetar es la recomendada por la Organización Panamericana de la Salud, asemejándose a la que implementan en otros países de la región. Así, los alimentos altos en azúcar, sodio y grasas cuentan con una marca negra completamente visible y legible, buscando un consumo responsable y consciente de los alimentos envasados.

Un segundo factor remite a que los alimentos que cuenten con este tipo de control tampoco podrán presentar estrategias de marketing orientadas a niños, como por ejemplo el uso de personajes infantiles que alienten al consumo.

Tanto la ANMAT como el Ministerio de Salud son los encargados de fiscalizar que la rotulación se cumpla, elevando informes de frecuencia anual para analizar el progreso. Sin embargo, son lxs consumidorxs quienes se encargarán de ser principales fiscalizadorxs pudiendo reclamar y denunciar. Es importante destacar que, por encontrarse aún en el período de implementación según el tamaño de las empresas, las sanciones -que comprenden desde una multa hasta la clausura del establecimiento- no están siendo aplicadas.

De hecho, se conoció que las pequeñas y medianas empresas podrán pedir una prórroga hasta el 20 de enero de 2023; un mes después deberán tener los sellos aquellos productos que no hayan recibido o pedido prórroga. Asimismo, el 20 noviembre de 2023 todos sus productos deberán tener los sellos en caso que corresponda.

Imagen gentileza Télam

Informarse para decidir

“El cumplimiento de esta Ley es clave para desalentar el consumo de alimentos ultraprocesados, los cuales cuentan con grandes cantidades de nutrientes críticos para la salud: sodio, azúcares, grasas, añadidos en la fabricación y que, por otro lado, poseen muy bajo valor nutritivo”, explicó la nutricionista Evelyn Oviedo. Y agregó: “El alto consumo de productos ultraprocesados es una de las principales causas de enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas encontramos la diabetes, padecimientos cardiovasculares, cerebrovasculares, cáncer”.

Por otra parte, no es menor reconocer que las tablas y detalles sobre los contenidos reales de este tipo de alimentos suelen ser poco comprensibles para el común de las personas. “En este sentido, el sistema de etiquetado frontal permitirá acceder de forma rápida a información fidedigna y fácil de comprender”, aseveró la profesional.

Por su parte, la médica pediatra María Laura Re (Mat. 17.641) añadió: “Es importante tener un real conocimiento de lo que estamos consumiendo. Si bien podemos tomarnos el trabajo de revisar los ingredientes, está más que claro que lo que nos entra primero es lo que está al alcance, lo que se nos pone más a disposición que es más llamativo, cuenta con más colores, o posee personajes en el caso de niñxs. También, para los adultos, que tenga esos mensajes engañosos de ‘rico en…’ o que contiene verduras que en verdad no son tales. La importancia es un mensaje claro y que ese mensaje llegue y se cumpla”.

Una sociedad más alerta

“Desde hace un tiempo, los alimentos y el estilo de vida están bajo la lupa. La gente está advertida de la conexión entre el estilo de vida y la aparición de enfermedades. Esto despertó un interés renovado por la alimentación saludable como factor clave para la calidad de vida”, aseguró Oviedo.

Las redes sociales y los medios masivos de comunicación se encuentran siendo actores claves para una concientización más clara y reflexiva, más allá de la existencia de la Ley. Sobre ello, la pediatra resaltó que cada vez percibe más familias con mayores grados de conocimiento, e incluso su propia práctica y la de sus colegas se vio completamente modificada.

“Hasta no hace mucho, yo indicaba en la listita de inicio de alimentación complementaria (es decir, cuando lxs bebxs comienzan a incluir otros alimentos por fuera de la leche) que se sumen yogur, cereales azucarados, preparados instantáneos o galletitas dulces como vainillas. Hoy se sabe que es prácticamente lo mismo que indicar el consumo de golosinas. Hay realmente un cambio muy grande a nivel poblacional”, subrayó la profesional.

Imagen gentileza Télam

Cuando se trata de lxs más pequeñxs

Que las empresas ven a las infancias como consumidoras, no es una novedad. En este aspecto, los alimentos no son la excepción. “Es sumamente importante que ellos no formen parte de este engaño”, resaltó Ré.

Analizando la Ley, desde la Colectiva indicaron que algo muy interesante y que quedó por fuera es un artículo que incluía el proyecto presentado en 2018. “El mismo establecía que una de las leyendas sea ‘NO REEMPLAZA LA LACTANCIA MATERNA’”, relataron, asegurando que su importancia es clave por la baja calidad nutricional que comienza a introducirse en bebés desde su más temprana edad, sin conocer que se trata del consumo de productos “cuyos principales ingredientes son los mismos que el del resto de alimentos ultraprocesados: azúcar, aceite, harina; lo que comienza a moldear el paladar del consumidor”. Se estima que próximamente se legislará por separado.

Es por ello que es importante entender cuáles son las elecciones más pertinentes para cada niñx y familia, alentando al consumo de los denominados “alimentos reales” a partir de la inclusión de opciones por fuera de la leche. Esto, aseguró Ré, garantizará menores inconvenientes.

“También hay que adaptar lo que se debe con lo que se puede”, sentenció la experta. El ideal sobre cómo se debería comer o qué se debería ofrecer a niñxs es muy difícil de sostener si no se cuenta con gran disponibilidad para realizar compras. Ante ello, recomendó: “Cada familia deberá poder consensuar lo que se debe con lo que se puede, sin terminar siempre recurriendo a las latas, paquetes y deliverys. Es muy importante la programación, el poder realizar una compra anticipada, poder congelar y tener disponibilidad de frutas y verduras”.

Y recordó: “Comer es un acto social, más allá de la necesidad biológica. Esto hace que esté muy influenciado por los medios de comunicación, los tiempos que se viven, la ansiedad. Es necesario fomentar que el sentarse a comer sea un momento placentero, de disponibilidad y disfrute. Sin pantallas y con diálogo”.

Hacia una conciencia total: lo que resta construir

Además de la aplicación total de esta Ley, la nutricionista señaló que, desde distintas organizaciones profesionales “se está solicitando a la Comisión Nacional de Alimento que actualice los límites máximos de contenido de ácidos grasos trans en todos los productos. Existe suficiente evidencia científica que relaciona el consumo de grasas trans con impactos negativos en la salud, principalmente en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares”.

Y agregó: “Argentina estuvo a la vanguardia en la regulación de las grasas trans. Pero, en este momento, ha quedado desactualizada con respecto a los estándares internacionales. Queda mucho camino por andar hacia el cumplimiento del derecho a la alimentación adecuada. Pero, con este tipo de medidas, vamos en esa dirección”.

En tal sentido, Ré concluyó: “La gran recomendación para la situación actual es planificar y asesorarse. Entender que no tenemos por qué saber todo, pero sí comprender que hay nutricionistas con información de calidad, talleres, programas, que nos permitirán acceder a las mejores opciones para nuestra familia y tener así varias posibilidades”.

Sin dudas, la información empodera. En un mundo en donde lo instantáneo soluciona el apuro constante, consumir de forma refleja se verá, al menos, interpelado por un octágono negro que alerta. Informarse permite tomar conciencia, y el tomar conciencia posibilita elecciones más libres y reflexivas.

Imagen gentileza diputadosbsas.com.ar

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