Hey Latam: Resignarse no es una opción

Hey Latam: Resignarse no es una opción

Desde hace 105 días la calle Buenos Aires, entre 9 de Julio y Zeballos se encuentra intervenida en su cotidianidad por un carpa blanca que corta el paso de la vereda y resiste a los más de 30 grados de calor del pleno verano, a los vientos que amenazan con llevarse todo en su camino y a las lluvias que, como este martes, aparecen por la ciudad.

Hay sillas, colchones, agua, ropa, mates, comida, barbijos y alcohol sanitizante, folletos, banderas, y mucha gente que va y viene, se turna, descansa, habla, y se organiza. Es el acampe de lxs trabajadorxs de Hey Latam, el call center rosarino cuyo dueño dispuso cerrar a fines del 2020 dejando a 301 familias en la calle, lugar que decidieron habitar para tramar la lucha por los puestos laborales porque aseguran que resignarse no es una opción.

El nombre de fantasía Hey Latam circula desde entonces en los medios locales y también nacionales, en redes sociales, en actividades culturales y movilizaciones como parte de la realidad del mercado laboral rosarino, en el que los call center ya no son una excepción, emplean a gran cantidad de trabajadorxs que no encuentran otras salidas laborales en una coyuntura en la que la tasa desocupación promedia los 11,1 por ciento en el Gran Rosario, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) para el tercer trimestre de 2020.

Hey Latam -firma Contact Center & Recovery SA- funciona en el edificio de Buenos Aires al 1480 desde el 2017, aunque antes estuvo en calle San Luis y Dorrego, y terceriza servicios para empresas como Clarín, Olla Essen, BBVA, Unicef, American Express, entre otras marcas importantes. El comienzo de la historia del cierre de la firma a través de un pedido de quiebra tiene sus antecedentes en maniobras de suspensiones, recortes salariales y despidos que comenzaron en el año de pandemia y fueron la crónica anunciada de lo que sucedería en diciembre del 2020.

No se conformaron con la baja de persianas

“¿Cuándo empezó?, fue en pandemia con la modalidad de trabajo home-office, en ese momento la empresa comienza aplicando un plan de suspensiones que estaba avalado por la Federación de Empleados de Comercio y ante lo que nosotros señalamos que eran ilegales porque se aplicó a más de la mitad de los trabajadores que además siempre seguimos trabjando aunque fuera desde nuestras casas”, señala Agustín, trabajador del call center que nos recibe una tarde de marzo en el acampe. Vale mencionar que el régimen de suspensiones en el marco de la emergencia sanitaria por COVID-19 y según el artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo, con pago de una suma no remunerativa para trabajadorxs, sólo podía aplicarse a quienes no estuviesen prestando tareas, ya sea de manera presencial o desde su domicilio, y el plazo no debía ser superior a 60 días, desde el 1 de octubre de 2020.

“Cuando vimos que esto seguía empezamos un proceso de organización importante con asambleas entre los y las trabajadoras para ver qué hacíamos, en ese momento nos despiden a una compañera y a mí como un acto persecutorio y nos inventan causas, a la compañera finalmente la reincorporan tras un fallo judicial, y yo estaba aún en ese proceso, pero finalmente todo comenzó a estallar en noviembre al no cobrarse el sueldo del mes de octubre, la empresa prometió que iba a pagara través del programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) pero no lo hizo. El día 20 de ese mes todos los trabajadores estaban muy enojados porque seguían laburando sin cobrar y en ese marco el sindicato de Empleados de Comercio de la ciudad declaró un paro hasta que paguen”, amplía Agustín sobre el derrotero de esos días.

Recuerda que el 25 de noviembre, “no me olvido más porque ese día murió Maradona” dice el trabajador sobre aquella fecha que enlutó a todo el pueblo argentino, la empresa emite un comunicado anunciando el cierre definitivo en cinco días. “Ahí empieza otro proceso, mucho más radical porque se ponían en juego 301 puestos de trabajo, empieza la intervención del Ministerio de Trabajo provincial y desde el 2 de diciembre el inicio del acampe en las puertas de la empresa por parte de los trabajadores”. La forma de comunicación de la empresa fue a través de comunicados de Recursos Humanos por whatsapp.

“La empresa, cuyo dueño titular es Martín Stauffer, empezó ofreciendo retiros voluntarios con llamados intimidantes y amenazantes que son despidos encubiertos, y con montos inferiores, como mínimo tenemos todos tres años de antigüedad y hay personas que tienen más de 10 años, toda una vida, y ofrecían un cambio de firma con pérdida de derechos y antigüedad. Sumado a que mediante un lock out patronal procedían a bloquear nuestros usuarios impidiéndonos trabajar”, señala Emir, trabajador de la empresa, y comenta “estamos registrados bajo el gremio de Empleados de Comercio, aunque deberíamos estar registrados como telemarketers, estábamos anotados por 6hs diarias por semana y 4hs los días sábados”.

Sobre Stauffer, lxs trabajadorxs señalaron que además es dueño de la firma de seguros Hey Broker -dato que figura en su perfil de LinkedIn-, “que funcionaba también acá en calle Buenos Aires y luego cambió a calle Corrientes”, y era el tesorero del Banco de Alimentos Rosario (BAR), “nosotres mismes desde el call fuimos como voluntarixs a recaudar alimentos para familias”, en tanto que aclaran que “luego de que se difundiera todo esto, el Banco de Alimentos salió a decir que ya no formaba parte”. “Hace poco tuvimos el desagrado de enterarnos por la historia de Instagram de una famosa que mientras estábamos acá en la calle esperando algún tipo de solución para poder cobrar nuestro sueldo, él se encontraba en Miami vacacionando con su familia”, recuerda Emir que es oriundo de Entre Ríos y hace tres años y medio se vino a estudiar a la ciudad, “hace tres que trabajaba o trabajo, no sé cómo decirlo ya, en la empresa y es lo que me dio la posibilidad de quedarme a vivir acá y concretar mi proyecto de vida. Somos muchxs lxs que estudiamos y pagamos alquileres, hay muchos padres y madres que sostienen familias, al menos más de la mitad de todxs lxs afectadxs”.

A modo de un resumen que seguramente sea poco justo con el estar las 24hs de lunes a lunes, en medio de cumpleaños, de la Navidad y el Año Nuevo, de búsquedas de otros laburos, de cansancios e incertidumbre, y de organizaciones familiares atravesadas por la pérdida del sustento para vivir, desde ese 2 de diciembre lxs “compañerxs unidxs de Hey Latam” según la identidad con la que se enuncian, vienen atravesando tres meses y medio de acampe, con audiencias en el Ministerio de Trabajo ante el incumplimiento de la conciliación obligatoria, marchas, asambleas, festivales, reuniones con organizaciones sociales y de Derechos Humanos, causas en la justicia, y hasta un intento de desalojo por parte de la patronal, “para intentar llevar el conflicto al fuero penal, pero no pudieron”.

“En un primer momento actuamos en conjunto con el abogado de Empleados, hasta una audiencia donde querían que firmáramos un acuerdo para levantar el acampe que no era lo que nosotros definimos en asamblea, pero siempre planteamos continuar el diálogo”, dice Agustín sobre el acompañamiento sindical. Sobre ese punto desde el gremio señalaron en diciembre del 2020, “la parte empresaria, por su parte, solicitó que ese grupo levante el acampe instalado frente a su local para, en 24 horas de concretado el mismo, pagar el aguinaldo. Como los representantes de ese sector se negaron, AEC no adhiere a esa actitud y por lo tanto retirará cualquier elemento que la pueda identificar con esa medida de continuar el acampe”.

“Un gran fallo que tuvimos en estos meses fue el embargo de las cuentas de las empresas, porque dentro del mismo edificio había dos razones sociales, Contact Center & Recovery SA y KeyMarket SRL, dos empresas gemelas que trabajaban de lo mismo”, agrega el entrevistado y se refiere a dos firmas que figuran en el mismo domicilio comercial, tienen el mismo funcionamiento y hasta igual directorio. “Lo que se quiso hacer es pasar de una empresa a la otra a los trabajadores, perdiendo beneficios y antigüedad, esa resistencia también se manifestó, porque querían cerrar una empresa y pasarnos a la otra para quebrar así a Hey Latam, por eso siempre dijimos que es una quiebra fraudulenta, ilegal, porque no había pérdidas que lo justifiquen, tratamos de mostrar la solidaridad entre ambas empresas y en primera instancia la justicia falló a favor nuestro incautando las cuentas de ambas empresas. Ahora apelaron y eso está en segunda instancia, esperando ver si se ratifica o no el fallo”.

Luego de denunciar la maniobra fraudulenta de las empresas, y tras el fallo judicial que incautó las cuentas de ambas firmas “empezamos a ver muy difícil que nos absorba KEY como trabajadores porque si el tipo no quiere no hay forma de que lo haga, y además somos lxs trabajadores que no quiere tener. Por eso empezamos a ver la posibilidad de constituirnos en cooperativa, no como la panacea, ni como lo que queríamos al inicio, porque es un gran esfuerzo y hace 100 días que estamos acá, pero sí como la salida concreta para nuestra lucha principal que es por los puestos de trabajo”.

La posibilidad de una gestión obrera

La posibilidad de transformarse en una cooperativa gestionada por sus trabajadorxs comienza a tomar forma tras el fallo de la Justicia Civil y Comercial que el 23 de febrero último decretó la quiebra de la empresa, dando lugar así al pedido de la firma que asegura encontrarse en “cesación de pagos”. No obstante lxs trabajadorxs asesoradxs legalmente por el Centro de Abogados por los Derechos Humanos (Ceprodh) afirman que los estados contables arrojan saldos favorables de 2017 a 2019, con deudas en el 2020 vinculadas principalmente a pagos no realizados ante la AFIP por aportes de seguridad social. “Accedimos a los balances y sólo el último año tiene pérdidas, el 70 por ciento es deuda impositiva con el Estado, algo totalmente financiable, pero la ley está hecha para los empresarios”.

Según se detalla en la nota titulada Hey Latam: Crónica de un vaciamiento financiero anunciado publicada en el medio la Izquierda Diario, “El pasado 15 de diciembre de 2020, el directorio de Contacto Center & Recovery (CC&R) decidió solicitar el Concurso Preventivo, una instancia judicial en la cual las empresas renegocian sus pasivos con los acreedores para evitar la quiebra, y en la que se supone que los salarios y las fuentes de trabajo son puestos a resguardo. Sin embargo, apenas dos semanas después de presentar el concurso, sin mediar siquiera la intervención de los síndicos, el directorio desiste del concurso preventivo y decide pedir directamente la quiebra. Una instancia que habilita los despidos masivos, actualmente prohibidos por decreto nacional”.

Agustín cuenta que “cuando se decreta la quiebra el problema aparece en el sentido de que el juez que interviene con el síndico puedan venir a vaciar la empresa y nos quedemos sin servidores y herramientas de trabajo. En ese momento debatimos en asamblea y apoyándonos en la experiencia del movimiento obrero argentino, de las fábricas recuperadas y cooperativas que se formaron desde el 2001 producto de la misma lucha que dio lugar a la figura legal de la continuidad de la explotación laboral -se refiere al art. 16 de la Ley Nº 26.684 que modifica el artículo 189 de la ley 24.522 y que establece la posibilidad de continuar con la explotación inmediata de la empresa para asegurar la conservación de las fuentes de trabajo, “si las dos terceras partes del personal en actividad o de los acreedores laborales, organizados en cooperativa, incluso en formación, la soliciten al síndico o al juez”- decidimos la permanencia pacífica en el edificio”.

En otras palabras, se reconoce a las cooperativas de trabajo como alternativa de continuidad de la empresa quebrada, algo que ya pasaba en la práctica concreta en nuestro país desde el inicio de los 2000 sin un marco legal que lo regule y que por la propia lucha de lxs trabajadorxs se plasmó en una normativa que permite que lxs trabajadorxs se presenten al juez requiriendo la continuidad de la explotación.

“Nosotros no nos paramos desde el lugar de que venimos a tomar el call center sino que estamos haciendo una permanencia pacífica con el fin de resguardar los bienes, y pidiéndole al juez que nos reciba y al síndico que podamos poner los bienes a producir”, afirma Agustín que además es uno de de lxs delegadxs elegidxs por la asamblea de compañerxs. “Los materiales de trabajo son de quienes los trabajan, nosotrxs somos lxs que generamos las ganancias, las empresas pueden funcionar sin los patrones pero sin los trabajadores no, empezamos este camino que busca sostener por sobre todo las fuentes de trabajo” agrega y cuenta que días atrás se reunieron con experiencias de cooperativas sostenidas por sus trabajadorxs como son el Centro Cultural La Toma, Madygraf, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Impulsar, “entendemos que no empezamos de cero, tomamos una tradición de nuestro país, y ante el hecho de decidir si nos vamos a nuestras casas o nos ponemos a producir, optamos por lo segundo porque además no conseguimos trabajo en otros lados, la lucha por los puestos de trabajo es la lucha por no resignarse a vivir un futuro peor, por el trabajo digno, en el marco de una crisis económica tan grande, en donde nos quieren hacer creer que los despidos y suspensiones son naturales, hay que pensar la coordinación de las distintas luchas, juntarse con otros sectores, plantear el conflicto hacia la sociedad”.

Respecto del vínculo con los gobiernos local y provincial, Herrero dijo: “Estamos en vías de reunirnos, con pedidos recurrentes de nuestra parte, nos recibió hace poco la Comisión de Derechos Humanos del Concejo, estamos pidiendo reunión urgente con gobierno municipal y provincial, le decimos a los distintos niveles del Estado que tenemos las ganas y las herramientas para trabajar, podemos poner nuestros conocimientos en función de necesidades sociales, problemas sanitarios vinculados a las líneas del Covid.19, a los teléfonos de atención de violencia de género, y en todo lo que sea necesario, podemos trabajar para la sociedad. Queremos buscar todas las vías para que la cooperativa pueda trabajar y podamos pagar los sueldos”.

La situación actual de lxs trabajadorxs mientras sostienen el acampe y buscan avanzar en la inscripción de la cooperativa, buscar clientes, y elaborar proyectos de financiamiento, es lograr ser recibidxs en la justicia para el reconocimiento de la continuidad de la explotación de la empresa. “El día después de que se decretó la quiebra fraudulenta nos acercamos una delegación de trabajadorxs a Tribunales para ver si el juez nos recibía, tuvimos negativas, exigimos que nos reciba y abra una instancia de diálogo con lxs trabajadores, que somos los realmente afectados. Si ganan lxs trabajadorxs de Hey Latam ganamos todos, invitamos a la sociedad a que venga al acampe, que nos ayuden -tenemos un fondo de lucha para sostenernos en el día a día, queremos volver a nuestra vida normal y trabajar para vivir”, dijo Emir al respecto.

Foto Instagram «Compañerxs Unidxs de Hey Latam»

El mercado de los call centers

“Nosotros planteamos que el mercado de call centers no es una industria que tienda a decrecer, sino que se expande cada vez más, por eso tampoco no es algo irrealizable que generemos trabajo en ese sentido”, apunta Agustín y cuenta que al momento ya trabajó en tres call centers: “En mi caso soy padre, hay muchos compañeros que estudian y vienen de otras ciudades, hay compañeras madres, hay mujeres que se quedaron sin trabajo a cierta edad y no encuentran otra salida laboral o que por la crisis económica empezaron a buscar trabajo afuera de su casa. El trabajo en calls es una realidad y también lo es la precarización, situación que siempre está a punto de explotar porque no se aguanta más”.

Si bien Hey Latam es de capital nacional en la ciudad son conocidas también las empresas internacionales que desde antes de la pandemia pero aún más en el periodo de aislamiento, continuaron como actividades esenciales que no necesitan contacto directo con clientes ni con lxs destinatarixs de sus servicios para funcionar.

Según el trabajador, se calcula que en Rosario hay al menos 4 mil trabajadorxs empleados en call centers como Easy Call, Dynatac, Konecta, Budget, entre algunos de los más grandes. “A las compañeras de Easy Call el año pasado al principio de la pandemia no les daban licencia para trabajar desde su casa e incluso las hicieron volver a trabajar a aquellas que son madres primero”, señala como una situación puntual que se fue sumando a una serie de reclamos que lxs telemarketers vienen planteando en torno a la precarización laboral, los problemas de salud físicos y psíquicos en este tipo de trabajos, marcados por el control constante de las tareas del trabajador y los sistemas de sanciones, así como la falta de regulación para con las empresas.

“Cada vez surge con más fuerza la necesidad de organizarse, es así que fundamos la Coordinadora de Trabajadores de Call Centers, peleamos por un paro regional de trabajadores, porque es un problema que crece, hay una crisis muy grande, y sabemos cómo se manejan los empresarios y quienes somos los perjudicados”, agrega.

Es usual encontrar en las páginas de búsqueda laboral ofertas de trabajo como “operadores telefónicos”, “telefonistas de call”, “representante de ventas telefónico” o directamente “telemarketer” que aseguran una incorporación inmediata, jornadas de 4 a 6 horas diarias, y no muchos más requisitos que un perfil con “actitud comercial” y “ganas de generar muy buenos ingresos”, y sumarte a equipos que en las imágenes de las webs aparecen con sonrisas plenas, a lo que en pandemia se suma la posibilidad de “trabajar desde tu casa”, algo que lxs trabajadores de Hey Latam saben muy bien a qué lxs puede exponer, sin contar el gasto de electricidad, internet y uso de las propias herramientas de computación que muchas veces suele implicar el teletrabajo.

La pérdida de horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020 (con respecto al cuarto trimestre de 2019) se eleva al 17,3 por ciento (495 millones de empleos equivalentes a tiempo completo), según se establece en la sexta edición del Observatorio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): La COVID‑19 y el mundo del trabajo, de septiembre último.

Estos números reflejan el recrudecimiento de la desigualdad existente, que siendo afectada por la coyuntura de pandemia sanitaria, se inscribe directamente en las consecuencias de un capitalismo devenido financiero con sus impactos en la estructura del mercado laboral. En este marco no sorprende que el mundo asalariado tal cual lo conocíamos como máximo regulador de nuestras vidas ya no funcione más, y prueba de ellos son lxs más de 7 millones de beneficiarixs del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), política destinada a trabajadorxs informales, personal empleado en casas particulares, monotributistas de las categorías A y B y monotributistas sociales.

Lo que antes parecía ser una salida laboral para quienes necesitaban trabajos de medio tiempo o primeros empleos, generalmente estudiantes, es cada vez más una oferta a la que intentan acceder personas de todas las edades que no encuentran otras posibilidades para generar los ingresos con los que sostener a sus familias. Y en esta coyuntura lxs telemarketers aparecen como actores políticos que buscan cambiar las realidades de explotación en pos de mejores condiciones y derechos laborales, para lo que se organizan y expresan colectivamente. Ejemplo de ello es la Coordinadora y la Red de Trabajadores Precarizadxs e Informales de Rosario que surgió en pandemia ante las frecuentes suspensiones, despidos y falta de elementos de protección sanitaria de actividades esenciales, y que nuclea también a trabajdorxs de apps de reparto, sobre lxs que hablamos en esta nota.

Trabajadoras organizadas

En el marco de la lucha por los puestos laborales, las trabajadoras de Hey Latam que representan el 70 por ciento de la nómina de las familias afectadas por el cierre de la firma, y en la previa del 8 de marzo, Día Internacional de mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, afros, indígenas y originarias, decidieron conformar la Comisión de Mujeres Trabajadoras Hey Latam para visibilizar conjuntamente con la lucha colectiva las realidades puntuales que afrontan por ser mujeres y disidencias en el ámbito laboral como parte de las desigualdades estructurales del sistema.

“La Comisión la conformamos de cara el 8M y pensando en la futura cooperativa que queremos construir, entendemos que al tener las herramientas de trabajo y estar capacitadxs podemos cumplir un rol social, por ejemplo ante los llamados de las líneas de teléfono que asisten en violencia de género”, cuenta Joana, trabajadora del call y una de las impulsoras del espacio.

En ese sentido agrega, “no podemos desconocer que las mujeres y el colectivo LGBT+ al que pertenezco accedemos a las peores ofertas laborales que siempre tienen que ver con el cuidado y la limpieza, en mi caso ahora por ejemplo estoy trabajando de limpieza que fue lo primero que encontré en la necesidad de buscar algo para vivir, y son trabajos que se caracterizan por los peores salarios y la constante informalidad y precarización, sumado a las situaciones de acoso en el ámbito laboral. Por eso entendemos que la Comisión es un espacio para charlar, para tomar decisiones que se comparten con el conjunto de la asamblea”. Joa es de la localidad de Zavalla y asegura que logra vivir y estudiar en Rosario gracias a su trabajo: “Hoy mis viejos están tratando de ayudar para que no tenga que volverme, no sólo se nos vulnera el derecho al trabajo sino a la vivienda y al estudio, y a la independencia económica que es muy importante para nuestras vidas”.

Según el informe especial COVID-19: La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las mujeres registran en América Latina y el Caribe un retroceso de más de una década en las condiciones laborales y de participación en el mercado de trabajo. La tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46 por ciento en 2020, lo que representa 6 puntos por debajo del 52 por ciento de 2019. Además un 56,9 por ciento de las mujeres en América Latina y un 54,3 por ciento en el Caribe se encuentran ocupadas en sectores en los que se prevé un mayor efecto negativo en términos del empleo y de ingresos por causa de la pandemia.

Ph Florencia Carrera

En la carta de presentación de la Comisión, las trabajadoras señalan: “Somos madres, únicas sostenes de nuestras familias y a su vez, responsables de la crianza y educación de nuestres hijes. Somos estudiantes oriundas de otras ciudades, que bancamos nuestra educación, nuestros alquileres y nuestra vida lejos de casa y la familia, en busca de un futuro mejor. Somos mujeres que a través de nuestros trabajos construimos nuestra independencia económica, que requiere de mucho esfuerzo todos los días y que le hace frente a un mercado laboral donde la pobreza y la precarización, nos afectan por el hecho de considerarnos mujeres. Un mercado laboral sexista, con brecha salarial desigual donde las mayores ofertas laborales disponibles son las tareas de cuidado, limpieza, comercios y call centers. Dato no menor teniendo en cuenta que son los empleos con los más bajos salarios, donde abundan situaciones de informalidad, flexibilización y precarización laboral. Algunas somos también parte del colectivo LGBTTIQ, sufriendo además de todo esto, situaciones discriminatorias por nuestra orientación sexual”.

Y aseguran: “No nos callamos más, no estamos y no vamos a estar para mendigar derechos, somos un colectivo de mujeres y disidencias firmes, convencidas que la lucha es en el día a día, en las conciencias, en las casas, en los trabajos, en lo que implica la vida en sí misma por el simple hecho de considerarse mujer, y solo por eso, a costa de mucho, vamos a conquistar lo que se nos ha quitado hace tiempo: ¡El pleno derecho y ejercicio de la libertad!”

En el paro del 8M, las trabajadoras se movilizaron visibilizando su pertenencia a la Comisión de Mujeres de Hey Latam y subieron al escenario para expresar: “Con la lucha queremos reflejar la importancia de pelear por nuestros derechos laborales. Hoy paramos porque el mercado laboral sexista solo nos da acceso a ofertas laborales con los salarios más bajos, viviendo así en situación de desigualdad, precarización y flexibilización constante. Paramos porque somos madres sostenes de familias, jóvenes que bancamos nuestra educación, mujeres y disidencias en el constante intento de independencia económica en un mercado laboral abusivo, que nos discrimina y estigmatiza. Ni Una Menos, Ni Una Más”.

Foto portada Instagram «Compañerxs Unidxs de Hey Latam»

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