De cara a las próximas elecciones generales del 10 de septiembre en Santa Fe, desde Reveladas dialogamos con las primeras candidatas a concejalas de las diferentes listas que aspiran al Concejo de Rosario. En este caso charalamos con Sabrina Prence, candidata por Viva La Libertad.
La lista está encabezada por Franco Volpe junto con Prence, se presentaron por primera vez en las elecciones PASO de julio y lograron superar el piso del 1,5% para participar en los comicios del 10 de septiembre. La candidata brindó su visión sobre el movimiento feminista y la agenda de género local. Además, contó cuáles son las propuestas que tienen en materia laboral y de seguridad si logran ocupar las bancas que disputan.
–¿Qué análisis realizás del actual escenario, a nivel local y provincial, para las próximas elecciones?
-Teniendo en cuenta como le fue a nuestro espacio político y que nuestro referente, el diputado Nicolás Mayoraz, salió primero como fuerza, lo vemos bastante positivo, por lo menos en el área a concejal. Para nosotros las PASO fueron una gran sorpresa porque era la primera vez que nos presentábamos, una lista nueva integrada por jóvenes, y no sabíamos cómo iba a ser la respuesta de la sociedad en general y tuvimos muy buena recepción. De hecho, nos sorprendió la cantidad de votos, fueron muchos más de los que esperábamos. Tanto Nico como Romina Díez y Milei siguen siendo nuestros referentes así que creemos que también todo eso nos puede llegar a influenciar a favor. Obviamente no cantamos victoria, pero nos da un poco de confianza.
–¿Cuáles crees que son las principales políticas públicas en materia de seguridad y trabajo que deben impulsarse desde el Concejo?
-Nosotros vemos como principal propuesta a la salud mental porque esto impacta en la inseguridad directamente. Vemos que cada vez es más la adicción en general y que eso impacta en la inseguridad, porque son cada vez más los pibes que salen a la delinquir por tratar de conseguir sustancias. Trabajo hace más de cuatro años en el área de salud mental y conozco de primera mano la problemática, sé el sufrimiento que tienen las familias sobre estas situaciones, como sus hijos llegan a una instancia donde, al no tener plata, empiezan a vender sus propias pertenencias y cuando ya no tienen más que vender, empiezan a robar y esa no es una elección porque la adicción es una enfermedad y la gente por ahí no entiende esas situaciones o las desconocen.
Creemos que también hay que promoverlo desde las escuelas, existiría mucho menos tasa de intentos de suicidio en adolescentes y en niños si se trabajara ya desde la niñez y adolescencia en las problemáticas de bullying, trastornos alimenticios, depresión, diferentes temáticas que hoy en día vemos que pasan en esas edades. Entonces, nuestra idea es trabajar en conjunto con el sistema educativo y en la promoción de esos lugares.
Después, por otro lado, hay que hacer un relevamiento de cuáles son los dispositivos que realmente están trabajando en el área de salud mental, porque en teoría existen hospitales pero no están capacitados realmente, ya sea en lo que respecta a capital humano o porque hay falta de insumos. En el Agudo Ávila muchos de ellos son practicantes y no te saben diferenciar entre un pibe que llega de urgencia por sobredosis o porque está en una crisis por un ataque psicótico. Entonces hay que hacer un relevamiento para ver realmente y por eso también promovemos formar al que atiende a la sociedad civil en primeros auxilios psicológicos.
–Y en materia de trabajo, ¿desde su espacio vienen pensando en algún proyecto?
-Sí. Por un lado tenemos el área de turismo, lo pensamos porque vemos que en Rosario se viene bastante dejado de lado este tema, por el tema de inseguridad, hoy en día bajó muchísimo el turismo porque desde afuera no quiere venir nadie al mirar las noticias nacionales son todas de balaceras y muertes. En ese sentido, queremos fomentar la idea de la imagen, de que Rosario también tiene sus cosas positivas. Por otro lado, queremos generar esa red de circuito local de turismo porque hay espacios que no se conocen pero claramente existen. Por ejemplo, una de las cosas que tenemos es el Bosque de los Constituyentes, que muy poca gente conoce y que solo hay dos colectivos que te llevan y encima te dejan a seis o siete cuadrados. Hasta que llegaste, te robaron seis o siete veces. Además, queremos generar un circuito local desde lo ecológico y que esto sea para una cultura estudiantil también.
Y, por otro lado, tenemos una propuesta de emprendedurismo y asociatividad empresarial. La idea es generar más herramientas quizás a los que están dando sus primeros pasos y que no saben cómo. En cuanto a la seguridad empresarial la idea es que si hay una empresa X que tiene X herramientas y puede ayudar a la empresa Z, y que entre las dos se unan y puedan establecer esa conexión, formar esa asociación y así generar un mejor producto desde lo local e ir formando asociaciones más grandes, eso va a generar más empleo. A su vez, también queremos tratar de cuidar y generar cierto control porque, en la época de pandemia hubo muchos grupos coercitivos. Por ejemplo, los casinos virtuales que están actualmente u otras empresas, no quiero dar nombres, pero en donde han tenido incluso hasta locales físicos y que sabemos que son esquemas fantasmas que estafan a la gente, que hacen lavado de cerebro, quitan dinero y en realidad no existen. Entonces, la idea es tener un mejor control de eso para que justamente no sigan afectando a la población.

–Con respecto a los emprendedores hiciste referencia a darles un impulso ¿de qué manera sería?
-Todavía no lo terminamos de definir bien. En principio sería hacer una convocatoria de aquellos emprendedores que quieran. Así como, por ejemplo, ya hay ferias que se hacen de los emprendedores. Bueno, la idea de hacer una convocatoria de aquellos emprendedores que quieran empezar a generar sus pequeñas pymes.
–¿Cuáles son las principales acciones que se pueden impulsar desde el Legislativo para mejorar las condiciones de acceso a los servicios en los barrios?
-Luz, gas, agua, pavimentación. Creemos que es una obligación del Concejo. Hay que hacer un relevamiento constante. De hecho, es una de las propuestas que tenemos, porque queremos una Rosario más accesible, incluso para la gente que tiene movilidad reducida o le cuesta más poder movilizarse. O incluso con esto de inseguridad, el hecho de no tener luces en las calles también afecta muchísimo en los barrios. Ni hablar en invierno cuando no tenés gas y no podés cocinarte algo caliente. Por ejemplo, una de las cosas que queremos es hacer un relevamiento de las infraestructuras que faltan para ir mejorando las condiciones de vida.
–En un momento donde no hay una demanda puntual que articule a todo el movimiento feminista, ¿Cuáles crees que son los principales ejes en los que hay que trabajar para mejorar la calidad de vida de mujeres y disidencias?
-Con respecto a eso, soy de las partidarias de que respeto el movimiento feminista pero no soy feminista. De hecho, comparto muchas luchas, no todas, pero por el simple hecho de que me ha pasado que cuando no compartía ciertas luchas me han amenazado a mí y han amenazado a mis amigas, a tal punto de que he recibido amenazas hasta de muerte. Entonces no puedo formar parte de ese colectivo.
Hoy creo que no comparto esa idea de que las mujeres estamos en desventaja porque creo que las mujeres debemos ser reconocidas por nuestras capacidades y hoy en día somos reconocidas por nuestras capacidades de inteligencia. Y en esa lucha, sí comparto de que gracias al movimiento fuimos ganando esas luchas, pero hoy en día no siento que estemos en desventaja.
Uno de los aspectos en los que se pone de relevancia la desigualdad es en el económico, donde somos las mujeres quienes ganamos menos, le dedicamos más tiempo a trabajos que no son remunerados y, en parte, eso viene a explicar la diferencia que hay en las posibilidades de acceso al trabajo, por ejemplo. Ahí hay una diferencia.
–Entiendo lo que decís respecto a que tenemos que ser reconocidos por nuestras capacidades, sin embargo, en los datos se refleja la diferencia de acceso al trabajo y también en torno a los salarios, ¿Cómo entendés esa realidad?
-Yo creo que sí hay una mala distribución en lo laboral pero no tanto entre el hombre y la mujer. Sí, por ejemplo, a los seis meses ponen a trabajar a una secretaria en una oficina en el mismo espacio que está trabajando un gerente de hace diez años y nos piden a nosotras algunas exigencias que no le piden a ese gerente, que cobra mucho más y nosotras cobramos nada. Quizás ahí se nota mucho las diferencias y las desigualdades salariales. Pero no considero que sea por cuestiones de género o de sexo, sino más bien de mal distribución de trabajo.
–¿Cómo evalúas las respuestas del Estado local ya sea en prevención como en erradicación de la violencia machista?
-No veo mucha respuesta, pero a su vez también no considero que haya respuesta tampoco desde el Ministerio de la Mujer.
–¿A nivel provincial o nacional?
-Ambas. De hecho, para mí es un Ministerio que está para generar gastos porque, si te pones a pensar, se creó en 2018 o 2019 y la tasa de femicidio fue aumentando. Si vos te vas a ver el gasto que generó del Estado fueron más de 50 millones en catering, un millón de pesos en taxis, y lo único que hicieron fue, en general, cursos de género para violadores, pintaron bancas y, sin embargo, siguen matando mujeres. Cuando mataron a Cecilia, ni siquiera sacaron un comunicado de acompañamiento. Entonces, no estoy de acuerdo con ese Misterio que a lo mejor se podría estar invirtiendo en otro lugar, o a lo mejor si estuviera bien utilizado, podría si funcionar mejor.
–¿Bien utilizado en qué sentido? ¿Qué propuestas llevarían?
-Por ejemplo, si se utilizaría mejor realmente dando contención a las familias de las chicas que han sido asesinadas, porque a las familias se las han abandonado. Sin embargo, el plan Acompañar está orientado a darle acompañamiento tanto económico como psicológico, porque es un equipo interdisciplinar que acompaña a las mujeres que son víctimas de violencia de género, para que puedan tener un periodo de tiempo para salir del círculo de violencia.
–¿Qué evaluación haces del trabajo que hizo el Ministerio vinculado, por ejemplo, con otros como el Ministerio de Economía, donde se pensaron políticas con perspectiva de género para achicar estas brechas de las que hablamos anteriormente?
-Hay ciertas cosas que, obvio, no estoy tan al tanto, pero hay otras cosas que sí, lo digo desde la experiencia. Por ejemplo, me ha tocado acompañar a una amiga en una situación que pasó acá en Rosario, en la cual le dije que se contacte con una red de psicólogos feministas que yo sabía que había, que en teoría acompañaban ante esas situaciones y fue una o dos veces y después no hubo más acompañamiento y tuvo que buscar una atención psicológica particular. En lo económico desconozco bastante, pero te digo para mí es una inversión que a lo mejor se podría invertir más en seguridad directamente y no sectorizarlo.

–¿Cómo es la situación del cupo laboral trans en la ciudad, aprobado en el 2016? ¿Qué políticas sobre diversidad sexual creen que son necesarias?
-Con respecto al cupo laboral trans, sé que ha mejorado muchísimo con respecto a los ingresos porque, de hecho, donde yo trabajo tenemos un taller textil trans y a raíz de eso, muchas de las chicas de ahí pudieron conseguir trabajos y se fueron yendo. Pero más allá de eso, considero lo mismo que con las mujeres, no me parece que tengamos que estar discriminándolos por ser trans, sino que tendríamos que estar considerándolos por su capacidad. Eso me parece que retrocede muchísimo.
–Igualmente, el enfoque es de inclusión, entendiendo que el piso desde el que se parte es desigual. ¿Ustedes hacen una evaluación distinta? ¿no creen que partan desde un lugar desigual? Digo, tanto las mujeres como las identidades trans.
-Claro, sí. Yo sé que existe una desigualdad, por eso no tendría que existir esa desigualdad, sino que deberían ser consideradas a partir de sus capacidades y no tendrán que estar pensando en la apariencia, ni el gusto, ni en el género, ni nada, sino que en sus capacidades.