Combatiendo el patriarcado de Ginebra a Rosario

Combatiendo el patriarcado de Ginebra a Rosario

En junio de este año la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dio el visto bueno a una nueva normativa internacional que reconoce la violencia y el acoso en el mundo laboral sentando un precedente mundial en la lucha por ambientes de trabajo libres de violencia.

El Convenio 190 sobre la violencia y el acoso aprobado en la 108 Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra representa una herramienta a disposición de los Estados Miembros para la adopción de medidas que prevengan y actúen ante la violencia y acoso laboral con un marco legal que hasta el momento no se había establecido en un tratado internacional.

El documento reconoce que “la violencia y el acoso en el mundo del trabajo pueden constituir una violación o un abuso de los derechos humanos” siendo “una amenaza para la igualdad de oportunidades e incompatibles con el trabajo decente”. En ese sentido, se señala la necesidad de adoptar “un enfoque inclusivo e integrado que tenga en cuenta las consideraciones de género y aborde las causas subyacentes y los factores de riesgo, entre ellos los estereotipos de género, las formas múltiples e interseccionales de discriminación y el abuso de las relaciones de poder por razón de género”.

En Rosario la repercusión ante esta normativa, que prevé además una Recomendación como guía para la aplicación del Convenio que entrará en vigencia 12 meses después de que dos Estados Miembros lo hayan ratificado, no se hizo esperar y fueron las mujeres sindicalistas las que tomaron la posta para comprometer al Estado argentino en dicha ratificación.

Mujeres referentes de los distintos sectores del trabajo nucleados en las centrales sindicales nacionales alzaron la voz y dieron a conocer un documento que ya tiene la firma de los sindicatos y de legisladorxs nacionales de la provincia. De la iniciativa participaron más de 30 gremios de la ciudad nucleados en el Movimiento Sindical Rosarino (MSR), el Movimiento Obrero Rosarino (MOR), y en las CTA.

Por la ratificación nacional

Las mujeres sindicalistas de la ciudad no son ajenas a la ola feminista que en nuestro país crece en organización y repercusión pública a pasos agigantados. Desde antes, pero con especial injerencia desde el 2015, las trabajadoras elegidas como referentes sindicales de sus gremios decidieron convertir a la unidad en algo más que una consigna y dar el paso necesario para planificar de conjunto medidas de acción en contra de la violencia de género y a favor de los derechos de todas las mujeres por una vida libre y digna.

“Desde todos los sindicatos las mujeres venimos trabajando fuertemente unidas, reuniéndonos desde hace cinco años en el marco del Ni Una Menos, donde nos comprometimos a trabajar y a salir a la calle conjuntamente para frenar la violencia de género. Siempre nos mantuvimos firmes en estas cuestiones y especialmente respecto de la violencia que nos arrebata a una mujer cada día, porque entendemos que es algo que nos atraviesa a todas independientemente del sector que representemos o el ámbito donde trabajemos”, señaló en diálogo con Reveladas, Yamile Baclini, Secretaria General Adjunta del Sindicato de Trabajadorxs Municipales de la ciudad.

Al ser consultada sobre el Convenio 190 de la OIT, Baclini destacó que dicha aprobación coincide con el proceso de unidad que se están dando los gremios de la ciudad nucleados en la Confederación General del Trabajo (CGT) por lo que “nos pusimos como eje de trabajo también manifestarnos en este sentido, nos parecía sumamente importante ya que no hay una normativa general que nos abarque a todos los sectores del país, hay algunas cuestiones regladas por ordenanzas o leyes provinciales, pero son normativas aisladas, no hay una ley general que trate las cuestiones de la violencia en el mundo laboral, como es el caso de lo que se está trabajando ahora a partir del Convenio OIT”.

Sobre este último, la entrevistada agregó: “Es una herramienta importante que abarca tanto al sector público como privado, es la primera vez que se logra algo así, y por eso es clave que nuestro Estado como parte Miembro adhiera a este Convenio”. En la misma línea Baclini remarcó: “Un aspecto central es justamente el hecho de que la OIT está diciendo claramente que la violencia y el acoso en el ámbito laboral van en contra de los derechos humanos, en contra del trabajo decente, en contra de la igualdad de oportunidades, por todo ello es fundamental que los sindicatos nos manifestemos y a través de un documento unificado hagamos visible la necesidad de adoptar esta normativa que es un pronunciamiento histórico”.

Yamile Baclini junto a trabajadoras sindicalistas de la ciudad – Facebook Yamile Baclini

El documento del Convenio define a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo como «un conjunto de comportamientos y acciones inaceptables o de amenaza de tales comportamientos y prácticas» que «tengan por objeto provocar, causen o sean susceptibles de causar daños físicos, psicológicos, sexuales o económicos, e incluye la violencia y el acoso por razón de género«.

En la elaboración del texto también se tuvo en cuenta que actualmente el trabajo no siempre se realiza en un lugar físico específico, por lo que sus disposiciones abarcan las comunicaciones profesionales, en particular las que se dan mediante las nuevas tecnologías de la comunicación.

En cuanto a quienes ampara, se expresa: “El Convenio protege a los trabajadores y a otras personas en el mundo del trabajo, con inclusión de los trabajadores asalariados según se definen en la legislación y la práctica nacionales, así como a las personas que trabajan, cualquiera que sea su situación contractual, las personas en formación, incluidos los pasantes y los aprendices, los trabajadores despedidos, los voluntarios, las personas en busca de empleo y los postulantes a un empleo, y los individuos que ejercen la autoridad, las funciones o las responsabilidades de un empleador”.

“Nuestro Estado venía trabajando en pos del trabajo decente, en otros años cuando todavía teníamos un Ministerio de Trabajo –hoy devenido en secretaría-, con Carlos Tomada al frente, trabajamos en pos del trabajo decente bajando línea acerca de lo que era la dignidad de trato en los distintos ámbitos”, recordó la dirigente gremial municipal y dijo que el Convenio en cuestión sienta precedente en ese sentido al plantear como ámbitos de aplicación “no solo el lugar de trabajo sino también el trayecto de ida y de vuelta del trabajo al hogar, los lugares donde se come, se descansa, los vestuarios. Lo mismo al tener en cuenta el avance de las nuevas tecnologías, ya que se plantea que se puede ejercer violencia a través de medios tecnológicos como mandar mensajes a cualquier hora, el tipo de mensajes que se envían, el control del uso de los mails, son algunos ejemplos”.

Otro aspecto a destacar según Baclini tiene que ver con qué pasa con la parte denunciada. “Hasta ahora se habló siempre en los lugares donde hay algún tipo de normativa sobre cómo actuar al denunciar, cómo me defiendo, pero qué pasa con las empresas o la gente que dentro del ámbito laboral ejerce violencia, y en este caso la normativa de la OIT plantea que el Estado debe prever también sanciones a nivel general ante los avances de la violencia”.

Unidad de las trabajadoras

Al ser consultada sobre la construcción cotidiana de la articulación sindical entre las gremialistas rosarinas, Yamile aseguró: “Buscamos priorizar el trabajo colectivo, lo hacemos en la calle, en cada oportunidad que tenemos, con las organizaciones sociales, en las marchas, pidiendo leyes que contemplen y regulen la violencia, pidiendo presupuesto para las leyes existentes y a nivel particular lo hacemos generando mejores leyes entre todas, cuando un sindicato logra mejores leyes para sus compañeras trabajadoras nos intercambiamos información para copiar eso bueno que puede beneficiar a otras”.

Gremialistas reunidas por el convenio OIT en el Sindicato de Municipales

Según la entrevistada, en estos últimos años “fue creciendo cada vez más la articulación entre las compañeras”, y ello ha permitido “que los sindicatos fueran incorporando la perspectiva de género plasmada en una participación verdadera de las mujeres, es decir, que si bien las mujeres históricamente han participado en los sindicatos y en la luchas gremiales, a partir de las construcciones feministas nos vamos empoderando entre todas, solidarizándonos entre nosotras, y llegamos a ocupar puestos que tienen visibilidad o mayor preponderancia”.

Para concluir Baclini resaltó lo que llama “una doble fortaleza” y que implica “la fuerza y lucha en la pública donde nos encontramos en las calles, y por otro lado la hermandad, la sororidad entre todas las mujeres que venimos trabajando en forma sorora desde hace cinco años para defender los derechos de las compañeras. Vincularnos, referenciarnos, nos ha fortalecido y posicionado fuertemente dentro de los sindicatos y esto posibilita que tengamos más herramientas para poder discutir otras cosas en todos los ámbitos y seguir transformando la realidad en algo mejor que abarque a todxs. Las mujeres vamos avanzando con pasos firmes y seguros”, cerró.

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