Envejecer con deseo

Envejecer con deseo

El 28 de agosto se celebra en Argentina el Día de la Ancianidad para conmemorar la declaración de los derechos de las personas de la tercera edad que impulsó Eva Perón en 1948 y que fueron incorporados a la Constitución de 1949.

En el marco de esta fecha, desde Reveladas charlamos con Graciela Balestra, presidenta de Puerta Abierta a la Diversidad, la primera asociación civil para personas adultas mayores LGBT. ¿Cuáles son los lugares de encuentro de las personas adultas mayores LGTB? ¿Qué pasa con quienes vivieron durante años la estigmatización por su orientación sexual?

En 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) elimina a la homosexualidad de la lista de enfermedades. Balestra, de profesión psicóloga, comenta que un grupo de adultos mayores crecieron en una sociedad donde “todavía la homosexualidad era considerada una enfermedad por la OMS. Nuestros adultos mayores crecieron sintiendo eso, la culpa, el miedo y el rechazo. De grandes, en Puerta Abierta pudieron empoderarse y verse como una persona cualquiera y que tenían derecho a vivir.”

Puerta Abierta a la Diversidad se crea en 1999, el espacio está ubicado en el barrio porteño de San Cristóbal. Está conformado por profesionales que trabajan con grupos de contención para lesbianas y gays que están en la etapa de la vejez. Otras de las propuestas de la asociación civil son talleres para el cuidado y atención de personas adultas mayores aplicando la mirada de la diversidad para estas tareas.

Balestra expresa que las personas adultas mayores en otros centros de jubilados se sentían discriminadas y ese era el motivo de permanecer en silencio, a escondidas. Agrega que si bien participaban de viajes y excursiones, siempre lo hicieron ocultando su identidad.

Ante la falta de un espacio exclusivo, respetuoso y cuidado se conforma legalmente la asociación civil, Graciela recuerda que la respuesta fue positiva, llegaron cartas y mails que expresaron el asombro por tener un espacio para “sentirse libres y ser quienes eran, algo que jamás habían pensado”. En relación a lo mencionado, afirma que “nos agradecen y las miles de personas que pasaron por el lugar dicen que les cambió la vida poder compartir con pares porque se sentían absolutamente solas. Hay quienes sentían que todavía estaban ‘enfermos’, algo que les habían inculcado de chicos/chicas.”

Salir del armario es presentarse como parte de la población LGTB ante una sociedad que tiene como mandato a la heterosexualidad, de forma excluyente. “Es un código de la comunidad LGBT no sacar del closet a alguien que no quiso salir voluntariamente.”, dice Gaciela y comparte que “Puerta Abierta es un espacio muy cuidado donde se preserva la intimidad de cada quien”.

Dar tres vueltas a la manzana, corroborar que no haya algún cartel alusivo al centro LGTB, mirar a los costados para que no haya alguien conocido antes de entrar. La presidenta de Puerta Abierta recuerda que “muchas personas expresaron que querían venir a un espacio donde nadie supiera para quienes era.” Expresa que en los primeros años de la apertura las personas trans no llegaban al lugar por la expectativa de vida de dicha población. Balestra hace memoria que en los inicios del nuevo milenio las personas que hoy tienen entre 60 y 80 años no podían vivir con la identidad de género y orientación sexual elegida: “salvaron su vida a costa de matar su deseo”, dice.

Les trabajadores de Puerta Abierta tienen el ejercicio de hacer acompañamientos y escuchar atentamente cómo se sienten las personas mayores, ya que a los prejuicios con los que se conviven diariamente sobre la vejez como la inactividad, la falta de deseo, la asexualidad; se suma el prejuicio sobre la orientación sexual. Balestra sostiene que gracias a tener un espacio cuidado, muchos adultes mayores pueden mostrarse tal cual son.

A pesar de las transformaciones y las leyes de la última década en materia de derechos, Graciela sostiene que a las personas de 70 años e incluso también a familiares les sigue costando hacer un cambio de paradigma por el contexto en el que crecieron. Actualmente, Puerta Abierta a la Diversidad trabaja junto al Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad nacional para crear una residencia donde las personas adultas mayores puedan pasar parte del día o vivir allí. El objetivo es que este grupo etario tenga un lugar donde expresarse y acompañarse. Graciela remarca para finalizar que “crear este espacio es una reparación histórica que todavía nos debemos, brindar un lugar para que haya una vivienda en común para personas mayores LGBT, un espacio donde puedan formar familia aquellas personas que han sido excluidas y discriminadas por su familia de origen».

*La entrevista original fue elaborada por la autora en el marco del Programa de Actualización en Comunicación, Géneros y Sexualidades de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Cohorte 2021. Reeditada y actualizada para Reveladas.

Foto portada Gentileza de Graciela Balestra. Ph Mauro Alfieri

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