Arte para vivir

Arte para vivir

La pandemia de COVID-19 dejó al descubierto el déficit que sufren muchos sectores a nivel económico en el país. El sector de la cultura, que incluye el arte, la danza, el teatro, la música, es uno de los grupos más golpeados por la pandemia, y desde antes de la misma. La precarización laboral, la falta de organización gremial y de entes reguladores que garanticen los derechos de lxs trabajadorxs, la ausencia de inversión estatal y políticas públicas y la concepción de que su desempeño no es un trabajo, son algunos de los factores que ponen en evidencia la problemática del sector desde el punto de vista económico y como capital simbólico de la sociedad.

El pasado 29 de abril la Multisectorial de Arte y Cultura emitió un comunicado en donde exigen una Ley de Emergencia Cultural para garantizar los derechos de lxs trabajadorxs de la cultura, que incluya medidas de contingencia para paliar la situación económica actual, políticas públicas a corto y largo plazo para garantizar la continuidad laboral, transparencia en la asignación de presupuestos, liberación de los espacios públicos para el trabajo cultural autogestivo, que se asegure el cupo laboral travesti-trans y se fomente la participación de los colectivos trans- travesti, y de disidencias sexuales en los espacios de la cultura.

«Tenemos en claro que nunca la economía puede estar por sobre la salud, pero sabemos que los términos son dialécticos. Que les trabajadores de la cultura estamos atravesando al igual que otros sectores de la economía momentos acuciantes producto de la crisis económica global que se profundizó con la pandemia, y que no sólo el estado de la situación actual de la cultura responde al momento histórico, sino también a la falta de políticas sostenidas para el sector desde los tres niveles del Estado», comienza el texto del comunicado.

Silvina Ardizzone, integrante de la Multisectorial, explicó en diálogo con Reveladas: “Tienen una deuda histórica con el arte y la cultura, la Ley de Emergencia Cultural surge como detonante en el contexto de pandemia. Siempre fuimos avasalladxs, nunca tuvimos sueldo fijo y hoy no tenemos para comer, nos urge visibilizar la situación”.

La Multisectorial, está integrada por más de 21 colectivos del arte y la cultura, Silvina cuenta que «las más afectadas son las mujeres que ejercen tareas de cuidado, se les hace difícil sobrellevarlo; intentamos apoyarnos y contenernos entre nosotrxs”. En tanto que sobre las respuestas estatales recibidas hasta el momento, agrega: «El plan del municipio es ofrecer un subsidio de 10 mil pesos a cambio de una contraprestación laboral lo que no tiene coherencia si lo van a llamar subisidio».

En primera persona

Agostina Pozzi Natali es actriz independiente, animadora infantil e integrante del colectivo de Teatristas Independientes Autoconvocadxs; desempeña su trabajo en centros culturales, bares, teatros independientes y en los espacios públicos. “Las políticas para nuestro ámbito siempre fueron paupérrimas y pensando en este contexto de encierro tuve que buscar qué hacer para sobrevivir, y fue así que empecé a vender comida, ropa, a hacer cosas que no tenían nada que ver con mi trabajo”, dijo a este medio.

El colectivo de Teatristas Independientes Autoconvocadxs gestionó bolsones de comida que recibieron de otrxs artistas autoconvocados y de la Asociación Argentina de Actores para repartir entre sus miembrxs y garantizar un plato de comida en sus mesas. Agostina tenía proyectos teatrales en el bar “Oui” que se llevarían a cabo a mediados de 2020 y que, debido al encierro y al cierre del bar producto de la crisis económica, quedaron sin efecto. Ella y sus colegxs pudieron trabajar en algunos espacios con los protocolos sanitarios, pero muchas obras y ensayos han sido canceladas o reprogramadas sin saber fecha exacta ante el anuncio de las nuevas medidas restrictivas.

Irina Cagnin es música, antropóloga social e integrante del Colectivo de Mujeres Músicas de Rosario. Nacieron en el año 2018 en el marco de la campaña por la legalización del aborto. Irina contó al ser entrevistada: “Surgimos al calor de unirnos ante la opresión que como músicas recibimos del patriarcado por años”. El Colectivo se solidificó a través de asambleas y luego mediante charlas virtuales, lo que logró que durante la pandemia pudieran encontrar dentro del grupo apoyo emocional y ayuda para el día a día.

Aquellas mujeres que tenían otro ingreso quedaron fuera del subsidio del Fondo Nacional de las Artes, mientras que la única ayuda que recibieron del municipio (en articulación con la Provincia) fueron cajas de comidas quincenales que llegaron solo a un 10 por cinto del Colectivo, integrado por 600 músicas: “Esto demuestra donde está puesta la cultura para las personas que nos gobiernan, es una vergüenza”, expresó Irina. Y sostiene que tanto el teatro como los espacios públicos son lugares donde se respetan los protocolos y donde podrían trabajar sin inconvenientes: “Esto es muy doloroso; en este momento el arte cumple la función de canalizar los sentimientos de lo que te está pasando. Los pocos shows que pudimos dar fueron muy conmovedores. En un clima donde estamos viviendo cosas que nunca imaginamos vivir, no podes sacar el arte. La cultura es salud, la salud es el equilibrio psico, socio, bio”.

Aldana Fernández y María Victoria López son bailarinas y docentes de danza. En el caso de Aldana ni bien comenzó la pandemia tuvo que readaptar su hogar como si fuera su lugar de trabajo y la virtualidad generó un descontento por parte de lxs tutorxs de las niñas. En diálogo con Reveladas, comentó: “Es importante entender que la danza no es el hobby que va a hacer la niña, yo formo a mis alumnas de la misma manera para la que quiera saber cómo para la que quiera dedicarse a la danza”. María Victoria, por su parte, expresó: “La pandemia dejó expuesta la situación de vulnerabilidad en la que vivimos. Mucha parte del sector de la danza se refugia en dar clases para monetizar su saber”.

En la coyuntura actual hubo baja de alumnxs por lo que sus sueldos también cayeron, los institutos de danza buscaron alternativas para sostenerse pero algunos tuvieron que cerrar sus puertas. Ellas destacaron que son una escuela de formación artística y que deberían dejar de catalogarlas como un gimnasio o un salón de baile. La Asociación de Trabajadorxs de la Danza es el colectivo que en Rosario trabaja de forma unánime en defensa de sus derechos: “Las chicas que trabajan en la asociación han conseguido bolsones de comida, han desarrollado streamings y shows online para ayudar al sector”.

Ph Multisectorial de Arte y Cultura

Nosotrxs en la lucha

Es importante resaltar el grado de organización y de acompañamiento que tienen las mujeres artistas en esta situación. Hasta hace poco tenían que hacer mucho esfuerzo para demostrarles a los hombres que ellas eran «capaces» y que debían ser tenidas en cuenta, sin contar que eran desplazadas debido a las tareas de cuidados que el sistema patriarcal impone por el simple hecho de ser mujeres. La comisión de Género y Diversidad de la Multisectorial, junto con las organizaciones integradas únicamente por mujeres, están gestando proyectos como por ejemplo la paridad de género en los escenarios para luchar contra la violencia tanto laboral, verbal y/o física. Cabe destacar que las pioneras en esta lucha fueron el Colectivo de Mujeres Músicas. También, planean a futuro salas de ensayos que cuenten con sectores de cuidado para niñxs. Por otro lado, sostienen que es fundamental la participación de lxs travestis, trans y disidencias y garantizar su cupo laboral: “El arte concientiza, sabemos de los problemas de discriminación que hay en la cultura y más si sos mujer, trans, o disidente. Con esto tenemos que terminar”, aseguran.

Bajo los hashtags #DanzaEsTrabajo, #CulturaSomxsTodxs y #LeydeEmergenciaCultural, lxs trabajadorxs reclaman que se los reconozcan como creadorxs y formadorxs de emociones dentro de los parámetros de la educación básica y la salud integral. Para ello piden ser vacunados y así poder trabajar, la liberación de los espacios públicos y centros culturales independientes, que lxs artistas estén registradxs, erradicar la precarización laboral y brindar las mismas posibilidades laborales ya sea a lxs artistas conocidxs como a los artistas emergentes.

Con las nuevas restricciones, la Multisectorial sostiene que «si ayer había emergencia cultural hoy hay botón rojo» por lo que consideran necesario que se visibilice el maltrato del espacio cultural y destacan la importancia de sostener la lucha unidxs: “Lo que nos está salvando a lxs artistas es la organización y la humanidad que tenemos con nosotrxs mismxs. El arte sana, cura, transmuta y eso lo estamos usando para sobrevivir”.

Foto portada Ph Multisectorial de Arte y Cultura.

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