Ellas también son parte de la Revolución

Ellas también son parte de la Revolución

Por Carla Di Terlizzi *

¿Te acordás de los actos patrios cuando ibas a la escuela? Si eras niño seguramente te tocaba hacer de algún prócer, granadero o soldado y si eras niña eras dama antigua, la mujer de algún prócer, quien servía el té o el mate mientras los hombres decidían los destinos de la revolución y la construcción de la Nación. ¿Las mujeres no participaron del proceso revolucionario y de independencia de las Provincias Unidas del Río de La Plata? Sí, y por eso hoy hablaremos de dos sumamente importantes para lograr la independencia de estas tierras de España: Macacha Güemes y María Remedios del Valle.

Macacha Güemes nació en 1787 en el seno de una familia de la elite salteña y se dice que desde muy pequeña su padre le enseñó a leer y escribir, algo que no era muy común para la época ya que las mujeres no estaban alfabetizadas. Es fundamental, para comprender la historia de vida de Macacha y sus hazañas heroicas, saber que era hermana de Martín Miguel de Güemes con quien se tenían un cariño muy especial y compartían mucho tiempo juntos. Macacha tuvo un rol fundamental en el desarrollo de la carrera militar y política de su hermano. A raíz de los sucesos de mayo de 1810, y como ya había iniciado su carrera militar durante las segundas invasiones inglesas, Martín Miguel de Güemes propuso un plan de defensa para frenar el avance realista que provenía del Alto Perú.

En este contexto Macacha organizaba rondas de costura para coser el uniforme de los Gauchos Infernales (así se llamaba la tropa organizada por su hermano), donaciones y recolección de dinero y asistía a los soldados heridos. En 1815 Martín Miguel de Güemes fue electo gobernador de Salta. Mientras estuvo a cargo del gobierno de la provincia fue Macacha su mano derecha y quien era consultada ante cada decisión que el gobernador debía tomar, asumiendo de alguna manera el rol de ministra. Era tan importante la figura de Macacha que en 1816 fue quien medió en las disputas entre su hermano y el general Rondeau e hizo posible que se realizara el Congreso de Tucumán que daría fruto a la independencia de estas tierras.

Martín Miguel de Güemes era el caudillo que dirigía a los Gauchos Infernales, que luchaban por la igualdad y la retribución de la riqueza, la táctica principal de este ejército era la guerra de guerrillas que consistía en acciones cortas y rápidas que generaban desgaste en el enemigo. Todo esto el caudillo no lo hizo solo y nuevamente la participación de Macacha en la guerra contra el avance realista fue fundamental. Fue ella quien colaboró con la organización del ejército y también conformó y dirigió un grupo de mujeres espías. Estas mujeres en su mayoría sabían leer y escribir, se organizaban e iban a lavar ropa cerca de los asentamientos de los ejércitos realistas, y como en ese entonces nadie iba a sospechar de una mujer lavando ropa, anotaban las estrategias de los ejércitos españoles, guardaban el mensaje en sus polleras e iban pasándolo hasta que llegaba a los Infernales. Gracias a eso lograron en muchas ocasiones adelantarse a los ejércitos realistas.

Luego de la muerte de su hermano en 1821, Macacha continuó en contacto estrecho con los gauchos a quienes arengaba para que se sublevaran contra el poder, ellos mismos la bautizaron la “madre del pobrerío”. En ese contexto, y por su actividad política, fue encarcelada junto a su madre por el gobernador de Salta, pero logró su libertad gracias a la sublevación del pueblo, el ejército gaucho y de las mujeres salteñas. Su actividad política no mermó, se sumó así al Partido Federal estando en contacto con la política durante muchos años más. En 1866 murió entonces una de las protagonistas fundamentales de las guerras por la independencia.

Por su parte, María Remedios del Valle o “la madre de la Independencia” nació en Buenos Aires en 1766 y era una mujer descendiente afroamericana. De María Remedios del Valle conocemos mucho menos de lo que podemos saber de otras tantas otras mujeres que fueron partícipes de la revolución y de las guerras y esto se debe a que durante muchos años la Historia silenció la participación de las mujeres de las guerras por la independencia, y más si estas mujeres eran afrodescendientes.

A pesar de esto podemos encontrar su presencia durante las segundas invasiones inglesas en donde va a tener un rol activo ya que no solo participó como enfermera asistiendo a los heridos, sino que también se enlistó para tomar las armas. Luego de la Revolución de Mayo y cuando comienzan a organizar los ejércitos para frenar el avance de los realistas, María se enlista en la expedición del Alto Perú junto con su marido y sus hijos, quienes mueren en una batalla. Sin embargo, ella decide continuar siendo parte del ejército.

Antes de que comience la batalla de Tucumán, María se presentó ante el General Manuel Belgrano pidiendo que la deje participar de la batalla atendiendo en la primera línea a los heridos. Belgrano, que si bien para la época era un adelantado en cuestiones de derechos hacia las mujeres, se negó alegando que no era tarea para una dama; sin embargo María Remedios del Valle se rebeló y decidió participar igual. Fue tan importante su tarea en el frente que luego de la batalla en 1812 Belgrano le otorga el rango de Capitana, participando así de los combates de Tucumán, Salta, Vilcapugio y Ayohuma. En esta última, ocurrida en 1813, las tropas de Belgrano se enfrentaron a los realistas y María fue herida y tomada prisionera. Luego de ser castigada por ayudar a sus compañeros a escaparse pudo huir y seguir a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes y Juan Antonio Álvarez de Arenales.

Finalizadas las guerras de la independencia, María Remedios del Valle cayó en el olvido. En 1826 ya retirada de su carrera militar Viamonte la encuentra por las calles de Buenos Aires mendigando en la extrema pobreza y pide que se le reconozcan los servicios prestados a la Patria. Sin embargo, la Cámara de Representantes de Buenos Aires se opone. Es recién en 1827 cuando se le otorga una pensión muy baja, que luego en 1835 el gobierno de Juan Manuel de Rosas la incrementó en un 600 por ciento. María Remedios del Valle murió en 1847, fue una de las mujeres más importantes en las guerras por la independencia y protagonista del Ejército del Norte, donde desafiando la autoridad de los varones tomó las armas en defensa de su territorio y de sus compañeros de lucha.

*Profesora de Historia – Universidad Nacional de Rosario

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