Tener y ser un cuerpo menstruante conlleva un sinfín de posibilidades, significados y, también, gastos extra. El período de menstruación, que regularmente sucede a nivel mensual, es un período en el tiempo donde quienes lo atraviesan deben costear productos de higiene y salud que exceden lo planificado en la administración económica cotidiana. Es decir, suelen no tenerse en cuenta al calcular los gastos básicos mensuales. Sumado a esto, las toallitas o tampones son grandes contaminantes a nivel medioambiental, por lo que la toma de conciencia de esta situación también es un hecho que comenzó a alarmar a quienes deben utilizar estos productos.

Así fue que entre algunas alternativas apareció la denominada “copa menstrual”, un elemento ecológico que beneficia tanto a les usuaries como al medioambiente en sí. A usuaries reduciendo el gasto mensual durante el período menstrual (la copa tiene una duración media de diez años), así como otorgando otros beneficios como la baja probabilidad de infecciones, aumentando la comodidad durante los días de menstruación (suele vaciarse cada 12 horas), entre otros aspectos. Al medioambiente, por su parte, por el impacto directo que conlleva cesar con el desecho de una cierta cantidad de toallitas y tampones con frecuencia mensual.

El Instituto Politécnico Superior de Rosario, a través de la Secretaría de Educación Sexual Integral y Perspectiva de Género -con funcionamiento desde 2019-, decidió ir más allá del beneficio en sí, entendiendo sus posibilidades al momento de ser quienes produzcan este producto para beneficiar, en principio, a los cuerpos menstruantes de su institución. Así surgió el proyecto “Copas IPS”. 

UN PROYECTO TRANSVERSAL E INCLUSIVO

“El politécnico tiene la posibilidad de elaborar este producto, ya que tiene los materiales y herramientas necesarias. Podemos articular así la salud sexual, la salud menstrual, con estas posibilidades concretas a nivel material”, indicó a Reveladas Dolores Covacevich, quien actualmente se encuentra al frente de dicha Secretaría.

A su vez, en línea con lo manifestado anteriormente, subrayó: “Entendemos que la copita es una herramienta que tiene que ver no sólo con la salud menstrual, sino también con el cuidado del ambiente, con el sustento económico que debemos tener los cuerpos menstruantes para este período de menstruación en donde se nos demanda mucho más costo que a los cuerpos que no menstrúan”.

El proyecto articula a la Secretaría con la Vicedirección de Extensión y la Vicedirección de Escuela Media, comprendiendo al “Poli” no sólo desde el área de educación secundaria sino también alcanzando al nivel superior. Desde allí, comprometen educando no sólo a les alumnes, sino también al personal docente y no docente: “Es fundamental, buscamos transversalizar la perspectiva de la educación sexual integral, de derechos humanos, de género y diversidad, en toda la institución”, destacó la secretaria.

“Este es parte de un proyecto amplio, en el que se contempla la elaboración de productos de gestión menstrual y salud sexual, lo que hace que reafirmemos nuestro compromiso con la educación pública de calidad, apostando por una nueva propuesta para la ampliación de derechos, mejorar la calidad de vida de las personas y la salud medioambiental: inclusiva, sustentable e impulsada y gestionada desde la propia institución”, señalaron desde la cuenta oficial de Instagram del Instituto. (Post: https://www.instagram.com/p/CWeglgrrRMT/?utm_medium=copy_link )

Si bien no se estableció aún una fecha concreta para el comienzo de la elaboración de las copas, el nuevo año sin dudas trae mucho trabajo al respecto para continuar dando forma a esta idea que no sólo piensa en la salud sexual integral, sino en las posibilidades concretas de acción a través de una institución local, en forma completa y transversal.